IBEROAMERICA: La crisis de fin de siglo reflota papel del Estado

América Latina, España y Portugal debatirán este domingo en la VIII Cumbre Iberoamericana fórmulas para la regulación de los capitales especulativos y la recuperación de funciones sociales del Estado.

Los jefes de Estado y de gobierno que llegarán este sábado a la ciudad portuguesa de Oporto discutirán como asunto central "Los desafíos de la globalización y la integración regional".

Brasil y Uruguay llevarán seguramente a Oporto su propuesta de mecanismos de regulación del flujo de capitales especulativos, cuya volatilidad desorganiza las defensas levantadas por los estados nacionales para enfrentar la crisis.

Costa Rica parece dispuesta a sumarse a esa posición, que luego deberá ser promovida en foros aún más amplios, y Portugal está listo para dar su apoyo a iniciativas para "regular" la globalización.

El primer ministro de Portugal, Antonio Guterres, expuso como préambulo de la Cumbre un aplio arco de problemas relacionados con la globalización, como las migraciones masivas, el narcotráfico, las guerras locales y regionales y el sida.

Pero Guterres admitió que la crisis financiera originada en Asia es la principal preocupación de los líderes del mundo.

Por su parte, Cuba lanzará en Oporto "mnsajes muy claros, precisos y comprometidos profundamente con la idea de salvar a la humanidad de un irrecuperable desastre", anunció el primer vicecanciller Jorge Bolaños.

Para el presidente cubano Fidel Castro, la prioridad del momento es "enfrentar la catástrofe económica que se avecina". Cuba será sede de la IX Cumbre Iberoamericana, en 1999, y Castro se sentará entonces en la mesa que presidirá la conferencia de prensa final de la reunión de Oporto.

Eduardo Frei, de Chile, exhortará en Oporto a los países en que estalló la crisis que no sigan demorando las medidas y correcciones necesarias para comenzar su recuperación, un proceso que, según cree, exige mayor compromiso del Norte industrial.

El mandatario uruguayo Julio María Sanguinetti se declaró partidario de crear un nuevo organismo internacional de alerta ante las crisis financieras derivadas de la globalización, que "generan un mundo complejo y peligroso".

"Las instituciones que nacieron en Bretton Woods son hoy insuficientes", dijo Sanguinetti esta semana en Madrid, para aludir al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial.

También el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, cree que el sistema de Bretton Woods, nacido hace más de 50 años para reanimar las economías destrozadas por la segunda guerra mundial, quedó rezagado frente a la rapidez y libertad de la economía globalizada.

Brasil es la última barrera ante el avance del huracán financiero sobre los mercados emergentes, después del derrumbe del sudeste de Asia y de Rusia.

Todas las opiniones coinciden en que, de caer, Brasil arrastraría a sus socios del Mercado Común del Sur (Argentina, Paraguay y Uruguay) y luego al resto de América del Sur.

El jefe de Estado de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, advirtió la necesidad de asegurar "una respuesta rápida" de organismos internacionales para evitar la recesión económica global.

Rodríguez consideró esta semana "muy adecuado" el análisis de la mundialización "en un ambiente iberoamericano", ya que "el primer gran proceso de globalización" comenzó cuando los conquistadores españoles y portugueses llegaron a América.

La nueva globalización "plantea la necesidad de transformación de los estados nacionales, de sus funciones y reglas de actuación", observó Guterres.

Al respecto, el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, sugerirá el reconocimiento de la responsabilidad del Estado en funciones que no pueden dejarse libradas al mercado y de la necesidad de un mayor énfasis en el concepto social del desarrollo.

La propuesta de Pastrana fue interpetada en Bogotá como un llamado a reconsiderar el modelo económico neoclásico imperante en esta década y se suma a la opinión de varios líderes y expertos iberoamericanos que reivindican el papel del Estado.

"Todas las miradas convergen hoy nuevamente sobre el poder político en busca de fórmulas institucionales capaces de asumir la nueva situación" generada por la crisis financiera, afirmó el uruguayo Sanguinetti en Madrid, ante una veintena de presidentes, ex goberantes y académicos de América Latina y Europa.

Mientras, Venezuela, el anfitrión de la Cumbre Iberoamericana de 1997, preconiza la creación de una secretaría de cooperación, destinada a "hacer el seguimiento de los proyectos (aprobados) y promover su funcionamiento, informó Edmundo González, director de asuntos políticos de la cancillería venezolana.

González recordó que las siete Cumbres realizadas desde 1991, cuando los líderes iberoamericanos se congregaron en la ciudad mexicana de Guadalajara, aprobaron 10 proyectos, incluso el apoyo a la pequeña y mediana industria como factor de desarrollo, una iniciativa de la reunión de 1997 en la venezolana isla Margarita.

También Bolivia es partidaria de crear un mecanismo de seguimiento de las decisiones de la Cumbre Iberoamericana.

El canciller boliviano Javier Murillo, que reemplazará en Oporto al presidente Hugo Banzer, retenido en su país por las fiestas del 450 aniversario de la ciudad de La Paz, pedirá así mismo que se realicen los aportes al Fondo Indígena de Sudamérica y el Caribe, de 100 millones de dólares, aprobado en 1992 en Madrid. (FIN/IPS/ff/la eu/98

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