ITALIA: Neocomunistas y derecha hacen caer a gobierno de Prodi

Los neocomunistas contaron con los votos de la derecha en el parlamento para provocar hoy la caída del gobierno de centroizquierda que encabeza Romano Prodi en Italia.

Por un solo voto de diferencia, 313 en contra y 312 a favor, el gobierno encabezado por Prodi, un economista católico independiente, no obtuvo un voto de confianza de la Cámara de Diputados.

Los observadores pensaban hasta el final que el gobierno obtendría el voto de confianza, pero se sabía que la diferencia sería muy estrecha. Por eso, los partidos aseguraron la presencia de la casi totalidad de los integrantes de la Cámara, y el resultado dependía también del quórum.

El presidente de la derechista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, envió un breve y claro mensaje a sus parlamentarios: "La ausencia será sancionada con la expulsión".

Votaron 625 de los 630 diputados, por lo cual la mayoría absoluta era de 313.

El líder de la derecha, Silvio Berlusconi, dijo que fue él quien convenció al diputado Silvio Liota, perteneciente a un pequeño partido que integra la coalición de gobierno, Renovación Italiana, de votar contra el ejecutivo.

Al término de la votación, algunos parlamentarios le gritaron "vendido" a Liota, cuyo partido es liderado por el ministro de Relaciones Exteriores, Lamberto Dini.

El presidente de la Cámara, Luciano Violante, de la coalición de gobierno, se abstuvo de votar, de acuerdo a una antigua costumbre parlamentaria.

Irene Pivetti, ex dirigente de la Liga Norte y ex presidenta de la Cámara, había anunciado que votaría a favor del gobierno pero no pudo asistir porque acababa de tener un hijo.

Una diputada del sector disidente de Refundación Comunista partidario del gobierno, Emiliana Santoli, asistió a la sesión a pesar de estar enferma de gravedad, con bombas de oxígeno a su lado. Santoli no concurría a una sesión del parlamento hacía dos años.

La crisis consumada este viernes fue abierta el fin de semana por la Comisión Política del Partido de Refundación Comunista (PRC), que le quitó su apoyo parlamentario al gobierno de centroizquierda.

Los 34 diputados neocomunistas eran fundamentales para el gobierno, al que apoyaron desde su constitución en mayo de 1996, aunque nunca lo integraron. Con los votos del PRC, la coalición de centroizquierda contaba con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.

La coalición de centroizquierda, encabezado por el Partido Democrático de Izquierda (PDS, ex comunista) e integrado también por Los Verdes, ex socialistas, ex demócrata cristianos y nuevos movimientos de centro, tenía la mayoría en el Senado aun sin el aporte del PRC.

En el régimen parlamentario italiano, la mayoría en las dos cámaras es una condición indispensable para la formación y mantenimiento del gobierno.

Al conocerse el resultado de la votación, los parlamentarios de la derecha se abrazaron, besaron y lanzaron gritos de alegría. Por el contrario, el factótum de la crisis, el secretario del PRC, Fausto Bertinotti, no exteriorizó sus sentimientos.

Bertinotti provocó la caída del gobierno por desacuerdos con el presupuesto planeado para 1999. El líder neocomunista consideró que el proyecto de ley no otorgaba la debida importancia a los problemas sociales, en particular a la desocupación que afecta a 12 por ciento de la población activa.

La decisión de Bertinotti, ex socialista y ex dirigente sindical, provocó la división de su partido.

El sector encabezado por el presidente del partido, Armando Cossutta, desobedeció el acuerdo y votó a favor de la coalición de centroizquierda "para no entregar el gobierno a la derecha".

Cossutta comandará la fundación del Partido de los Comunistas Italianos. Este sector disidente del PRC cuenta con la mayoría de los diputados neocomunistas, 22 de los 34, pero fueron insuficientes para que el gobierno alcanzara el voto de confianza.

Bertinotti se declaró dispuesto a reconsiderar su voto de confianza si el gobierno retira el proyecto de presupuesto, una posibilidad que se considera improbable.

Prodi se manifestó tranquilo, mientras el viceprimer ministro, Walter Veltroni, del PDS, sostuvo que se trataba de una crisis de difícil solución.

El secretario y líder del PDS, Massimo D'Alema, dijo que la caída del gobierno era producto de un "error dramático de Bertinotti".

"Creo que quien haya visto por televisión la imagen de fiesta de la derecha difícilmente lo olvide. Para Bertinotti no será fácil lo que le espera", expresó.

Berlusconi calificó el resultado de "óptimo", y manifestó que lo único que resta ahora es que se convoque a elecciones.

Prodi presentó su dimisión al presidente Oscar Luigi Scalfaro, quien, de acuerdo con la Constitución, deberá decidir el camino a seguir. Scalfaro abrirá consultas con los partidos políticos y luego tomará una decisión.

El presidente podría nombrar un gobierno técnico o, lo que parece más probable, convocar a nuevas elecciones parlamentarias.

Si decide el camino de las urnas, los comicios deberán celebrarse antes del 26 de noviembre, cuando comienza el "semestre blanco", como se denomina al último de los siete años de la presidencia y durante el cual el jefe de Estado no puede disolver el parlamento ni convocar a elecciones anticipadas.

Los comicios deberían realizarse en el 2001, porque la constitución los fija cada cinco años y los anteriores fueron en abril de 1996. Pero en Italia se adelantan a menudo.

La duración promedio de los gobiernos italianos desde el fin de la segunda guerra mundial es de alrededor de un año. El actual, que acaba de caer, es el número 55 desde entonces.

El de Prodi fue el segundo en cuanto a duración, casi dos años y medio. El primero fue el encabezado por el socialista Bettino Craxi entre 1983 y 1987. (FIN/IPS/jp/mj/ip/98

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