Un conocido escultor de Zimbabwe, Joram Mariga, tuvo la oportunidad de aprender una lección durante un viaje a Japón: allí los artistas utilizan granito procedente de su país, donde ese material era ignorado.
"Sentí una gran vergüenza", confesó Mariga a su retorno. "Casi todos los escultores japoneses trabajan con granito negro de Zimbabwe, un material que nosotros ni siquiera consideramos".
"Nunca aprendí a trabajar con ese material, no conocía cuáles eran las técnicas apropiadas, ni las herramientas que debía utilizar", agregó.
Mariga comenzó a esculpir en 1958 y en estos días se lo considera el "padre" de la escultura en piedra de Zimbabwe. Su frustración frente al granito también es compartida por otros artistas de este país.
"La verdad es que siempre quisimos hacer esculturas gigantes de granito, de unos 15 por 20 metros, pero tenemos miedo de trabajar con una piedra tan dura", admitió Nicholas Mukomberanwa, uno de los más exitosos escultores de Zimbabwe, cuyas obras se exponen en museos de Londres, Nueva York y Frankfurt.
La escultura shona, como se denomina a la escultura en piedra de Zimbabwe, ha progresado mucho en los últimos 40 años, hasta el punto que se la considera un fenómeno del arte contemporáneo.
Ese fenómeno ayudó a que Zimbabwe, y antes la colonial Rodesia, lograran convertirse en sinónimo de la escultura moderna africana, aunque nunca practicaron las grandes tradiciones artísticas de Africa occidental.
Mariga fue el primero en mostrar al mundo el concepto del arte africano puro, representado por figuras con cabeza alargada donde se asienta el espíritu y una pose frontal estática, con los puños apretados.
Un amigo de Mariga, el japonés Masaji Asaga, dio este mes los primeros pasos para ayudar a los escultores de Zimbabwe a superar su frustración con el granito al dictar un taller sobre el uso de ese material con fines artísticos.
Sus colegas de Zimbabwe consideraron que fue un acontecimiento histórico. "Lo que aprendimos de los japoneses fue la técnica, y eso es histórico para el movimiento de la escultura en piedra en este país", manifestó Mukomberanwa.
Asaga es famoso por sus trabajos en granito y fue fundador del Museo de Piedra de Iwase, en la principal área de producción de esta roca en Japón, destinado a promover el interés por "esta piedra cultural".
"Diría que fue un privilegio trabajar con los escultores de Zimbabwe, sobretodo porque ellos usan sus manos para trabajar. En el mundo los artistas suelen usar máquinas y aquí tuve la oportunidad de ver una forma pura de trabajar la piedra", dijo Asaga.
"La distancia geográfica y las divisiones económicas entre el primer y el tercer Mundo no cuentan en la escena del arte… este encuentro fue sólo el comienzo", agregó.
El taller se realizó en el Parque de Esculturas de Chapungu, cuyo director, Roy Guthrie, aseguró que pese al escaso inglés del invitado japonés, la comunicación entre artistas era muy fluida. "Convenció a nuestros escultores de que también pueden realizar grandes esculturas".
Asaga legó a los artistas africanos una base sobre la cual comenzar a desarrollar la escultura en granito, lo cual les abre una nueva área de trabajo y les da la oportunidad de renovarse, consideró Guthrie.
"La escultura en piedra de Zimbabwe es muy popular en el extranjero, pero llegará el momento en que seremos acusados de comercialismo, y se dirá que los escultores de este país trabajan con material suave que puede rayarse e incluso quebrarse", dijo Mariga.
"Si logramos producir esculturas en granito, estaremos protegiendo la imagen del arte de Zimbabwe", declaró.
Mukomberanwa añadió que el granito podría hacer la diferencia entre recuerdos para turistas y arte 'verdadero'. Será una prueba para los profesionales, pues se trata de un material muy difícil de trabajar.
"Demoras mucho más, la resistencia del granito te hace apreciar la pelea que tienes por delante: respetas a esa piedra", explicó Mukomberanwa, quien calificó al granito como "una prueba para descubrir a los verdaderos artistas". (FIN/IPS/tra- en/tt/mn/mk/lc-ml/cr/98
