HONDURAS: Empresarios rechazan etiqueta de alto riesgo financiero

Empresarios de Honduras rechazaron hoy la evaluación de este país como de alto riesgo para las inversiones realizada por Moody's.

A pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar el déficit fiscal y la inflación, la mejor calificación de Moody's a las inversiones hondureñas, que correspondió a los bonos de largo plazo en dólares, fue B2, el casillero 15 de los 21 que utiliza para sus evaluaciones.

Los depósitos en moneda extranjera en los bancos hondureños tendrán un nivel de riesgo de B3, en el 16 lugar de la calificación de Moody's, la primera que esta firma realiza sobre la economía de este país.

La evaluación de la firma molestó a empresarios privados, que la calificaron de "infantil" y "poco seria" y pronosticaron que ahuyentará la inversión extranjera.

Antonio Tavel, del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), aseguró que Honduras no es un país de alto riesgo para invertir. "No sé de dónde sacaron eso, porque estamos a un mismo nivel de Costa Rica y Guatemala", dijo.

A su juicio, existe un mayor riesgo político en otros países, como El Salvador. "Nosotros creemos que el riesgo de inversión es igual o menor al que se registra en (otras) naciones en desarrollo, y por eso el informe de Moody's nos parece infantil", aseveró.

La firma estimó que uno de los mayores problemas que anfronta la economía hondureña es su alta dependencia de las exportaciones de materias primas, cuyo precio tiene fuertes fluctuaciones en los mercados internacionales.

Pero los empresarios replicaron que es "infantil" pensar que una nación con seis millones de habitantes pueda no depender de las importaciones de materias primas, porque ni siquiera Estados Unidos goza de tal independencia.

El presidente del COHEP, Eduardo Facussé, calificó al informe de Moody's de "irrespetuoso". "Tras los problemas financieros ocurridos en Asia, todo mundo quiere ahora ser sabio y da recomendaciones para evitar la quiebra de bancos", dijo.

En Honduras, sostuvo, hace más de dos décadas que no se registra la quiebra de un banco. "Calificativos como el que nos dieron son tendenciosos y peligrosos, poque estamos luchando y esforzándonos por estabilizar la economía", dijo.

La evaluación de Moody's se produjo una semana después de que la organización Transparencia Internacional ubicó en su informe anual a Honduras en cuarto lugar entre los países de América Latina con peor imagen en materia de corrupción.

Transparencia Internacional sostuvo que Honduras es una nación riesgosa en este aspecto, debido a una mala aplicación de la justicia y la poca seguridad en materia jurídica para la inversión, entre otros aspectos.

Los calificativos de Transparencia Internacional y de Moody's constituyen para funcionarios del gobierno de Honduras una "campaña malsana" para ahuyentar el capital externo y estancar el crecimiento económico del país.

El viceministro de Economía, Hernán Erazo, dijo estar sorprendido por la mala imagen que el país tiene en el exterior " a causa de informes alejados de la realidad". "Los esfuerzos del país son grandes y no es cierto que se corran esos riesgos para invertir", afirmó.

Erazo dijo que estas aseveraciones se producen cuando su país redobla sus esfuerzos para atraer capital fresco, firmar una carta de intenciones en octubre con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y renegociar su deuda externa con los acreedores del Club de París.

El gobierno prevé para este año un crecimiento económico de cinco por ciento, una inflación de 13 por ciento y un déficit fiscal manejable.

Pero economistas consultados por IPS sostienen que el país debe estudiar con atención la calificación de Moody's, debido a que esa firma anticipó la crisis asiática y previó los problemas bancarios de Brasil y de México.

Las observaciones de Moody's contribuyeron a sumar un panorama crítico de la economía brasileña, lo que provocó una fuga de divisas en ese país.

Las agencias de calificación de riesgo, junto a los bancos de inversión, son acusados de provocar la actual inestabilidad económica que azota los mercados bursátiles y monetarios en el mundo.

La avalancha que comenzó en junio de 1997 con la devaluación del baht de Tailandia se difundió al resto de Asia oriental, se trasladó luego a Rusia y dirige ahora sus embates a los mercados de América Latina. (FIN/IPS/tm)

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