PAKISTAN: Oposición unida contra plan de islamización de Sharif

Políticos de oposición y activistas de los derechos humanos salieron hoy a las calles de esta ciudad de Pakistán en protesta por la decisión del gobienro de establecer un sistema legal basado en el Corán.

La marcha en Lahore, capital de Punjab, provincia natal del primer ministro Nawaz Sharif, fue la segunda demostración de la oposición al intento del gobierno de hacer entrar en vigor la ley islámica como ley del Estado.

El lunes, una reunión convocada por la independiente Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (CDHP), incluyendo representantes de los principales partidos opositores, resolvió luchar "con uñas y dientes" contra el polémico Proyecto de Islamización.

El 9 de octubre, Sharif condujo una versión enmendada del proyecto a través de la Asamblea Nacional de Pakistán, donde su partido tiene una mayoría de dos tercios. Para convertirse en ley, el proyecto también debe ser aprobado por el Senado, dominado por la oposición.

El primer ministro insiste en que el proyecto religioso no alterará la supremacía del parlamento, pero la oposición, alarmada, acusó a Sharif de querer concentrar el poder en sus manos.

El plan de Sharif logró unir a la debilitada oposición, que esta semana se sumó a la respetada CDHP. En una resolución unánime, sostuvieron que el gobierno intenta destruir la Constitución de 1973.

"El proyecto de ley va en contra de la Federación y de los derechos humanos de los ciudadanos, en especial minorías religiosas y mujeres", sostuvo la declaración.

La resolución fue respaldada por el Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), de la ex primer ministra Benazir Bhutto, el Partido Nacional Awami, el recientemente formado Partido Millat del ex presidente Farooq Leghari, y el Tehrik-e-Insaaf de Imran Khan, entre otros muchos partidos religiosos pakistaníes.

Muchos pakistaníes creen que el vuelco religioso de Sharif es una treta para distraer la atención de serios problemas que enfrenta el país, como el caos económico y los conflictos sectarios.

"Nawaz Sharif se está convirtiendo en un dictador civil. Pakistán se está convirtiendo en deudor, hay una severa crisis política y económica, y se usa al Islam para cubrir todo", afirmó Arshad Butt, de Tehrik-e-Insaaf.

Más alarmadas están las comunidades minoritarias, ya discriminadas de varias formas por el Estado pakistaní. Por ejemplo, los no musulmanes sólo pueden votar en las elecciones por candidatos de las minorías.

La Comisión Nacional para la Justicia y la Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de Pakistán presentó una declaración separada, alegando que "el gobierno ha ignorado a la opinión pública. La protesta es la única opción para que minorías y fuerzas democráticas expresen su opinión".

Sharif, sin embargo, negó estar usando la religión con fines políticos. "No puedo pensar en usar el nombre sagrado del Islam para promover ambiciones personales", dijo en un discurso televisado tras el pasaje del proyecto.

Pero analistas afirman que, si logra fortalecer el poder ejecutivo bajo el Proyecto de Islamización, para "determinar qué es correcto y qué no", y dejar a un lado al parlamento, Sharif será todopoderoso. (FIN/IPS/tra-en/bs/an/lp/ip hd/98

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