La Cruz Roja entregó semillas y alimentos a más de 9.000 familias pobres de Sierra Leona que retornaron a la zona de Pajehun, devastada por la guerra, tras refugiarse en la vecina Liberia.
La ayuda se dirige a "agricultores desplazados, niños y mujeres que perdieron todo lo que tenían durante la guerra y no tienen nada para iniciar una vida nueva", explicó Alexsandra Matijevic, representante del Comité Internacional de la Cruz Roja en este país africano.
Las raciones que los campesinos recibieron en los últimos días durarán tres meses, aseguró. "Entregamos 181.940 kilogramos de semillas de arroz a la mayor parte de la población de las localidades de Makpele, Soro-Gbema y Bari, en el distrito de Pujehun", agregó Matijevic.
Los campesinos también recibieron "cereales, legumbres y aceite vegetal", en parte proporcionados por el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas.
La Cruz Roja también planea entregar herramientas de labranza para que los agricultores puedan continuar su trabajo.
El programa pretende ayudar a las familias que retornaron a sus granjas, luego de haberse refugiado en la vecina Liberia, con el fin de que los agricultores recuperen la autosuficiencia.
Pujehun, uno de los 12 distritos de Sierra Leona, resultó seriamente dañado por la actividad del insurgente Frente Revolucionario Unido (RUF). En su ofensiva iniciada hace siete años, los rebeldes obligaron a huir de sus hogares a los 200.000 habitantes de la zona, en dos ocasiones.
"Los rebeldes arrasaron mi hogar, luego de saquear todo lo que mi familia había logrado con el trabajo de 20 años, obligándome a huir a Liberia con los seis miembros de la familia que sobrevivieron" al ataque, explicó Francis Kaikai, agricultor de Pujehun.
Además de quemar más de 100 viviendas en el distrito, los rebeldes también saquearon depósitos de semillas de arroz de los agricultores.
Cientos de repatriados del distrito residieron entre dos y tres años en los campamentos de refugiados de Liberia. "Teníamos que volver a casa porque Pujehun ahora es relativamente seguro y casi no hay informes sobre actividades insurgentes en el distrito", dijo el maestro Momoh Rogers.
Aparte de alimentos, Rogers señaló que urge la necesidad de fármacos para evitar la muerte de los niños a causa de enfermedades evitables como el sarampión y la diarrea.
"Sería de gran ayuda si las organizaciones humanitarias nos proporcionan equipos médicos, sobre todo para los niños y mujeres, de otra manera podríamos tener una epidemia de proporciones catastróficas", dijo Rogers.
El agua potable también es otro problema. El golpe de Estado del ejército, en colaboración con el RUF, que derrocó al presidente Ahmed Tejan Kabbah en mayo de 1997, impidió la construcción de pozos en las aldeas por parte de organizaciones no gubernamentales (ONG).
Los rebeldes atacaron a las ONG y los proyectos hídricos en curso, provocando la huida de los voluntarios extranjeros que trabajaban en este país.
Existe el temor de un inminente brote de cólera porque se cree que muchos de los pozos de la zona fueron contaminados por soldados leales al derrocado dictador Johnny Paul Koroma.
A pesar del sufrimiento, los habitantes de Pujehun siguen cultivando cacao y café, vitales para la economía de Sierra Leona. "Perdimos decenas de miles de dólares cuando se interrumpió la actividad agrícola. La vuelta de la gente es alentadora", dijo un líder comunitario. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/aq-lp/pr dv/98