El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que está preparado para hacer lo que pueda, cuando sea necesario, para ayudar a las economías de América Latina en caso de que sufran el contagio de la crisis financiera en Asia y Rusia.
"El FMI ya tiene arreglos financieros con varios países de América Latina está preparado para fortalecer su apoyo financiero y ampliarlo a otros países, en caso de ser necesario, para respaldar fuertes programas económicos", declaró la noche del viernes el director gerente Michel Camdessus.
El anuncio se produjo mientras la región comenzaba a sentir los coletazos de la crisis financiera de Rusia y tras las conversaciones de la semana pasada entre funcionarios de finanzas de la región, Estados Unidos y Canadá, y los directores del FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Camdessus destacó una importante conclusión de estas conversaciones, resumida por el ministro de economía de Argentina, Roque Fernández: "No somos Rusia", declaró a la prensa el funcionario.
"América Latina recibió con fuerza el golpe de la crisis de otros mercados emergentes y en especial de la volatilidad del mercado y el fenómeno del contagio", señaló Camdessus.
"La salida de capitales no parece tomar en cuenta el progreso que alcanzaron estas economías o sus perspectivas de futuro", agregó.
Camdessus reafirmó "el fuerte respaldo de la comunidad internacional a las reformas económicas emprendidas por los principales países de la región, y en especial de las últimas reacciones políticas a la actual turbulencia de los mercados financieros".
El director gerente evitó los puntos controvertidos, como la forma en que los países se pueden proteger de la inestabilidad de los mercados.
En su lugar, recomendó que los "inversores del sector privado reconozcan las importantes diferencias entre las economías de los mercados emergentes y eviten las reacciones exageradas".
Entre las principales economías de la región, los economistas consideran que Brasil corre el mayor riesgo de verse obligado a devaluar su moneda y recurrir al FMI para detener la caída del real.
El presidente Fernando Henrique Cardoso, que compite por la reelección en las elecciones del 4 de octubre, prometió no devaluar.
La devaluación del real podría desatar una recesión económica en toda la región, advierten economistas. Brasil es el gigante de la economía de América Latina, con un producto interno bruto de 800.000 millones de dólares, casi el doble del mexicano.
Las bolsas brasileñas cayeron a su nivel más bajo en dos años, antes de mostrar señales de recuperación el viernes, luego de que el gobierno elevó las tasas de interés.
La medida de alto riesgo, adoptada para reforzar la política monetaria, fomentar la inversión y asegurar a los inversores el compromiso del gobierno para el control de la inflación, es una solución temporal, indicaron los economistas.
A largo plazo, podría aumentar las posibilidades de una recesión, advirtieron. (FIN/IPS/tra-en/aa/aq-mj/if/98
