AMERICA CENTRAL: Diálogo por comercio con México pasa a políticos

La firma de un tratado de libre comercio entre tres países de América Central y México se prevé para diciembre o marzo, pero la última ronda de negociaciones muestra que las diferencias siguen en pie y que un acuerdo por la vía política será improbable.

Tras una interrumpida reunión la semana pasada en México, los líderes empresariales de los centroamericanos coinciden en que ese país no se movió de sus posiciones en torno a los temas calientes de la negociación: las asimetrías, las normas de origen, el transporte y los subsidios a la exportación agrícola.

Pero tampoco variaron sus posiciones los empresarios del llamado Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), a raíz de lo cual la delegación mexicana dio por suspendida la reunión y aseguró que los asuntos debían elevarse al nivel político.

Si bien la reunión se realizó la semana pasada, no fue hasta este miércoles cuando las cúpulas empresariales decidieron salir al paso de la iniciativa mexicana de elevar la discusión a la instancia política.

Enrique Lacs, cordinador de la Comisión Empresarial para las Negociaciones Comerciales Internacionales de Guatemala, dijo que México pretende elevar al nivel político las negociaciones, prescindir del aspecto técnico y dividir al Triángulo Norte.

Mario Magaña, gerente técnico de la Cámara de Comercio e Industrias de El Salvador, comentó a IPS que el Triángulo Norte logró un buen nivel de acuerdo para la negociación con México, al punto de que 82 por ciento de las listas de productos presentadas a México son de consenso.

Magaña indicó que, a diferencia de Costa Rica, que dejó a su sector agropecuario fuera del acuerdo firmado con México en 1994, el Triángulo Norte procura un buen tratado en esa materia y considera que los tres países juntos la pueden lograr.

Sin embargo, indicó, la posición mexicana se sintió en todo momento inflexible en la discusión de asuntos como la protección a la producción agropecuaria, que en México se aproxima a 40 por ciento y, por lo tanto, no le permite competir a los países centroamericanos, donde los aranceles son de 17 por ciento.

En materia de asimetrías, el Triángulo Norte pretende períodos de desgravación de 15 años o más, pero México pretende que las economías del istmo se abran en un perído menor a 10 años.

Debido a las diferencias, México abriría su mercado en un período menor, pero la diferencia aún no satisface al empresariado centroamericano porque, en promedio, oscila entre tres y cuatro años.

Lejos de flexibilizar sus posiciones, el sector productivo del istmo asegura que sólo apoyará la firma del tratado "si satisface cuatro aspiraciones básicas: asimetría, certeza jurídica, eliminación de trabas en fronteras y transporte", dijo en El Salvador el negociador del sector privado Rigoberto Monge.

Leiner Vargas, experto en Comercio Internacional de la Universidad Nacional de Costa Rica, indicó a IPS que el de las asimetrías es un punto importante para el sector privado centroamericano, basándose en el ejemplo de Costa Rica, cuyo tratado con México data de 1994.

"El problema de Costa Rica en este tema es que en los rubros en los cuales México aceptó a abrirse no tenemos oferta exportable ni se ha creado. Así ha sido en el caso de 700 productos", explicó.

La situación sería diferente, explicó, si México le reconociera a Costa Rica asimetría en el azúcar, o a El Salvador en textiles o metalmecánica. Pero México es un socio inteligente que conoce perfectamente la oferta exportable de América Central.

En general, el sector privado del Triángulo Norte se ha sentido desmotivado ante el tratado de libre comercio con México -que se negocia desde 1995- debido a la falta de transparencia que le atribuye al mercado mexicano y a las barreras no arancelarias contra las exportaciones centroamericanas.

Vargas explicó que esa actitud obedece a que la experiencia de los países que firmaron acuerdos comerciales con México no resulta positiva.

"Antes de firmar el tratado de libre comercio se crean expectativas muy favorables que luego no se cumplen. Los empresarios centroamericanos conocen bien el ambiente de negocios en México y saben que no es con un tratado que se puede concretar el ingreso a ese mercado", dijo.

Vargas indicó que a la luz de los tratados vigentes de Costa Rica y Nicaragua con México las ventajas de apertura de mercado prácticamente son nulas y que esto crea situación de apatía en el resto de los empresarios centroamericanos.

Si bien las exportaciones de Costa Rica a México se cuadruplicaron de 1995 a la fecha, la balanza comercial sigue siendo muy desfavorable para el país centroamericano y los rubros sobre los que crece ya estaban de por sí incluidos en los flujos anteriores al tratado, explicó Vargas.

El gobierno ve con mucho optimismo las cifras: las exportaciones costarricenses a México pasaron de menos de 20 millones de dólares en 1995 a 70 millones en 1997. Las importaciones pasaron de 180 a 289,6 en el mismo período.

Pese a ese aumento, "el costo de administración del tratado con México es muy alto para el efecto marginal de comercio que estamos teniendo", consideró Vargas.

Entre América Central y México el comercio es también desfavorable para el istmo. Mientras éste compra 1.480 millones de dólares sólo le vende al país del norte 220 millones de dólares. (FIN/IPS/mso/mj/if/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe