EE.UU: Tabacaleras se vuelcan al exterior para minimizar pérdidas

El acuerdo entre ocho estados de Estados Unidos y cuatro compañías tabacaleras, que deberán pagar 206.000 millones de dólares por gastos médicos y publicidad contra el hábito de fumar, no toma en cuenta las operaciones de esas mismas empresas en el exterior.

Las compañías tabacaleras R.J.R. Nabisco, Philip Morris, Brown y Williamson and Lorillard y los fiscales generales de ocho estados aceptaron el acuerdo, al que podrán suscribir 38 estados más, el fin de semana.

El arreglo no atiende la enorme expansión de las operaciones en el extranjero de esas compañías, se lamentaron Robert Weissman, codirector de Acción Esencial, organización radicada en Washington, y Karen Licavoli, directora ejecutiva asociada de la Asociación del Pulmón de Estados Unidos, en San Francisco.

"No hay una sola medida de control internacional del tabaco en este acuerdo. Los fiscales generales que lo apoyan están cometiendo un grave error", afirmó Weissman.

"Es una irresponsabilidad dejar en libertad de acción a estas grandes firmas. Todo acuerdo debe proteger la salud pública tanto en Estados Unidos como en el extranjero", opinó Licavoli.

Los defensores del acuerdo sostienen que los 206.000 millones de dólares, la indemnización más grande jamás otorgada en una demanda civil, ayudará a los ocho estados a recuperar el dinero invertido en atención médica a personas afectadas por cáncer de pulmón y otras enfermedades relacionadas con el tabaquismo.

El pago inicial será de 12.000 millones de dólares, más 2.000 millones ya gastados en campañas sobre los peligros de fumar. El resto del dinero se entregará desde antes del 2025.

Unos 1.500 millones de dólares se destinarán a una campaña contra el hábito de fumar, y 250 millones a la creación de un fondo para desalentar el tabaco entre los jóvenes.

El presidente Bill Clinton calificó el acuerdo de "paso adelante", aunque lo consideró insuficiente. El mandatario urgió al Congreso legislativo a aprobar leyes para la regulación del tabaco a nivel nacional.

La fiscal general del estado de Washington, Christine Gregoire, dijo que "es tiempo de dejar las discusiones legales y llevar la lucha contra el tabaco a las calles".

Los estados que aceptaron el acuerdo son California, Carolina del Norte, Colorado, Dakota del Norte, Nueva York, Oklahoma, Pennsylvania y Washington.

Aunque el dinero puede ayudar a financiar la atención médica a los afectados por el tabaco en Estados Unidos en los años venideros, la nueva generación de fumadores carecerá de protección, dijeron analistas.

"El acuerdo es un revés para el control del tabaco a nivel internacional. Los grupos defensores de la salud pública no prestan atención a este aspecto", dijo Ross Hammond, autor del libro "Adictos a las ganancias: Las grandes tabacaleras amplían su alcance mundial".

"Esto es como tener un elefante dentro de una habitación y no notarlo", ilustró.

Las Naciones Unidas pronosticó que las muertes por año a causa del tabaco aumentarán de 3,5 millones a 10 millones de personas entre 1998 y 2025, y que la mayor parte de este incremento se producirá fuera de Estados Unidos, observó Hammond.

Grandes empresas como R.J.R. Nabisco y Philip Morris ampliaron sus operaciones en Brasil, China, India, las repúblicas de la disuelta Unión Soviética, Tailandia y Tanzania, y no hay un rincón en el mundo que sea inmune a su acción, agregó.

"Una de las razones por las que la industria aceptó el acuerdo es para tener tranquilidad dentro de Estados Unidos mientras se expande masivamente en el exterior", afirmó Weissman.

El tabaco consumido en el exterior ya supera las ventas totales de R.J.R. Nabisco y Philip Morris, y los países de reciente prosperidad en Asia, en especial China, son su principal blanco, añadió.

"El problema que tienen es que muchos de sus viejos consumidores mueren, y tienen que seguir buscando nuevos clientes", arguyó Weissman.

En Estados Unidos los fabricantes de cigarrillos tratan de conquistar el mercado adolescente, con publicidad atractiva y trucos de promoción, según grupos antitabaco y el propio presidente Clinton.

Si bien las tabacaleras niegan tener esa intención, el acuerdo del lunes prohibe a algunas de ellas adoptar ciertas estrategias publicitarias, como la propaganda en grandes carteles, las camisetas que exhiben sus marcas y los personajes como Joe Camel.

Además, se abrirán documentos de las empresas que hasta ahora permanecían en secreto.

El costo del acuerdo "será trasladado a los fumadores mediante un aumento en el precio de los cigarrillos", esperándose que cada paquete en Estados Unidos pase de un promedio de 2,05 a 2,60 dólares, afirmó el periódico The Financial Times.

Eso puede alentar a algunos jóvenes a no adquirir el hábito de fumar, pero las tabacaleras saben desde hace años que sus ganancias en el mercado estadounidense declinan y que su futuro está en el exterior, dijo Hammond.

Los países en desarrollo saben que en el largo plazo los costos del tabaquismo pueden ser más altos que los beneficios de cobrar impuestos sobre la venta de cigarrillos. Cada vez más naciones restringen las ventas de tabaco, agregó.

También la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia decidieron ser más activas en materia de control del tabaco. "Esperemos que las compañías estadounidenses no traten de impedir el trabajo que debe hacer la ONU en ese terreno", manifestó Hammond.

Otros 38 estados podrían ser incluidos en el arreglo del lunes si aceptan no formular demandas futuras contra las compañías tabacaleras. Mississippi, Minnesota, Florida y Texas ya habían alcanzado un acuerdo por 40.000 millones de dólares a comienzo de este año. (FIN/IPS/tra-en/fh/di/mj/he/98

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