El fin del último enfrentamiento diplomático entre la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e Iraq se consideró una victoria de Estados Unidos, pero también reveló los límites del enfoque diplomático de Washington.
El presidente estadounidense Bill Clinton sostuvo que la lección a extraer de la última crisis es que "Iraq se aisló a sí mismo… más que en ningún otro momento desde la guerra del Golfo" de 1990.
Pero tras la última amenaza militar estadounidense contra Iraq, tan frustrante como la reiterada obstrucción de Bagdad a las inspecciones de la ONU que procuran verificar la destrucción de las armas iraquíes de destrucción masiva, Washington quedó prácticamente aislado en su enfoque de línea dura.
Clinton puede reclamar el crédito por obligar a Iraq a permitir la reanudación sin condiciones de las inspecciones de armas de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (Unscom) que Bagdad obstaculizó a partir de agosto.
Clinton también puede asegurar que Estados Unidos es responsable de garantizar que Iraq cumpla sus promesas y permita a los inspectores de la Unscom realizar su labor.
"Iraq dio marcha atrás, pero eso no basta. Ahora Iraq debe cumplir sus obligaciones", declaró Clinton el domingo.
La vuelta de los inspectores se decidió tras un fin de semana en que se evitó por escaso margen un ataque aéreo de Estados Unidos contra territorio iraquí y que dejó al descubierto la división existente entre Washington y otras potencias de la ONU frente a Iraq.
El primer ministro británico Tony Blair expresó su fuerte apoyo a Estados Unidos y declaró que cualquier obstáculo iraquí a la Unscom provocará una inmediata respuesta militar, sin advertencias.
Pero ahora que se redujo la tensión, diplomáticos de la ONU consideran en privado que el enfrentamiento demostró que Washington quería evitar las gestiones diplomáticas para atacar a Iraq con misiles cruceros Tomahawk.
La noche del viernes, tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -China, Francia y Rusia- querían enviar una carta a Iraq que permitiera una solución negociada de último momento. Fuentes informadas señalaron que Estados Unidos se opuso a enviar la carta.
No obstante, Bagdad aprovechó la solicitud del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que cumpliera con los requisitos del foro mundial y envió una carta la mañana del sábado donde anunció la reanudación sin condiciones de las inspecciones.
La carta tenía un "anexo" de dos hojas con los deseos de Iraq sobre cómo se debía dirigir el curso de las relaciones con la ONU.
"Creo que la rapidez de la respuesta iraquí, que recibimos la mañana del sábado, quizá sorprendió a algunos", declaró el portavoz de la ONU, Fred Eckhard.
Annan de inmediato calificó a la carta de "paso positivo" y declaró que pensaba que cumplía con los requisitos de la ONU, una medida que socavó el respaldo diplomático al ataque estadounidense que Clinton ya había autorizado esa mañana.
El salvavidas diplomático que Annan ofreció a Bagdad irritó a los funcionarios estadounidenses, según manifestaron varias fuentes.
No obstante, Bagdad se aferró a ese salvavidas. Aunque el asesor del Consejo Nacional de Seguridad estadounidense Sandy Berger sostuvo el sábado que la carta iraquí tenía "tantos agujeros como el queso suizo", los aliados de Iraq en el Consejo de Seguridad -en especial China y Rusia- declararon que la crisis había terminado y que la Unscom podría volver a trabajar.
El domingo, luego de que Iraq aclaró en varias ocasiones que el anexo de la carta no incluía condición alguna a su propuesta de reanudar las inspecciones, la base para el ataque de Estados Unidos ya no existía.
Pero Clinton y Blair destacaron la necesidad de obligar a Iraq a cumplir sus promesas. "Hasta que se cumplan por completo, seguiremos atentos, mantendremos la presión, y estaremos listos para actuar", advirtió el presidente estadounidense.
Peter Burleigh, embajador de Washington ante la ONU, dijo el lunes que la Unscom y el Organismo Internacional de Energía Atómica deben llevar a cabo la totalidad de su "mandato" y que Iraq debe acceder a las inspecciones para que se mantenga el presente acuerdo.
Otros funcionarios dudan que los inspectores de armas empleen su autoridad al máximo, dado que la irritación iraquí ante las inspecciones de la Unscom provocaron varios enfrentamientos este año, incluso la amenaza de ataque militar de Estados Unidos en febrero y el fin de semana.
Los inspectores de armas "deben realizar su labor en forma adecuada, deben presionar, pero también deben hacer su labor de manera que respete la soberanía y la dignidad de Iraq", arguyó el embajador ruso Sergey Lavrov.
"Es la labor de los inspectores ir (a Iraq) y destruir las armas", señaló Caroline Cross, portavoz de la Unscom, y agregó que decenas de inspectores volverán a Iraq este martes y podrían reanudar su labor el miércoles. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/98