El presidente de Rusia, Boris Yeltsin, desmintió hoy los rumores de su renuncia y prometió completar su mandato, pero volvió a descartar su postulación para un tercer período presidencial en las elecciones de junio del año 2000.
"No voy a ninguna parte", dijo el mandatario en cadena de televisión. "No voy a renunciar. Trabajaré como está previsto durante todo mi período constitucional, hasta el año 2000", aseguró.
Yeltsin regresó este viernes a Moscú desde su casa de campo, luego de 24 horas de caos en los mercados financieros y en medio del temor a un completo colapso de la sociedad rusa.
Su desaparición mientras la economía de Rusia se hundía en el caos generó duras críticas. Este viernes, un diario de Moscú publicó una fotografía del presidente con la leyenda "¡Está vivo!".
Mientras, el candidato presidencial Alexander Lebed acusó a Yeltsin de "desentenderse de la conducción del país" mientras el pánico se apodera de la población.
Sin embargo, en general se considera que la conducción del país está en manos del primer ministro interino Viktor Chernomyrdin, y que Yeltsin sólo sale de su residencia de las afueras de Moscú para reunirse con jefes de Estado visitantes.
Gracias a la visita prearreglada del presidente de Bulgaria, Petar Stoyanov, Yeltsin apareció frente a las cámaras por primera vez en varios días.
Chernomyrdin debe luchar para reunir a las distintas facciones políticas y elaborar un plan que logre apoyo político doméstico, y a la vez retener el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores extranjeros que sostendrán la economía a corto plazo, según se espera.
Muchos observadores creen que ambos objetivos son irreconciliables y que el gobierno tendrá que escoger entre cumplir con las exigencias del FMI y la agenda del Partido Comunista, dominante en la Duma (cámara baja del parlamento).
Yeltsin destituyó al viceprimer ministro Anatoly Chubais, considerado el arquitecto de las reformas de libre mercado, en lo que pareció una medida destinada a calmar a la oposición parlamentaria.
El presidente también aceptó la renuncia de Boris Nemtsov, otro destacado reformista.
La destitución de Chubais y la suspensión formal de la comercialización del rublo por el Banco Central brindaron peso a la creciente opinión de que Chernomyrdin tiene la intención de suspender las reformas de mercado y controlar los precios y la moneda.
Destituido por supuesta incompetencia económica hace cinco meses, Chernomyrdin volvió con más poder del que tenía la primera vez, y ahora cuenta con el respaldo personal de Yeltsin para su candidatura en las elecciones presidenciales del año 2000.
Lebed dijo la semana pasada que Chernomyrdin es uno de los pocos hombres que pueden ayudar al país a "mantenerse en pie con su propio cinturón". Lebed es un nacionalista moderado que gobierna la importante región industrial de Krasnoyarsk, en Siberia central.
Según la agencia de noticias Interfax, Lebed aún no decidió si se postulará a la presidencia en el 2000, y negó que tenga intenciones de formar una alianza con Chernomyrdin para los próximos comicios presidenciales.
"Hay problemas más importantes en la actualidad, entre ellos el otoño caluroso y una pila de problemas económicos", declaró Lebed.
Los comunistas amenazaron con votar contra el nuevo primer ministro si no acepta sus exigencias, en lo que representó la primera gran prueba sobre la capacidad de Chernomyrdin para concitar apoyo político en caso de convertirse en el futuro presidente.
La Duma sesionó este viernes, pero recién el lunes votará sobre el nombramiento de Chernomyrdin como primer ministro.
Tanto Chernomyrdin como el secretario de prensa presidencial Sergei Yastrzhembsky se reunieron por separado con el líder comunista Gennady Zyuganov y el vicepresidente de la Duma, Artur Chilingarov.
Las reuniones trataron sobre la situación imperante en el país y los documentos preparados por la comisión especial del gobierno y el parlamento, informó Yastrzhembsky a Interfax. Estas ideas "constituyen la base para un acuerdo de transacción", señaló.
Pero Zyuganov, que tendrá gran influencia en la política económica, no es de la misma opinión. "Yeltsin, Chernomyrdin y sus gobiernos están aplicando políticas, a instancias de Occidente, que son devastadoras para Rusia y son responsables de la crisis" de este país, aseguró a la prensa.
Los comunistas tienen el poder de confirmar o rechazar a Chernomyrdin como primer ministro.
Una opción manejada en Moscú es que Yeltsin se retire una vez que asuma el nuevo gobierno y que Chernomyrdin oficie como presidente interino hasta que se convoque a nuevas elecciones.
El propio Zyuganov tiene posibilidades de ocupar la presidencia. En las elecciones presidenciales de 1996 obtuvo un tercio de los votos en la segunda ronda, contra el 40 por ciento de Yeltsin.
Zyuganov se vería beneficiado por elecciones anticipadas ya que, a diferencia de otros candidatos, tiene el respaldo de una máquina electoral extensa y con experiencia. (FIN/IPS/tra-en/sb/ml-aq/ip/98