La prioridad educativa en Brasil será que la enseñanza secundaria supere su desvinculación del mercado laboral y el gran rezago en que se encuentra, incluso respecto de países más pobres de América Latina.
Encaminadas las soluciones para la escuela básica, el nuevo desafío consiste en reformar la secundaria, anunció el lunes el ministro de Educación, Paulo Renato Souza, en el seminario "Un modelo de educación para el siglo XXI", celebrado en Río de Janeiro.
Esta es incluso una exigencia de los buenos resultados que comienzan a dar la enseñanza básica, a la que se dio prioridad en los últimos años, dijo Maria Helena Castro, presidenta del Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educacionales.
La reducción de las repeticiones acentúa la demanda por enseñanza media, indicó. La cantidad de alumnos en ese nivel se duplicó desde el inicio de la década, alcanzando siete millones actualmente, y debe aumentar más rapidamente aún.
La meta del Ministerio de Educación es elevar a 10 millones el total de alumnos dentro de tres años, mientras se promueven cambios, buscando adecuar la enseñanza a las nuevas exigencias del mercado de trabajo, con mayor flexibilidad, recursos de educación a distancia y cursos técnicos adicionales.
Pese a los avances cuantitativos, en Brasil asiste a la escuela media sólo un tercio de los jóvenes en la edad correspondiente, inferior al promedio latinoamericano, de 50 por ciento. Además, la deserción llega a 20 por ciento.
El gran problema, admitió Souza, es que la enseñanza secundaria no tiene identidad propia y constituye sólo una continuación de la básica o preparación para la universidad.
Tanto es así que la mayoría de los cursos medios se imparten en la noche, en escuelas diseñadas para niños de primaria, entre siete y 14 años. De las 16.000 escuelas, sólo 15 por ciento está específicamente destinado a adolescentes.
La inadecuacin aumenta por el hecho de que más de la mitad de los alumnos, 55 por ciento, tiene una edad más elevada que la considerada ideal, entre 15 y 17 años. Es decir, gran parte ya es adulta, ya trabaja y frecuenta escuelas creadas para niños.
La nueva prioridad del Ministerio de Educación cuenta con el respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ofreció 2.500 millones de dólares en créditos para los próximos cinco años, para ser invertidos en la enseñanza media.
Las reformas de actualización comprenden desde cambios en las disciplinas a una reestructuración total. Las escuelas tendrán a partir del año próximo mayor flexibilidad para organizar sus cursos medios.
El Ministerio de Educación fijó en 800 horas la cantidad mínima de clases en cada año y dejó un cuarto de ese total para que cada escuela defina su orientación. Puede destinarlas a un refuerzo de las disciplinas comunes a todo el país, a temas locales o a la capacitación profesional.
Organizada sólo para preparar el ingreso a la universidad, la enseñaza media hasta ahora no capacita para el trabajo.
Incluso a las escuelas técnicas de ese nivel asisten en forma mayoritaria personas interesadas en cursar estudios superiores. Son muy caras y poco productivas, según Claudio de Moura Castro, experto en educación del BID.
Sin embargo, una encuesta hecha por el Ministerio de Educación reveló que sólo 31 por ciento de los alumnos hacían el curso secundario para ingresar a la universidad. La mayoría buscaba prepararse mejor para obtener un trabajo, mantener su empleo o mejorar sus ingresos.
La reforma abre la posibilidad de cursos profesionales, pero después que el alumno concluya los tres años de la enseñanza secundaria.
Otra propuesta de Souza es que las universidades abran "cursos secuenciales" de uno o dos años, para capacitación profesional.
Un enfoque profesional es importante para promover "la inclusión social y el avance tecnológico", además de democratizar el acceso a la universidad, arguyó el ministro.
Las ponencias del ministro y sus auxiliares se limitaron al programa de un probable nuevo gobierno presidido por Fernando Henrique Cardoso, que buscará un nuevo mandato de cuatro años en las elecciones del 4 de octubre.
En otro seminario sobre educación, realizado en abril en Sao Paulo, el estadounidense Alvin Toffler, autor de varios libros sobre tendencias económicas mundiales, destacó el error de una enseñanza definida "en base a la idea de que el futuro será similar al presente".
En un mundo en rápida transformación, poco se sabe como debe ser una educación para el futuro y hay "nuevas y mejores mecanismos de enseñar que las aulas", creadas para capacitar trabajadores industriales y no para fomentar la creatividad, advirtió Toffler. (FIN/IPS/mo/ag/ed/98
