La sociedad costarricense vive un profundo cambio, el hogar tradicional cede terreno y aumenta la violencia, pero la población mantiene vigentes ideales de justicia y democracia, según el Cuarto informe sobre el Estado de la Nación.
"En 1997 se registró una consolidación de la tendencia al aumento de los hogares unipersonales" y de núcleos conyugales sin hijos y uniparentales. "Un dato interesante es que en estos últimos, la jefatura masculina, aunque minoritaria, tiende a crecer más que la femenina", detalla el informe.
En 1987, 55,8 por ciento del total de hogares de Costa Rica estaban formados por un jefe, su cónyuge e hijos solteros, pero en 1997, la proporción bajó a 51,7 por ciento, posiblemente debido al aumento de divorcios y separaciones informales.
Influye también el incremento de la cantidad de madres adolescentes solas, pues casi 20 por ciento de los nacimientos registrados en el primer semestre de 1997, el año en se recogieron los datos para el estudio, correspondieron a ese sector de la población.
El informe atribuye esta situación a la incapacidad de los adultos y de muchos educadores para tratar el tema de la sexualidad, pese a la existencia de guías y textos educativos.
También llama la atención que uno de cada cinco jefes de hogar tiene 60 años de edad o más, y de éstos, 27,5 por ciento de las mujeres y 10,9 por ciento de los hombres viven solos.
Este cambio en la estructura familiar no viene acompañado, sin embargo, de una alteración de la opinión tradicional respecto de las responsabilidades de la familia.
Según el informe, 73 por ciento de los hombres y 76 por ciento de las mujeres piensan que el hombre es el responsable de mantener el hogar. La mujer debe dedicarse a atender su hogar y su familia, según creen 75,4 por ciento de los hombres y 78,2 por ciento de las mujeres.
Pese a la responsabilidad que se atribuye al hombre como proveedor, solo alrededor de 33 por ciento, tanto de hombres como de mujeres, piensan que éste debe ser el jefe del hogar. El 58,4 por ciento de los hombres y 48,6 por ciento de las mujeres creen que la jefatura del hogar debe compartirse.
Sesenta por ciento de las mujeres ceden su derecho a la participación política y tanto ellas como los hombres, en igual proporción, consideran que es preferible que los hombres se hagan cargo de esa área.
La mayoría de los costarricenses mantienen su fe en el ideal democrático, aunque con dudas sobre los mecanismos y resultados, y defienden la equidad y la justicia social.
El informe, divulgado en la noche del martes, también pone en evidencia síntomas ngativos en sectores como la educación, la salud o la unión familiar.
Según el documento, 45 por ciento de los jóvenes costarricenses que deberían cursar los últimos dos años de enseñanza secundaria no están en el sistema educativo, pero eso no se debe a la necesidad de trabajar.
Esta conclusión se extrae de otra estadística: uno de cada cinco adolescentes en el área urbana y cerca de la cuarta parte en la rural, ni estudian ni trabajan.
En 1997, 21 por ciento de los jóvenes de 15 años que deberían asistir a cursos regulares no lo hicieron y en el medio rural, la proporción de deserciones fue más de 50 por ciento.
En materia de salud, uno de los hechos más preocupantes es la caída de la esperanza de vida, que pasó de 75,5 años en 1990 a 75,1 en 1997. Las causas son los accidentes de tránsito, los suicidios y los homicidios.
Sólo 50 por ciento de la población está cubierta por el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte, en tanto 90,4 por ciento está protegida en el caso de enfermedad o maternidad por la estatal Caja Costarricense del Seguro Social.
La violencia es causa de preocupación en el informe, que cita cifras de 1996 y 1997. De acuerdo con datos divulgados por el diario La Nación, en San José, de 960.000 habitantes en su área metropolitana, se producen por mes aproximadamente mil casos de delitos contra la propiedad.
Diariamente se ejecutan 33 ataques en San José y de enero a julio se contaron 47 homicidios.
En cuanto a indicadores, el informe señala que 1997 fue el año en que se llegó a una cifra histórica de inversión social, pues se gastó 22 por ciento del producto interno bruto (PIB) en esa área.
La pobreza extrema llegó también a un mínimo histórico de 5,7 por ciento de los hogares de Costa Rica.
El estudio confirma que la mayoría de costarricenses tienen acceso a los servicios básicos, como electricidad (93,2 por ciento) y telefonía (195 teléfonos cada mil habitantes).
El Estado de la Nación es una iniciativa surgida hace cinco años con el fin de que la población costarricense tenga un espejo de su realidad.
Es una iniciativa de las universidades públicas, la Defensoría de los Habitantes, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa de Derechos Humanos y Democratización de la Unión Europea. (FIN/IPS/mso/ff/pr/98