SALUD: Convención sobre pesticidas no satisface a ecologistas

La nueva Convención de las Naciones Unidas sobre el Comercio de Pesticidas y Sustancias Químicas Peligrosas no es suficiente, advirtieron grupos ambientalistas que exigen prohibir la fabricación de esos productos.

Grupos ambientalistas advirtieron que la nueva Convención de las Naciones Unidas sobre el Comercio de Pesticidas y Sustancias Químicas Peligrosas no es suficiente para evitar la amenaza de esos productos, e insistieron en la necesidad de prohibir su fabricación.

"Es positivo que los gobiernos se pongan de acuerdo para hacer más transparente, informado y consensual el comercio de sustancias peligrosas, pero el gran desafío es la eliminación de estos productos", afirmó el director de la campaña sobre tóxicos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Clifton Curtis.

La Convención fue suscrita por 100 países que asistieron a una reunión realizada a comienzos de mes en Holanda. El convenio pretende que los gobiernos estén informados sobre este tipo de sustancias, para que puedan decidir si continúan o no con su importación.

El objetivo de este tratado es reducir la amenaza al medio ambiente y a la vida de millones de agricultores que utilizan pesticidas prohibidos o restringidos en el mundo industrializado, pero que aún se comercian en países en desarrollo, donde escasean las regulaciones sobre el tema.

"La Convención es un paso importante para ayudar a los países a decidir si desean utilizar e importar sustancias que son peligrosas", afirmó el director general del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf.

"Los pesticidas no deberían amenazar el bienestar, la salud ni la vida de los agricultores", añadió el director de la FAO.

Los pesticidas regulados por este acuerdo han sido asociados con intoxicaciones severas que causan esterilidad, cáncer, problemas neurológicos y hasta la muerte, señaló la FAO.

Desde fines de los 80 opera un sistema de consentimiento voluntario para el tema de los pesticidas, pero la nueva Convención, que entrará en vigencia cuando sea ratificada por 50 países, provee un marco legal para adoptar medidas de regulación.

El instrumento será operado por FAO y por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

El acuerdo establece que los países en desarrollo deben ser informados cuando un pesticida u otra sustancia haya sido prohibida o severamente restringida en al menos dos países de diferentes regiones del mundo. La nación importadora deberá decidir entonces si acepta o rechaza su ingreso.

Otros pesticidas quedarán sujetos al mismo tratamiento cuando se determine que su uso en países en desarrollo puede resultar peligroso. Además la Convención solicita a los países que dejen de producir esas sustancias, pero no los obliga a hacerlo.

Organizaciones como la Red de Acción sobre Pesticidas, Consumidores Internacionales y el Pesticides Trust, que participaron activamente en el proceso de negociaciones de la Convención, pidieron su inmediata aplicación.

"Se necesita en forma urgente, ya que hay presiones para aumentar la producción agrícola mundial y los países en desarrollo suelen convertirse en mercados para pesticidas añejos, baratos y peligrosos", dijo la representante del Pesticides Trust, Barbar Dinham.

"Esta Convención servirá para alertar a los gobiernos sobre los peligros a la salud y el ambiente, lo cual les permitirá prohibir las importaciones de sustancias no deseadas", añadió.

Reconoció que la Convención no es un instrumento con la capacidad de detener la producción y el uso de los pesticidas peligrosos, pero consideró que se avanzará si se logra poner en práctica el sistema de consentimiento informado previsto por este tratado. "Ese es el desafío", dijo.

"Los trabajadores y los agricultores deben estar informados sobre los productos que utilizan, y esa información deberá ser facilitada por la industria agroquímica", planteó Dinham.

Para el WWF, uno de los retos más complejos será llevar el contenido de esta Convención del papel a la práctica, en especial si se considera que muchos países en desarrollo carecen de regulaciones apropiadas para el manejo de los pesticidas.

Las agrupaciones ambientalistas le dieron la bienvenida a la Convención y demandan que sea puesta en vigencia lo antes posible, pero también advierten que el sistema de consentimiento informado podría dejar pasar algunas sustancias peligrosas.

Uno de los requisitos para incluir un pesticida en la lista de sustancias peligrosas es la información detallada de incidentes registrados en países en desarrollo, y los grupos ambientalistas argumentan que ese tipo de datos con frecuencia son difíciles de recopilar cuando no existen mecanismos apropiados de control.

El WWF también destacó que muchos pesticidas peligrosos ya no necesitan ser importados desde el mundo industrializado, pues se producen en los propios países en desarrollo.

"Lo que se necesita es un compromiso mundial para eliminar las sustancias químicas y los pesticidas más peligrosos", dijo Curtis, del WWF.

Agregó que "los países deberían actuar ahora mismo contra las sustancias que provocan alteraciones endócrinas y tienen propiedades bioacumulativas, en vez de conversar y retardar ese tipo de medidas mientras la situación empeora". (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lc-ml/en/98

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