La crisis asiática amenaza de muerte a la industria refinadora de petróleo de Singapur y sus planes de convertirse en uno de los principales exportadores de derivados del producto básico.
Sinpagur carece de yacimientos de petróleo, pero en dos décadas el gobierno de este país convirtió la mayoría de sus pequeñas islas en instalaciones de almacenamiento de crudo.
Todas las compañías petroleras que operan en este país del sudeste de Asia se vieron forzadas a reducir su capacidad en agosto, mientras la demanda de productos refinados cayó en la región.
La demanda de petróleo de Asia, potenciada por el alto crecimiento económico, fue la que más aumentó en la década de los 90. Pero la crisis cambió el panorama.
La demanda de petróleo, que esta década creció de cuatro a seis por ciento, este año crecerá uno por ciento, o menos, debido al menor consumo de Japón, Corea del Sur, Indonesia, China e India.
La Administración de Información de Energía del Departamento de Energía de Estados Unidos afirma que el consumo de petróleo de Asia crecerá entre 300.000 y 400.000 barriles este año y el próximo, casi la mitad de los 700.000 previstos.
A medida que el consumo se debilita, la región se encuentra con una capacidad refinadora excesiva. Shell, la mayor refinería en Singapur, redujo su capacidad más de un cuarto este mes, y su producción se ubica en el nivel más bajo hasta ahora.
Shell anunció que continuará operando su refinería con capacidad de 59.000 toneladas por día en la isla Pulau Bukom, a niveles de unas 43.000 toneladas por día.
La publicación de Singapur zThe Strategist Oil Report (SOR) predijo que la capacidad de producción de las cuatro refinerías de Singapur caerá por debajo del millón de barriles al día registrado en agosto, alcanzando el nivel más bajo de operaciones en dos años.
Según el informe, "esperanzas anteriores de un mejorado consumo regional se disiparon a medida que Asia permanecerá paralizada por un período más largo del esperado. Las refinerías reducirán su producción entre 10 y 30 por ciento este mes, con mayores recortes si continúa cayendo la demanda regional".
Mientras Shell redujo su producción hasta 30 por ciento, Esso disminuirá la suya en la isla Pualu Ayer Cawan entre 15 y 20 por ciento. La refinería de Mobil en Jurong, según fuentes de la industria, opera a 15 por ciento por debajo de su potencial.
La otra refinería en la isla Pulau Merlimau, operada por la Singapore Refining Company, cortó su producción 16 por ciento a partir del 20 de julio.
No obstante, Singapur no permite que las actuales condiciones desfavorables hundan sus otros planes ambiciosos para obtener energía en el futuro.
Tras 15 meses de negociaciones, Signapur e Indonesia firmaron el mes pasado un acuerdo por 8.000 millones de dólares para comprar gas indonesio para sus plantas de energía y refinerías de petróleo en la isla Jurong.
Bajo el acuerdo firmado por compañía petrolera Pertamina de Indonesia y el consorcio SembGas de Singapur, gas natural de los yacimientos indonesios de Natuna Occidental comenzarían a llegar a Singapur a través de un gasoducto de 480 kilómetros en el 2001.
Bajo el acuerdo, 325 millones de pies cúbicos de gas indonesio llegarían a Singapur durante 22 años. Pertamina ganará entre 250 y 300 millones de dólares anuales, mientras los líderes indonesios celebraron el acuerdo como una panacea para sus problemas económicos.
Pero el "Strategist Oil Report" planteó dudas sobre la viabilidad del proyecto, que necesita al menos 500 millones de dólares para ser iniciado. Bancos japoneses manifestaron su intención de financiar el proyecto antes de la crisis asiática.
Fuentes de la industria afirman que el sector petrolero será débil, dado el fuerte impacto en Singapur de la crisis en la mayoría de los países asiáticos.
La caída de la demanda implicó mayores cantidades de petróleo disponibles en el mundo, conduciendo a precios menores que dañaron a importantes exportadores a Asia como Kuwait y Arabia Saudita, aunque la situación favorezca a los consumidores. (FIN/IPS/tra-en/ks/js/lp/if/98