El apoyo comprometido por las entidades financieras internacionales a ministros de Economía de América Latina en dos días de conversaciones con organismos multilaterales tuvieron, al parecer, poco efecto en los mercados.
Los ministros y los presidentes de los bancos centrales de las nueve principales economías de la región procuraron el jueves y el viernes asegurar a los inversores que mantendrían la apertura de los mercados de capital, así como las actuales políticas monetarias y los programas de reestructura económica.
Como consecuencia, "la mayoría de los países de la región continuarían mostrando un crecimiento positivo e inflación baja o decreciente", según un comunicado emitido por los asistentes a la reunión, realizada en Washington.
El cónclave nucleó a funcionarios de América Latina, Estados Unidos y Canadá y a los conductores del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarollo (BID).
La declaración enfatizó "la importancia de las estrategias para el mejor manejo de los riesgos asociados con la volatilidad de los flujos internacionales de capital".
Fuentes de las delegaciones dijeron que esa declaración refleja la ansiedad de los funcionarios latinoamericanos, temerosos de la vulnerabilidad de sus economías ante el "dinero caliente" y de sus monedas a los ataques especulativos.
"La situación de los países, al parecer, no se estabilizará hasta que más gobiernos comiencen a reclamar controles al capital", dijo a IPS Karen Hansen-Kuhn, coordinadora del programa latinoamericano del no gubernamental Grupo de Desarrollo para Políticas de Alternativa.
Pero eso tampoco sería suficiente por sí solo.
Aun el gobierno de Chile, cuyas medidas de aliento a la radicación de inversiones estables le aislaron de los capitales "golondrina" (que persiguen la ganancia especulativa en el corto plazo), debió minimizar las previsiones de crecimiento económico.
Eso se debió a la caída de las ventas de cobre, metal del que Chile es el primer productor mundial, que sucedió a la reducción de la demanda en Asia, explicó Hansen-Kuhn.
También cayeron los precios de otras materias primas, agregó la activista.
Algunos ministros de Economía pretenden que Estados Unidos reduzca sus tasas de interés, que afectan especialmente a Argentina, cuya estrategia de caja de conversión mantiene anclada su moneda en la paridad uno-uno con el dólar y su política monetaria dependiente de la de Washington.
Estos reclamos también fueron efectuados por Asia y reflejan una creciente visión de que Estados Unidos debe alentar el consumo para ayudar al mundo a salir de la recesión mundial.
El secretario de Tesoro estadounidense, Robert Rubin, dijo a los funcionarios latinoamericanos que el bienestar económico de la región es "muy importante" para Estados Unidos.
Al margen de estas declaraciones, los funcionarios estadounidenses "tomaron gran cantidad de notas" en la reunión con los ministros latinoamericanos, dijo una fuente cercana a las deliberaciones.
Después de la devaluación del peso colombiano, dispuesta el miércoles, la prensa y los círculos financieros consideran cercana la caída del bolívar venezolano, ya que Colombia es el segundo socio comercial de Venezuela.
Así mismo, la calificadora internacional de riesgo Standard and Poor's afirmó que el bolívar está "extremadamente sobrevaluado".
La ministra de Hacienda de Venezuela, Maritza Izaguirre, aseguró a la prensa que su gobierno no considera la devaluación, pero analistas del mercado creen que se concretará después de las elecciones presidenciales de diciembre, y tal vez antes.
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, que en octubre buscará su reelección, también afirma que no devaluará el real.
Los analistas creen que la devaluación de la moneda brasileña hundiría a toda América Latina en la recesión. Brasil es el gigante económico latinoamericano, y su poducto interno bruto llega a los 800.000 millones de dólares, cerca de dos veces el de México.
El FMI no está en condiciones de prometer créditos para sostener las monedas latinoamericanas, advirtieron varios analistas políticos. Así mismo, el director gerente del FMI, Michel Camdessus, negó que los funcionarios latinoamericanos llegaran a Washington en busca de apoyo financiero.
"Nadie me ha pedido dinero", puntualizó Camdessus el viernes.
Funcionarios del FMI advirtieron en las últimas semanas a legisladores estadounidenses que las rservas del organismo multilateral se han reducido a nivel crítico.
Mientras, representantes de países latinoamericanos manifestaron malestar ante agencias de calificación de riesgo de Estados Unidos que contribuyeron al pánico con informes negativos sobre economías de la región.
Esas firmas "deben entender que si alguien se encuentra en una habitación atestada de personas no puede ponerse histérico y gritar ¡fuego¡. Sólo agravaría la situación", comentó el ministro de Economía de Argentina, Roque Fernández.
Moody's Investor Services redujo esta semana la calificación de los títulos de deuda de Brasil y Venezuela y puso en revisión los papeles de Argentina y México. Por su parte, Standard and Poor's dijo que Brasil y Venezuela son los países menos solventes de América Latina.
"Moody's y Standard and Poor's alimentaron las llamas al pretender demostrar a los mercados que están al tanto de la crisis en curso", declaró Fernández.
Las firmas calificadoras de riesgo "tienen, erróneamente, una estatuto casi oficial, y sobreexcitan el mercado", observó Frank Gill, un analista de asuntos de América Latina de IDEA Inc., de Nueva York.
Sea como sea, esas empresas concentran la atención de los asustados inversionistas. Las bolsas de valores de América Latina continuaron en retroceso el viernes, pese a las seguridades poporcionadas por los ministros de Economía.
El problema, según Camdessus, es que los inversionistas acumularon pérdidas en Asia y en Rusia y "no distinguen entre las buenas gestiones y el comportamiento inadecuado".
Fernández se sumó al comentario del director del FMI diciendo que Argentina "no es Rusia".
América Latina estuvo representada en las conversaciones de Washington por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela. (FIN/IPS/tra-en/aa/kb/mj-ff/if/98