MALASIA: La economía determinará la supervivencia de Mahathir

El gobierno del primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, tiene ahora, tras 17 años de ejercicio, más poder a su disposición que nunca. Pero será la economía la que determine su supervivencia, indican analistas.

Después de destituir a su ministro de Finanzas, Anwar Ibrahim, el 2 de septiembre, Mahathir se autodesignó para dirigir la cartera.

Mahathir dirige el poderoso Ministerio del Interior, además de ser primer ministro y tener a su cargo la presidencia de la gobernante Organización Nacional Malasios Unidos (UMNO), que domina a la coalición gobernante.

Pero la destitución de Anwar parece plantear uno de los más fuertes desafíos a Mahathir.

En los últimos días, Anwar llevó a su movimiento "reformista" fuera de la capital Kuala Lumpur, a la ciudad de Pengang, el estado de Kedah, donde nació Mahathir, y a Malacca.

"Lucharé hasta el final" dijo Anwar, rebatiendo acusaciones en las que se basó su destitución que varían de mala conducta sexual a traición. Informaciones de prensa estiman el número de personas que convocó Anwar en Malacca desde pocos miles hasta 20.000 personas.

El disenso político abierto como el de Anwar es poco frecuente en Malasia. Bajo las leyes de seguridad interna, los actos públicos no pueden realizarse sin autorizaciones del gobierno.

La situación se desarrolla la vez que los Juegos de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), considerados los segundos juegos en importancia del mundo. Entre el 11 y 21 de septiembre, se esperaba que los juegos se centraran en los logros de Mahathir, lo cual ahora parece artifical.

Los malasios están atentos a lo que sucederá a continuación. como jefe del Ministerio del Interior, Mahathir tiene el control de la seguridad y el poder para firmar órdenes de detención contra cualquier sospechoso de "amenazar la seguridad nacional".

Quienes se ven tentados a pensar que las protestas de Anwar podrían desplazar a Mahathir saben que el primer ministro ha sobrevivido muchas batallas políticas en el pasado.

"Es el maestro de la supervivencia. Tiene a todo el aparato de Estado en sus manos", dijo P. Ramakrishnan, presidente del grupo de reforma social Aliran, con sede en Penang.

Según informaciones, Mahathir dijo a dirigentes de su partido que pensaba retirarse, pero se propone recuperar la economía en primer lugar. No obstante, muchos creen que Mahathir desplazó a su vice primer ministro por temor a que lo desafiara en la presidencia de la UMNO en las elecciones de 1999.

Pero más que el ejercicio del poder, la astucia de Mahathir al introducir restricciones a la venta de acciones y flujos de capital el día antes de desplazar a Anwar dejó a muchos observadores asombrados.

Sin embargo, la reacción a la expulsión de Anwar puede haber sorprendido al propio Mahathir.

Después que Mahathir saliera de la reunión de cuatro horas en que destituyó a Anwar de UMNO el 3 de septiembre, unos 2.000 simpatizantes de Anwar protestaron y lanzaron objetos contra el primer ministro, en escenas sin precedentes en la historia de Malasia.

"La gente común está indignada con la injusticia que rodea al desplazamiento de Anwar, pero esto no significa que sean pro- Anwar. El sentimiento es que si esto pude suceder a un viceprimer ministro, entonces le puede suceder a cualquiera", dijo Martin Jalleh, analista político.

La supervivencia de Mahathir depende de la forma en que la economía se comporte ante los controles de capital a los que se oponía el equipo de Anwar, de cómo reaccionen los mercados de la bolsa de valores de Kuala Lumpur, y de los siguientes pasos de Anwar, dijo Jalleh.

La reducción de la especulación, resultante de la fijación del cambio del ringgit en 3,8 por dólar, fue un golpe maestro, afirman economistas. Sin embargo, otros alertan que esto podría llevar a un esquema de dos vías, una tasa de cambio oficial y otra no oficial.

Oficinas de los bancos Maybank y Bank Bumiputra se negaron a vender dólares. Un cambista callejero estuvo dispuesto a hacerlo, pero a 4,05 ringgits por dólar. "La gente no está vendiendo muchos dólares, así que tuvimos que obtenerlos en Singapur a un cambio más alto", dijo.

Si los controles de cambio resultan ineficaces o no estimulan la inversión extranjera en los próximos meses, el plan de Mahathir podría deshacerse, con serias consecuencias para un país que ha dependido de fondos extranjeros para fomentar el crecimiento. (FIN/IPS/tra-en/an-js/lp/if ip/98

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