Tres parejas homosexuales presentaron una demanda ante la Suprema Corte del estado de Vermont el miércoles, mientras cobra fuerza la campaña para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos.
Al comenzar la consideración del caso, que llevará meses, una integrante de la Suprema Corte de Vermont, Denise Johnson, se preguntó "por qué hay gente aquí a la que no se le otorga una libreta de matrimonio".
"Un hombre no puede casarse con un hombre porque es hombre. Una mujer no puede casarse con una mujer porque es mujer. ¿Eso no es, acaso, discriminación sexual?", dijo la jueza Johnson.
Beth Robinson, la abogada de las tres parejas comparó el razonamiento por el cual Vermont y los restantes 49 estados de Estados Unidos prohiben el matrimonio homosexual con los estatutos que prohibían el matrimonio interracial hace 50 años.
Las parejas que plantearon la demanda son las integradas por Lois Farnham y Holly Puterbaugh, Stacy Jolles y Nina Beck (mujeres), y Stan Baker y Peter Harrigan (hombres).
Robinson instó a la Suprema Corte de Vermont a seguir el ejemplo de la Suprema Corte de California, que en 1948 derogó la prohibición de los matrimonios interraciales, promoviendo así que se adoptara la misma medida en otros estados.
Pero el futuro del caso es incierto. En las elecciones del 3 de noviembre, los votantes de Hawaii y Alaska ratificaron la prohibición de matrimonios homosexuales por un margen de dos a uno, con lo que revirtieron las decisiones de tribunales en ambos estados para legalizarlos.
El caso de Hawaii fue un duro golpe a las esperanzas de los grupos que luchan por los derechos de los homosexuales, ya que este estado insular, con fuerte presencia del Partido Demócrata, es considerado el más liberal desde el punto de vista social.
Sin embargo, las elecciones del 3 de noviembre también mostraron algunas señales prometedoras para los homosexuales, incluyendo la victoria de la demócrata Tammy Baldwin en Wisconsin, la primera lesbiana declarada que ocupa un escaño en la Cámara de Diputados.
La atención en torno al problema de los derechos civiles de los homosexuales creció desde la muerte el mes pasado de Matt Shepard, un estudiante asesinado en Wyoming por dos hombres que afirmaron haber sido cortejados por él.
Desde la muerte de Shepard, los activistas de los derechos de los homosexuales han presionado por la aprobación de leyes que impongan penas más severas a los atacantes motivados por la homofobia.
Los impulsores de estas normas realizaron decenas de protestas en todo Estados Unidos, incluso una manifestación en Nueva York que atrajo a más de 5.000 personas que paralizaron el centro de Manhattan y se enfrentaron con la policía.
Pese a los fracasos en las urnas de Hawaii y Alaska, los activistas por los derechos civiles de los homosexuales depositaron sus esperanzas en el juicio de Vermont.
Sin embargo, incluso allí podrían librar una dura batalla. En la audiencia del miércoles, el juez Jeffrey Amestoy, de Vermont, sugirió eliminar todas las formas de matrimonio, sea heterosexual u homosexual, y reemplazarlas con una "sociedad doméstica".
Pero lo que las parejas involucradas en el caso desean es tener sus libretas de matrimonio, que les fueron negadas por los registros de sus respectivas ciudades. Puterbaugh y Farnham, que viven juntas hace 26 años, sostienen que tienen tanto derecho de considerarse casadas como cualquier otra pareja.
Pero la vicefiscal general de Vermont, Eve Jacobs-Carnahan, argumentó que si las parejas desean que se les reconozcan sus matrimonios, deberían plantear el asunto al Poder Legislativo del estado de Vermont y no a la corte.
Pretender que los tribunales redefinan el matrimonio "eliminaría la seguridad" que necesita la legislatura para aprobar leyes sin verse obligado a prever eventuales reacciones del Poder Judicial. (FIN/IPS/tra-en/fah/mv/mj/hd/98