La violación de cuatro religiosas católicas por un grupo de fanáticos hindúes determinó la movilización de los cristianos de India, que exigen el cese de toda agresión.
"Permanecimos callados hasta ahora, esperando que cesaran las atrocidades", declaró un dirigente cristiano, Janis Francis, en la Convención Nacional de la Juventud, una asamblea de cinco días que concluye hoy en Nueva Delhi.
"Ya basta. Los ataques deben detenerse", exigió Francis. Lo más relevante de la Convención de jóvenes cristianos es la manifestación por los derechos humanos realizada el sábado, en repudio a agresiones contra misioneros y templos lanzadas desde abril por fundamentalistas hindúes.
Una delegación de la Conferencia de Obispos Católicos de India, encabezada por el arzobispo de Delhi, Alan Lastic, protestó el martes pasado ante el ministro del Interior, Krishna Advani, por la violación de las monjas, perpetrada en el distrito Jhabua, del estado central de Madhya Pradesh.
Una pandilla de 20 hombres ingresó el día 23 en un convento, que alberga una clínica de atención a comunidades tribales, saqueó el lugar y violó a las cuatro religiosas.
El ministro expresó pesar por el hecho y prometió investigar esas violaciones y otros ataques contra misioneros en las últimas semanas, pero no condenó públicamente los incidentes.
La indignación aumenta entre los 25 milllones de cristianos de India, y el gobernante Bharatiya Janata (Partido Nacionalista Hindú) tomó distancia de una declaración de la Vishwa Hindu Parishad (VHP, Organización Hindú Mundial), que justificó las violaciones.
"Los recientes ataques son resultado de la indignación de la juventud patriótica hindú ante fuerzas antinacionales", afirmó en la declaración el líder de la VHP, B. L. Sharma.
Sharma también exigió la expulsión del país de los misioneros extranjeros y advirtió al Partido del Congreso, gobernante en Madhya Pradesh, que debe evitar una actitud "innecesariamente enérgica" en el caso de las violaciones.
La agresión a las monjas y el posterior saqueo de un convento de Baghpat, en el norteño estado de Uttar Pradesh, fueron una reacción contra la actividad misionera de los cristianos, que intentan convertir a su fe a fieles hindúes, dijo Sharma.
El obispo católico auxiliar de Delhi, Vincent Concessao, informó que durante la reunión con el ministro Advani, éste telefoneó a los dirigentes del VHP para pedirles el retiro de incendiaria declaración, pero su solicitud no fue aceptada.
El VHP promovió en 1992 la demolición de la mezquita de Babri Masjid, un edificio del siglo XVI que se levantaba en Uttar Pradesh. Ese hecho fue seguido de enfrentamientos entre musulmanes e hindúes en los que murieron más de 1.000 personas.
Concessao opinó que la verdadera razón de los ataques contra los católicos es el trabajo que éstos realizan entre los pobres y sus tentativas de poner fin a la desigualdad social resultante "del rígido sistema de castas" de India.
En cuanto a las conversiones al cristianismo, dijo que "nosotros presentamos nuestros principios, pero la elección está en manos de la gente. Este es un país libre y nadie está obligado a convertirse" a ninguna confesión religiosa.
Concessao citó el caso de una gran cantidad de hindúes que asisten a escuelas misioneras cristianas por la calidad de la educación que dispensan, pero no se convierten al cristianismo. "Nosotros respetamos la decisión del individuo", puntualizó.
Mientras, K. Rajaratman, presidente del Consejo Nacional de Iglesias de India, señaló que la respuesta a la declaración del VHP "es continuar sirviendo a los pobres, los huérfanos, las viudas y los discapacitados".
"Nos preocupa que hay connivencia entre quienes cometen las atrocidades contra los cristianos y ciertos gobiernos estaduales", observó Concessao, citando la alta cantidad de ataques en el occidental estado de Gujarat, gobernado por el partido Bharatiya Janata.
Desde abril último hubo casi 40 casos de vandalismo y agresiones contra los cristianos, incluyendo la exhumación de un cadáver y la destrucción de una imagen de la Virgen María.
En septiembre, hindúes radicales dañaron una estatua dedicada a San Bernardo en el colegio Jesús y María, situado en el centro de Chanakyapuri, el distrito diplomático de Nueva Delhi.
Los obispos también reclamaron acción del Ministerio del Interior en la investigación del asesinato de dos sacerdotes en Bihar, al noreste, y de la demolición de una capilla en la zona de Malad, en Mumbai (ex Bombay).
"No vamos a reaccionar con violencia. Los enemigos comunes en este país son la pobreza y el hambre", dijo Concessao. (FIN/IPS/tra- en/dr/di-ff/ip/98