HAITI: Democracia no acabó con el reino de la impunidad

Gran parte de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura militar en Haití siguen impunes a cuatro años de la recuperación de la democracia, destacó una misión conjunta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Muy pocos casos llegaron a juicio, señaló la Misión Civil Internacional en Haití (Micivih) de la ONU y OEA, en un mensaje de solidaridad dirigido a las víctimas del golpe militar que el 30 de septiembre de 1991 derrocó al presidente Jean Bertrand Aristide, el primero elegido democráticamente en este país.

Misivih atribuyó la falta de justicia a la ineficacia del sistema judicial, la escasez de voluntad política y las pocas pruebas o testigos sobre algunas de las violaciones cometidas durante los tres años siguientes al derrocamiento de Aristide, cuando se calcula que fueron asesinadas unas 3.000 personas.

Pero las 60.000 páginas de documentos que una fuerza multinacional de paz liderada por Estados Unidos confiscó a las fuerzas armadas y al grupo golpista Frente para el Avance y el Progreso de Haití (FRAPH) en octubre de 1994 podrían aportar información sobre los casos de violaciones, indicó Micivih.

El FRAPH era una organización paramilitar de derecha que colaboró con la dictadura militar, cuyo gobierno encarceló, torturó y mató a activistas opositores, sindicalistas, dirigentes campesinos y toda persona considerada partidaria del presidente constitucional.

Aristide retornó a la presidencia en octubre de 1994 gracias a la intervención dirigida por Estados Unidos, pero en noviembre de 1995 se celebraron nuevas elecciones a las que no se pudo presentar porque la Constitución impide la reelección.

Su sucesor, René Préval, en funciones desde febrero de 1996, pasó la mayor parte del año pasado intentando resolver una crisis política provocada por la negativa del parlamento a aceptar sus candidatos a primer ministro, lo que le quitó tiempo para dedicar a temas apremiantes como la impunidad.

La misión de la ONU y la OEA destacó que la historia reciente de América Latina demuestra que los estados no suelen combatir espontáneamente la impunidad ni compensar a las víctimas de la represión política.

Pero amplios sectores de la población sienten que es indispensable combatir la impunidad y compensar a las víctimas para que la justicia triunfe. Esta situación y el creciente debate público del problema son señales promisorias, observó la misión internacional.

La organización de derechos humanos Fundación 30 de Septiembre organiza manifestaciones semanales que congregan a las víctimas de los abusos de la dictadura.

Las visitas de Louis Joinet, relator especial sobre la impunidad de la subcomisión de derechos humanos de la ONU, y del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel también ayudaron a mantener vivo el interés sobre los derechos humanos.

El mismo fin tuvo la publicación de una propuesta de política nacional para compensar a las víctimas de la represión por parte del Movimiento de Apoyo a las Víctimas. Así mismo, la Plataforma de Organizaciones Haitianas de Derechos Humanos propuso un plan de acción contra la impunidad.

Organizaciones no gubernamentales de Gonaives, la cuarta ciudad de Haití, siguen presionando al gobierno para que acelere la investigación de la masacre cometida en abril de 1994 en el vecindario de Raboteau, que causó la muerte a 40 personas.

El gobierno creó una oficina que puso en práctica proyectos para las víctimas de la represión e intentó reforzar el sistema judicial en Gonaives para mejorar la investigación del caso Raboteau, señaló Micivih.

La misión también puntualizó que Haití reconoció a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo que podría abrir el camino a la revisión del sistema judicial.

Micivih seguirá asistiendo al gobierno en el área de los derechos humanos, anunció. La misión brindó información para la investigación de la masacre de Raboteau y facilitó la llegada de expertos en antropología legal y otros ámbitos para investigar las muertes.

La misión de la ONU y la OEA también ayudó a informar a la gente sobre la importancia de combatir la impunidad, a través de conferencias y programas radiales, talleres y otros eventos organizados por asociaciones de víctimas. (FIN/IPS/tra-en/imc/kb/aq-ml/hd/98

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