MALASIA: Tensión religiosa se traslada a enfrentamiento político

La creciente hostilidad entre grupos musulmanes de Malasia también se manifiesta en la lucha política entre el primer ministro Mahathir Mohamad y su ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, que se encuentra encarcelado y será sometido a juicio por corrupción y sodomía.

"Mis fotos se enseñan a los niños y se les inculca que esta persona debe ser decapitada", dijo Mahathir a la prensa esta semana, ilustrando la seriedad del conflicto.

El centro del conflicto yace en conceptos distintos de cómo y hasta qué punto la religión islámica está inmersa en la vida cotidiana de esta nación multirracial y multirreligiosa de 20 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes.

Un creciente pero aún pequeño grupo de musulmanes no está conforme con el manejo que hace Mahathir de los asuntos islámicos, y sostiene que él sólo defiende a la religión de dientes para afuera mientras propone un programa puramente materialista para este país del sudeste de Asia.

Por su parte, Mahathir declaró abiertamente su exasperación con la mayoría de los académicos, dirigentes y oradores religiosos musulmanes.

Mahathir los retó por mantener atrasada a la religión y por hablar sólo del más allá cuando el enfoque debería ser el de traer al islam al mundo moderno y usar sus valores para fomentar actividades como la ciencia y la tecnología.

Mahathir aboga constantemente por que se reduzca la notable brecha entre la fe y la realidad cotidiana. Su enfoque cosmopolita suele señalarse como un factor que contribuyó con el progreso económico de Malasia en la última década.

Pero en los últimos años se libró una discreta campaña contra la postura de Mahathir sobre la religión islámica, a través de los sermones de los viernes, charlas religiosas, y la publicación de libros y panfletos.

Mahathir tomó represalias. La Ley de Seguridad Interna, que permite la detención indefinida fuera del ámbito judicial, se utilizó para aislar a numerosos dirigentes musulmanes opuestos al primer ministro.

Mahathir provocó la ira de los musulmanes cuando sustituyó con un director de escuela al jefe religioso del estado de Selangor, supuesto centro de actividades islámicas "antiestatales", porque sus acciones y "fatwahs" (sentencias religiosas) no cayeron bien en el gobierno.

Anwar, por otra parte, forjó estrechos vínculos con grupos religiosos desde su época universitaria y formó el Movimiento Juvenil Islámico Malasio tras su graduación.

El ex viceprimer ministro también estaba habilitado para dar sermones en las mezquitas, algo que Mahathir nunca hizo. Eso es algo que se le imputa a Mahathir porque no habría aprendido lo suficiente de la religión como para hablar sobre ella.

Cuando Mahathir destituyó a Anwar en septiembre del partido dominante en la coalición de gobierno, luego de acusarlo de sodomía (un delito en este país) y adulterio, el primer ministro sostuvo que Anwar se disfrazaba de "persona religiosa y sin embargo cometía estas cosas, no hoy, ni ayer, sino durante años"

"Un hombre como ese, que parece religioso pero de hecho no es para nada religioso, es muy capaz de jurar en una mezquita, sabiendo bien que lo que juraba no era la verdad absoluta", sostuvo Mahathir, en referencia al juramento de inocencia que tomó Anwar en una mezquita, ante las acusaciones del gobierno.

Muchas organizaciones y dirigentes religiosos expresaron su simpatía y apoyo a Anwar y rechazan las acusaciones del gobierno.

Cuatro grupos islámicos, incluso la Academia Malasia de Ciencias Islámicas, formaron un "movimiento de reformas" para concientizar al público sobre las injusticias cometidas contra Anwar, luego de que él había pretendido reformar la manera en que el gobierno de Mahathir dirige el país.

"El pueblo debe darse cuenta que el uso de la calumnia como arma política para destituir a los gobernantes va en contra de la religión islámica y la humanidad", dijo el presidente del Movimiento Juvenil Islámico Malasio, Ahmad Azam Abdul. El líder pidió al gobierno que otorgue un "respiro" a las opiniones disidentes.

Los partidarios de Mahathir no se quedan atrás en su defensa del primer ministro que gobierna a Malasia desde 1981.

Dirigentes religiosos de la gobernante Organización Nacional de Malayos Unidos respaldaron la destitución de Anwar del gobierno y del partido por mala conducta moral.

No obstante, no será fácil vencer la imagen de Anwar como musulmán progresista y moderado, intelectual a favor de los pobres y del ambiente, cómodo tanto en una sesión de lectura de poesía como en foros de economía internacional y dispuesto a escuchar a grupos y opiniones alternativos.

Su defensa de una sociedad moral y transparente también le granjeó admiradores en Malasia y el exterior.

Mahathir sostiene que musulmanes radicales utilizan las mezquitas para dividir a los fieles y aseguró que deben ser aislados "a toda costa".

Habiéndose desviado de las enseñanzas de la religión, estos grupos esperan que la división de los musulmanes provoque el caos, sostiene Mahathir. El primer ministro también los acusó de utilizar la red Internet para desacreditar a la religión islámica y enfrentar a musulmanes contra otros grupos religiosos. (FIN/IPS/tra-en/svs/js/aq/cr-ip/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe