La Oficina de la Organización de las Naciones Unidas en Ginebra (UNOG) asumió la misión de allanar algunas de las dificultades que afrontan las misiones de los países más pobres acreditadas ante la institución internacional.
El director general de la UNOG, el ruso Vladimir Petrovsky, anunció que se encuentran avanzadas las conversaciones con las autoridades de Suiza, el país sede, para otorgar facilidades a los diplomáticos de los países más pobres.
Las representaciones de esas naciones en el exterior afrontan en general problemas, pero en el caso de Ginebra se agudizan en particular por el alto costo de vida de esta ciudad suiza, observó el informe anual de la UNOG presentado este jueves por Petrovsky.
Diplomáticos del mundo en desarrollo, en especial los de Africa subsahariana, reiteraron en los últimos tiempos que los elevados costos de Ginebra conspiran contra la defensa de los intereses de sus países.
Numerosos estados ubicados en la categoría de bajos ingresos atienden desde sus embajadas en Bruselas o en Londres los asuntos bilaterales y multilaterales que se negocian en Ginebra, sede de organismos de derechos humanos, salud, comercio, propiedad intelectual, trabajo, telecomunicaciones y desarme, entre otros.
Otras misiones que se arriesgaron a instalarse en esta ciudad disponen de recursos tan escasos que "apenas alcanzan a cubrir las necesidades mínimas, lo que amenaza seriamente la capacidad de desempeñar sus funciones", dijo el informe de la UNOG.
Cuando se creó la Organización Mundial de Comercio (OMC), en 1995, las autoridades suizas anunciaron que posibilitarían la instalación de representantes de los países más pobres desarrollo, pero hasta la fecha no han otorgado esas facilidades.
Petrovsky retomó el asunto en una reunión que sostuvo en agosto con parlamentarios suizos. "Me siento muy complacido de anunciar que esas observaciones fueron recibidas favorablemente por las autoridades de Suiza", indicó el diplomático ruso.
Una de las ideas que discuten funcionarios de Berna y de la ONU es la creación de una Casa Universal que otorgaría facilidades a los países más pobres, precisó Petrovsky.
Otra alternativa es la de favorecer el alquiler de alojamiento barato a los diplomáticos de esos países, agregó.
El proceso de consultas se encuentra en marcha y represemta "una buena muestra del entendimiento con que trabajamos con las autoridades suizas", aseguró.
Suiza y la oficina de la ONU analizan otro tema delicado: la cuestión de la seguridad pública en el interior y en los alrededor del Palacio de las Naciones, sede de la secretaría y de algunas agencias de la institución internacional.
El informe de Petrovsky consignó que la comunidad diplomática acreditada ante la ONU examina con preocupación creciente la cuestión de la seguridad después de incidentes ocurridos en los últimos meses.
En dos ocasiones, en 1997 y 1998, grupos de ciudadanos kurdos residentes en Suiza irrumpieron en el Palacio de las Naciones para denunciar la represión de las fuerzas de seguridad de Turquía contra miembros de esa minoría.
Otros episodios se registraron en mayo, durante la celebración de la asamblea mundial de la OMC, con manifestaciones en distintos puntos de Ginebra contra la globalización y la aprobación de un acuerdo mundial de inversiones.
Las demostraciones de oposición a la OMC, que alcanzaron picos de violencia callejera con enfrentamientos entre policías y manifestantes, impulsaron a las autoridades suizas a realizar una investigación judicial que prosiguió la semana pasada con la detención de más de una decena de personas.
Esos incidentes "pueden dañar la imagen de Ginebra como lugar seguro para reuniones internacionales", previno Petrovsky al reclamar "una colaboración permanente y un compromiso activo" de las autoridades suizas para encontrar una solución al problema.
En Ginebra se discuten a veces cuestiones muy delicadas, como las de derechos humanos y otras, observó el director de la UNOG.
Petrovsky demandó "seguridades de que esos manifestantes acaten acaten las disposiciones legales vigentes para esa clase de demostraciones".
La UNOG ajustó su presupuesto de gastos con economías que ascienden a unos 10 millones de dólares, suma que será girada a la cuenta para el desarrollo creada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
El plantel de la UNOG, que no incluye a las agencias especializadas con sede en Ginebra, se elevaba en 1997 a 1.229 personas. La reestructuración efectuada este año redujo 152 puestos, para un nuevo total de 1.077 agentes. (FIN/IPS/pc/mj/dv ip/98
