El vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, Carlos Lage, afirmó hoy en la capital de Italia que la globalización económica neoliberal bajo la hegemonía de Estados Unidos afecta los intereses de los países del Sur en desarrollo.
La globalización es un "proceso objetivo y potencialmente positivo", dijo Lage en una conferencia en Roma ante el cuerpo diplomático latinoamericano, pero criticó la actual tendencia de la economía mundial, la actuación de los organismos financieros multilaterales y la hegemonía de Estados Unidos.
La economía globalizada está dominada por "el pensamiento y la política neoliberal que la hacen esclava del mercado incontrolado, de la privatización a ultranza y del lucro ilimitado", añadió.
Lage, quien inició el viernes una visita oficial de seis días a Italia durante la cual fue recibido por autoridades políticas y económicas y del mundo empresariales, dijo que la "globalización no debe ser la de los instintos primarios y del 'sálvese quien pueda', sino la del desarrollo con justicia social.
"Junto a los capitales se deben globalizar la solidaridad y la fraternidad", manifestó el dirigente cubano.
El actual orden económico internacional no logra erradicar la pobreza, sino que, al contrario, aumenta la brecha entre los países pobres y los ricos, y entre las propias personas, expresó Lage, quien es secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y miembro del Buró Político del Partido Comunista.
El 20 por ciento más rico de la población mundial que vive en el Norte industrial consume el 86 por ciento de los bienes, el 45 por ciento de la carne y el pescado, y el 58 por ciento de la energía, y usufructúa el 74 por ciento de las líneas telefónicas y el 87 por ciento de los vehículos automotores, señaló.
Cada 24 horas, se agregan 68.000 nuevos indigentes, en un mundo donde el 60 por ciento de la población es pobre, el 25 por ciento vive en extrema pobreza y 800 millones de personas padecen hambre.
Esto contrasta con el derroche de los países industrializados, donde se gasta al año 17.000 millones de dólares en alimentos para animales domésticos, 8.000 millones en cosméticos, 400.000 millones en drogas y casi 80.000 millones en armas.
La deuda externa de los países en desarrollo es otro de los productos del actual orden económico internacional, que condena a los países del Sur a endeudarse más cuanto más pagan, dijo Lage.
A fines de 1997, la deuda alcanzó a 1,8 millones de millones de dólares, y provocó el pago de 1,7 millones de millones desde 1989 hasta ese año.
Criticó al mundo a los países industrializados por la escasa ayuda al desarrollo. Aunque en 1995 ratificaron el acuerdo de otorgar el 0,7 por ciento del Producto Nacional Bruto (PNB), éste alcanza a menos de la mitad, afirmó, y el país más rico, Estados Unidos, no supera el 0,2 por ciento.
El dirigente cubano criticó también a Estados Unidos por el embargo que aplica a su país desde hace cerca de 40 años. Pese a que el gobierno de Bill Clinton ha declarado su voluntad de flexibilizarlo, en realidad lo ha acentuado, aseguró.
"No es una acción aislada, es la expresión más irracional de una tendencia en la política de los Estados Unidos, mediante la cual, en sólo cuatro años, han impuesto 61 sanciones a 35 países que representan el 42 por ciento de la población mundial", señaló.
El dirigente cubano calificó de prematuro el optimismo que se manifiesta en América Latina por la "reanimación" de los indicadores macroeconómicos entre 1991 y 1997, y subrayó que en 1995, el producto interno bruto por habitante era prácticamente igual al de 1979.
La mayor parte de los capitales que han llegado a América Latina son especulativos, a breve término y no generan puestos de trabajo, bienes, ni servicios, manifestó Lage en su conferencia de este martes en Roma. (FIN/IPS/jp/ag/if/98
