Bolivia inauguró este fin de semana el Canal Tamengo, ruta fluvial que lo conecta a la hidrovía Paraguay-Paraná y le da una salida al oceáno Atlántico para la exportación de hasta 700.000 toneladas de productos por esa vía.
El presidente Hugo Banzer inauguró el viernes las obras de limpieza y dragado de los 9,2 kilómetros del Canal Tamengo, en el extremo este del país, en la frontera con Brasil, distante desde allí a 2.770 kilómetros de los puertos del Atlántico.
El Tamengo forma parte de la hidrovía Paraguay-Paraná que comparten los cuatro países del Mercosur y Bolivia. Parte de la laguna Cáceres y, tras recorrer sus 9,2 kilómetros, se conecta con el curso de los ríos Paraguay y Paraná, y llega a los puertos de Rosario, en Argentina, o Nueva Palmira, en Uruguay.
Concluidas las obras de dragado, el canal tiene una profundidad de tres metros, un ancho variable entre 60 y 90 metros, y permite la navegación de barcazas de hasta 16.000 toneladas.
Sin acceso al Pacífico desde la guerra de 1879 con Chile, Bolivia observa su integración a la hidrovía como uno de sus principales puentes para el intercambio comercial con el Mercosur, bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al que está asociado.
Esa vía también pasará a convertirse en su principal ruta de exportación de productos a los mercados de la Comunidad Andina, de la que Bolivia es miembro desde hace casi tres décadas, junto con Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
De hecho, en los últimos 10 años, y aún con un uso irregular y marginal, los exportadores bolivianos utilizaron la hidrovía para el transporte de productos del complejo soja (grano y derivados) hasta los mercados andinos.
"El Canal tiene un impacto particular para el país porque permite la viabilidad y el uso permanente de un corredor fluvial como es la hidrovía", comentó Ana María Solares, viceministra de Relaciones Económicas Internacionales, quien aseguró que este corredor dará mayor competitividad al sector exportador.
Los empresarios calculan que ahora podrán sacar al Atlántico hasta 700.000 toneladas anuales de granos, minerales, hidrocarburos y maderas en 10 días y a bajo costo.
Carlos Rojas, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas, coincide en que en las nuevas condiciones del Canal Tamengo, los exportadores aprovecharán mejor la capacidad de carga de las barcazas desde Puerto Aguirre, en la laguna Cáceres (Bolivia), hasta los puertos del Atlántico.
Como ruta de importación, la hidrovía hizo posible el ingreso de 46.000 piezas de tubería para el tendido del gasoducto entre Bolivia y Brasil, que tiene un avance de 97 por ciento y se prevé será concluido en diciembre próximo.
Por esas ventajas, los exportadores bolivianos, principalmente los de la región de Santa Cruz -la más dinámica de la economía boliviana-, consideran a la hidrovía como el cordón umbilical que los integra al Mercosur y la Comunidad Andina.
En los últimos 10 años, Bolivia exportó 1,5 millones de toneladas de productos por esa vía, por un valor de 405 millones de dólares. Con la ruta fluvial mejorada, esas cifras se elevarán hasta llegar a 700.000 toneladas anuales.
La limpieza y dragado del Canal tuvo un costo de 3,6 millones de dólares y debió vencer la oposición de grupos ambientalistas brasileños preocupados por posibles alteraciones ecológicas en el gigante pantanal de esa región, circundante a la ciudad de Corumbá (Brasil).
Para la ejecución de la obra, Bolivia y Brasil conformaron un Grupo de Monitoreo Ambiental que se responsabilizó de controlar las condiciones naturales en la calidad de aguas, flora y fauna.
El resultado a la finalización de la obra es que no hubo daño ni a la calidad del agua ni impactos negativos para la flora y la fauna del pantano Paiaguas, en la región de Germán Bush (Bolivia) y Mato Grosso del Sur (Brasil), según informes del gobierno boliviano.
Rubén Bascopé, supervisor ambiental del gobierno boliviano, recomendó diseñar las embarcaciones siguiendo el perfil natural de la vía fluvial, a fin de evitar impactos negativos en la hidrovía.
El experto advirtió también que lo más conveniente es dar a la ruta fluvial un uso navegable de sólo 10 meses al año, y cuidar de no derramar carburantes o lubricantes en el cauce del Tamengo. (FIN/IPS/ac/ag/if/98