Países del Caribe consideran instalar casinos para aumentar el turismo y no sólo depender de la atracción que ejercen las playas, el mar y el sol.
El ex primer ministro de Bahamas, Lynden Pindling, y el presidente de la Cámara de Comercio de Jamaica, Howard Hamilton, son dos de los defensores de la idea de permitir el juego.
"La industria del juego es el negocio de mayor crecimiento en el mundo. Las estadísticas revelan que entre 1996 y 1997, la inversión en el juego aumentó 17,8 por ciento. Espero que el gobierno sea sensato y actúe de manera acorde", dijo Hamilton.
"Jamaica tiene todas las cualidades para los juegos de casino, sólo tiene que decidirse", dijo Pindling.
Los casinos son como los campos de golf, las piscinas de natación y otras comodidades, aseguró un hotelero de Aruba. "Es una ventaja tener otra comodidad para que la gente disfrute", opinó.
Si el gobierno jamaiquino, por ejemplo, aprueba los casinos, en cinco años 55.000 nuevos turistas visitarían el popular balneario de Montego Bay, en la costa septentrional del país, estimó Hamilton. Esto significa 90 millones de dólares adicionales de ingresos por año.
En la actualidad, poco menos de dos millones de turistas viajan a Jamaica todos los años, lo que genera un ingreso de 1.100 millones de dólares. Barbados recibe unos 450.000 visitantes que producen 700 millones de dólares para la industria turística.
Como Jamaica, Barbados aún no permite la instalación de los casinos en su territorio. Cada vez que se plantea esa posibilidad, las iglesias de ambos países se oponen a la idea.
"Los países del Caribe podrán beneficiarse con la inversión en los casinos, pero tenemos que prepararnos para adaptarnos a ciertas cuestiones culturales y a las inquietudes de las iglesias", señaló James Smith, embajador de Bahamas.
En Bahamas, donde sí se permiten los casinos, 600.000 turistas visitaron las casas de juego en 1997, generando 16 millones de dólares para el país.
Un estudio realizado por el Centro Caribeño de Investigación y Desarrollo del Turismo demostró que casi 40 por ciento de los turistas canadienses que llegan a la región llevan dinero específicamente para jugar en los casinos.
Trece países del Caribe ya tienen casinos y según datos de la Organización Turística del Caribe, la industria turística en esos países tiene mejores resultados que en los estados donde no hay casinos.
En 1993, por ejemplo, el crecimiento de los ingresos turísticos en Antigua y Barbuda, con tres casinos, fue de siete por ciento, mientras que en Aruba, con 11 casinos, se expandió 15 por ciento.
"Los turistas buscan otras cosas para hacer además de ir a la playa o a los restaurantes", dijo un observador.
Aunque el turismo es mayor en la mayoría de los países caribeños que tienen casinos, un estudio realizado por la Organización Turística del Caribe indica que muchos turistas europeos y estadounidenses no consideran los casinos una razón para viajar a cierto destino turístico.
Quienes se oponen a los casinos aseguran que los turistas se sienten atraídos por el clima, las playas y el descanso. "No creo que los casinos aumenten el turismo hacia el Caribe", opinó un hotelero de Barbados.
Muchos asocian a los casinos con el comportamiento indecoroso y el lavado de dinero, pero Hamilton replica que existen controles para impedir la delincuencia. Entre esos controles se encuentra la prohibición de jugar a la población local, exigiendo la presentación de pasaportes extranjeros. (FIN/IPS/tra-en/ln/cb/aq/if/98