CUBA: Gobierno frena migración del interior hacia La Habana

La aplicación de un estricto control gubernamental sobre las migraciones internas logró frenar el éxodo hacia la capital de Cuba desde otras regiones de esta isla, aseguraron hoy fuentes oficiales.

Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), afirmó este miércoles que "se mantiene la reducción de residentes en ciudad de La Habana", algo más de un año después de que el gobierno decidiera tomar cartas en el asunto.

Según el informe oficial, en los primeros nueve meses de este año se asentaron en La Habana 8.697 personas y otras 9.798 dejaron la capital para regresar a sus lugares de origen en otras provincias del país.

El saldo en lo que va de año arroja "1.101 personas menos residiendo con carácter permanente en la capital", afirmó Granma, que calificó de "positivo" el cumplimiento de las leyes vigentes.

Los traslados hacia la capital tomaron un cariz alarmante a finales de 1995, cuando las autoridades locales reportaron un saldo migratorio positivo de 28.103 personas, muy por encima de las 10.921 que se contabilizaban en 1990.

En un intento por controlar los asentamientos ilegales, considerados manifestaciones de "indisciplina social" por las autoridades, el gobierno de Fidel Castro emitió, en abril del año pasado, el decreto 217 sobre migraciones internas hacia La Habana.

En cumplimiento de las medidas decretadas 3.353 personas fueron "regresadas" (obligadas a retornar) a su lugar de origen y se impusieron 5.493 multas por un valor superior a un millón de pesos a ocupantes ilegales.

La cotización oficial del dólar es igual al peso, pero en las casas de cambio abiertas por el gobierno un dólar se compra a 21 pesos.

El proceso de "regresar" a los lugares de origen fue en algunos casos dramático, e incluyó desalojos de viviendas ocupadas ilegalmente y el aumento de la emigración hacia la provincia más cercana a la capital.

Según las regulaciones vigentes, debe garantizarse a cada persona que se traslada del interior a La Habana un espacio donde vivir y los jefes de hogar de la capital deben informar cada visita que reciben del interior del país, aunque se trate de una estancia temporal.

Más allá de los inconvenientes que esto crea en algunos casos, la medida fue bien acogida por la mayoría de los habitantes de la ciudad que atribuyen buena parte de sus problemas de escasez de vivienda e insuficiencia de servicios públicos a la constante llegada de inmigrantes.

Entre la población existe también tendencia a responsabilizar a los que se trasladan a la capital, sobre todo a los procedentes de las regiones más orientales de la isla, con el aumento de la violencia en la ciudad.

Expertos del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM) advirtieron, sin embargo, que la reversión del flujo migratorio interno puede ser sólo coyuntural si responde a la aplicación de medidas restrictivas.

Estudios especializados realizados en la isla estiman, en contraste con la posición oficial publicitada, que la capital necesita de quienes se trasladan desde el interior para responder a la demanda de fuerza de trabajo en sectores productivos como la construcción.

Blanca Morejón, investigadora del CEDEM que coordinó una Encuesta Nacional de Emigración Interna, estima que, a pesar de esa demanda, la emigración hacia la capital en los años 90 se caracteriza por "un movimiento social descendente".

"Entre 1989 y 1992, por cada trabajador que ganó la ciudad ingresaron 29,9 personas inactivas, predominando entre éstas los adultos en edad laboral que no buscaban trabajo", afirmó Morejón.

De mantenerse esa proporción, la capital incorporaría como carga social 27.000 personas inactivas por cada 900 que ingresen a trabajar en los sectores de la economía donde se necesita fuerza de trabajo.

La encuesta reveló que en 54 por ciento de las viviendas de la capital viven más de dos migrantes y que cerca de tres por ciento acoge a más de nueve migrantes. Treinta y cinco por ciento de los habitantes de La Habana nacieron en otras provincias.

Cuba tenía una población de 11.093.152 habitantes al final del pasado año, de los cuales 2.197.706 vivían en La Habana, de acuerdo con el Anuario Demográfico publicado por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

El saldo migratorio hacia la capital pasó de 12,9 por 1.000 habitantes en 1995 a un saldo de menos 1,9 por ciento el pasado año. Del total de personas que se asentaron en La Habana en 1997, 9.826 eran hombres y 9.068 mujeres.

Entre 1965 y 1990 las autoridades lograron regular la emigración hacia la capital en torno a 10.000 personas al año, como resultado de la aplicación de una política de desarrollo armónico de todas las regiones del país.

Mientras La Habana creció a un promedio anual de 0,7 por ciento entre 1970 y 1980, Bogotá creció tres por ciento, Caracas dos, Ciudad de México 4,2, Lima 3,7 y Sao Paulo 4,4, según reportes de las Naciones Unidas. (FIN/IPS/pg/mj/pr/98

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