ARGENTINA: Massera, un represor "original"

El ex dictador Emilio Massera, que podría ser detenido por su responsabilidad en la apropiación ilegal de hijos de desaparecidas en Argentina, jugó un papel original entre los integrantes de la junta militar que dio el golpe de Estado de 1976.

Junto con otros cinco marinos, Massera deberá comparecer el 3 de diciembre ante el juez federal Adolfo Bagnasco por su participación en el secuestro de los hijos de 12 mujeres detenidas en los años 70 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

La ESMA funcionó, en 1977 y 1978, como uno de los principales centros de exterminio de opositores secuestrados y de nacimiento y robo de los hijos de "desaparecidas", al igual que Campo de Mayo, que estaba bajo jurisdicción del Ejército.

Allí fueron asesinadas 16 mujeres que estaban embarazadas en el momento de su detención, 15 después del parto y una tras haber abortado el niño que esperaba. Los hijos de 12 de ellas fueron ilegalmente entregados a parejas de militares que les modificaron su identidad.

Las detenidas estaban al cuidado de médicos que las asistían en su proceso de gestación hasta que, días después del alumbramiento, eran ejecutadas en función de un plan concebido por el propio Massera.

Pese a pregonar los métodos más brutales para "destruir a la izquierda apátrida", según dijo, Massera se tejió una fama de "verdugo bueno".

Esa fórmula fue utilizada este miércoles por el diario argentino Página 12 para resumir el accionar del ex integrante de la junta militar que derrocó al gobierno de Isabel Martínez de Perón en marzo de 1976.

En 1977, el almirante estableció durante unos meses contactos con militantes secuestrados de la organización peronista de izquierda Montoneros, a quienes intentó ganar para su causa "nacionalista", según testimonios coincidentes de ex detenidos que escaparon al exterminio.

Allegados al almirante señalan también que fue gracias a Massera que el histórico dirigente sindical peronista Lorenzo Miguel salvó su vida y que el ahora presidente Carlos Menem gozó de condiciones de detención relativamente favorables.

Massera pretendía así diferenciarse del Ejército en su actitud hacia el peronismo, tanto en su vertiente de izquierda representada por Montoneros como en su ala más conservadora encarnada por la dirigencia sindical y la cúpula del gobierno de Isabel Martínez de Perón.

Según recuerda Página 12, Massera siempre se jactó de haber sido encarcelado tras el derrocamiento del gobierno electo del general Juan Perón por un golpe militar en 1955.

El marino que podría ir a la cárcel por robo de niños intentó formar en los primeros años ochenta el Partido por la Democracia Social, que se inspiraba vagamente de postulados del peronismo y recogía algunas consignas nacionalistas, tercermundistas y "anticomunistas" de Juan Perón.

Algunos de sus principales colaboradores integraron luego los dos gobiernos de Menem (electo en 1989 y reelecto en 1995), o fueron "colocados" por él en puestos de responsabilidad en los servicios de inteligencia del Estado bajo la gestión del actual mandatario.

Al igual que el ex jefe del Ejército Jorge Rafael Videla, integrante como él de la primera junta militar de la última dictadura argentina (1976-1983) y otros responsables castrenses, Massera fue encontrado culpable en 1985 de graves violaciones de derechos humanos y condenado a cadena perpetua.

No obstante, ambos fueron dejados libres de proceso tras la aprobación de dos leyes de amnistía durante la presidencia del hoy opositor Raúl Alfonsín y un indulto firmado por el presidente Carlos Menem.

De acuerdo con algunos de sus vecinos, el ex dictador vive actualmente en un edificio de un barrio residencial de la capital argentina rodeado de guardaespaldas presumiblemente integrantes de la Armada. "Trata de escaparle a la gente", comentó un vecino.

Habiendo elegido un "perfil bajo" tras beneficiarse de las leyes de amnistía, Massera no pudo evitar, sin embargo, ser objeto de ataques cada vez que era reconocido por en lugares públicos.

El último incidente de ese tipo ocurrió en diciembre de 1997, cuando la mayoría de los comensales de un restaurante del residencial barrio de Palermo, en Buenos Aires, se retiraron del lugar al ver al almirante sentado a una mesa.

A Massera le pasa en ese plano lo mismo que a uno de sus subordinados, el ex marino Alfredo Astiz, que también revistó en la ESMA y al que Francia condenó a perpetuidad en ausencia por el secuestro y asesinato de dos monjas francesas.

Graciela Daleo, una ex montonera que permaneció secuestrada durante un año y medio en la ESMA y fue ferozmente torturada, manifestó este miércoles su alivio por la perspectiva de que Massera pueda al fin ser condenado.

"No hay que adelantarse. El juez Bagnasco recién lo citó a una indagatoria, pero de todas maneras se trata de un avance. Todo lo que pueda conducir a la justicia es positivo y hay que apoyarlo", dijo Daleo, que durante su permanencia en la Escuela de la Armada vio a Massera en dos oportunidades.

Una de ellas fue a fines de 1977, cuando el almirante fue con la plana mayor de la ESMA al lugar en que se encontraban los secuestrados, engrillados y destrozados, a deserales "feliz Navidad". (FIN//IPS/dg/mj/ip hd/98

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