El escritor Salman Rushdie celebró como un triunfo de la libertad de expresión la renuncia de Irán a ejecutar la sentencia de muerte dictada contra él en 1989 por el ayatolá Ruholla Jomeini y recordó a las víctimas de la violencia contra su obra.
Rushdie, nacido en India, pero de nacionalidad británica, realizó el viernes en Londres su primera conferencia de prensa tras el anuncio del presidente iraní Mohammed Jatami de que su gobierno no ejecutará la "fatwa" (decreto islámico) dictada el 14 de febrero de 1989 por Jomeini.
"Es el fin de una terrible amenaza del gobierno de un país contra un ciudadano de otro país", dijo el escritor, que permaneció nueve años oculto y protegido por medidas de seguridad.
Rushdie interpretó la declaración de Jatami, pronunciada el martes pasado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como el triunfo de su campaña personal por la libertad de expresión.
Jomeini, líder espiritual y de la revolución islámica de Irán, autorizó a todo musulmán a matar a Rushdie en represalia por la publicación de "Los versos satánicos", una novela que los fundamentalistas consideraron insultante para su religión.
Una organización iraní ofreció 2,5 millones de dólares a quien ejecutara la fatwa de Jomeini, quien falleció siete meses después de dictar su orden.
El escritor rindió homenaje el viernes a las víctimas de la violencia provocada por la fatwa: Hitoshi Igarashi, traductor japonés de la novela, que murió apuñalado, William Nygaard, editor noruego que fue baleado y gravemente herido, y el traductor italiano que sobrevivió a un atentado contra su vida.
También recordó a las numerosas personas muertas en violentas protestas contra su libro en India. Agregó que, mientras él celebra su libertad, otros escritores siguen amenazados de muerte en todo el mundo.
Entre los perseguidos se encuentran la novelista Taslima Nasreen, quien volvió a su país, Bangladesh, luego de cuatro años de exilio causado por grupos musulmanes fundamentalistas que también consideran "blasfema" su obra.
Rushdie nació en India, vivió en Pakistán y es ciudadano británico y reside en este país desde 1961. El novelista dijo que espera que el exilio no sea la única salida posible para los escritores que viven amenazados de muerte.
El destierro "no es una solución satisfactoria. Taslima Nasreen llevó una existencia aislada en el exilio. Haber vuelto a su país fue un acto muy valiente de su parte. El control de la situación depende del gobierno de Bangladesh, que no es un estado islámico", declaró en la conferencia.
Según dijo, el gobierno británico le informó que el anuncio de Jatami en la ONU tiene amplio respaldo político en Irán.
La declaración de Jatami fue una "acción seria y audaz. El asunto era muy grave para que los iraníes dieran marcha atrás. Existe consenso en el nivel más alto, y (Jatami) no podría haberlo hecho por su cuenta", sostuvo.
Dereck Fatchett, de la cancillería británica, informó el jueves a Rushdie que la declaración iraní era auténtica y que la sentencia de muerte no se ejecutará.
Fatchett "nos dijo que el acuerdo fue negociado durante meses y lamentó no habernos informado" al respecto, comentó Rushdie, en la conferencia de prensa celebrada en la oficina londindense de Artículo 19, una organización de lucha contra la censura.
No obstante, Rushdie mantendrá las medidas de seguridad que los han rodeado desde 1989, aunque en menor grado.
La fatwa de Jomeini "no tuvo nada que ver con un agravio a los musulmanes, sino con maquinaciones políticas dentro de Irán. Por desgracia, me convertí en una pelota de fútbol política", manifestó.
Rushdie parecía más relajado que en las demás apariciones en público que realizó en los últimos nueve años.
El escritor se veía a sus anchas incluso mientras respondía preguntas sobre la reacción de la comunidad musulmana británica a la fatwa. En 1988, musulmanes de la ciudad norteña de Bradford fueron los primeros en quemar copias de "Los Versos Satánicos", por su supuesta blasfemia contra el Corán.
Algunos representantes musulmanes exigieron que Rushdie se disculpe por el libro y que lo retire del mercado. "Eso es imposible. No hemos librado esta batalla durante casi 10 años para rendirnos a último momento", afirmó.
"Intenté defender a los musulmanes británicos durante todo este tiempo, asegurando a los medios de comunicación que no son terroristas ni fanáticos. Tuvimos un desacuerdo, a ustedes no les gustó lo que escribí. Por mi parte, no me gusta lo que me hicieron a mí y a mis editores. Vamos a calmarnos. Digamos que 'discrepamos", agregó.
Rushdie reveló que hubo atentados contra su vida. Más de 20 iraníes fueron expulsados de Gran Bretaña en conexión con la fatwa. Eso desmiente la idea que tenían los medios de que "como nadie me mató, nadie quería matarme", comentó.
"No soy iraní. Ni siquiera procedo de una familia musulmana chiíta. Mi grado de conocimiento sobre Irán es el mismo que el de los demás", respondió cuando se le preguntó nuevamente sobre la reacción en Irán.
"Me gustaría dejar de hablar sobre la política iraní. Me gustaría hablar sobre India y de Gran Bretaña. Me crié en una sociedad libre, India, y vivo en otra sociedad libre, Gran Bretaña. Estuve amenazado por otra sociedad. Así que, por favor, me gustaría irme a casa", dijo.
La única vez que el escritor pareció irritado en la conferencia de prensa fue cuando se refirió a India, la inspiración de la mayoría de sus novelas, pero cuyo gobierno fue el primero en prohibir "Los Versos Satánicos", en octubre de 1988.
"India es muy importante para mí. La reacción de India ha sido muy, muy penosa. Prohibieron mi libro aún antes de que ingresara al país, cuando nadie lo había leído".
"Desde entonces, no se me permitió ingresar a India. No me otorgaron la visa. Es una cuestión que me provoca gran dolor y espero que se solucione rápidamente", expresó Rushdie. (FIN/IPS/tra-en/dds/rj/aq-ff/hd/98
