Expertos de 12 países de América Latina y Europa y de la ONU alentaron a México a extender el derecho al voto a unos siete millones de residentes en el extranjero, motivo de un intenso debate ante las elecciones presidenciales del 2000.
Autoridades electorales, académicos y representantes de organizaciones no gubernamentales destacaron, tras intercambiar ideas el lunes y martes en el seminario "El derecho al voto en el extranjero", la importancia del asunto para los procesos de democratización.
El seminario fue una de las primeras actividades del proyecto "Fortalecimiento de la cultura democrática, el proceso electoral y la gobernabilidad", diseñado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el estatal Instituto Federal Electoral (IFE) de México.
Nguyen Huu Dong, director para América Latina de la División de Asistencia Electoral de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), subrayó la importancia del voto en el extranjero por el gran porcentaje de población que reside fuera de sus países de origen, en especial en América Latina y Africa.
Aunque 40 países ya permiten el voto de sus ciudadanos en el exterior, los expertos prevén que aún deberá recorrerse un largo camino para que viajeros y migrantes tengan derecho al sufragio.
El caso particular de México tiene características muy especiales, pues se trata del primer país donde el voto en el extranjero tendría gran peso electoral, dijo Daniel Zovatto, consultor del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.
Zovatto sostuvo que una decisión a favor del voto en el extranjero cambiará la actual arquitectura institucional del sistema electoral mexicano y tendría gran transcendencia política, en especial en las elecciones presidenciales del 2000, que marcarán el fin del período de Ernesto Zedillo.
México sería el primer país en donde el voto de los ciudadanos en otros países tendría repercusión directa en el resultado electoral, pues representaría 15 por ciento del padrón.
Es muy viable que en el 2000 ese ejercicio se convierta en una realidad, a pesar de que implica ciertas adecuaciones a la ley y un alto costo económico, señaló el consejero electoral mexicano Emilio Zabadua.
El funcionario recalcó que el voto en el exterior representará una gran oportunidad y un enorme desafío para la clase política mexicana.
El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) sostiene que esa posibilidad debe analizarse con detenimiento, pues la ausencia del país impide a los residentes en el exterior conocer a los candidados y seguir su campañas.
El opositor Partido de la Revolucion Democrática, en cambio, demanda la inmediata reforma a la ley para permitir el voto de mexicanos en el extranjero.
Según diversos observadores, el PRI teme que el voto en el exterior determine su derrota en el 2000, la primera en elecciones presidenciales desde su fundación en 1929. En 1997, el PRI perdió por primera vez la mayoría en la Cámara de Diputados.
El IFE anunció que elabora un proyecto para permitir el voto de los residentes en el exterior, aunque algunos de sus funcionarios advierten que posiblemente entre en vigor después de las elecciones presidenciales del 2000.
José Woldenberg, presidente del IFE, consideró que, dado que de México procede una de las corrientes de emigración más grandes e ininterrumpidas del planeta, las consecuencias del proyecto que elabora ese organismo serán decisivas.
La iniciativa, que será sometida a consideración del Congreso en los próximos meses, tiene una arquitectura política, jurídica y operativa muy compleja, en especial debido al gran número de mexicanos que viven en Estados Unidos y tienen posibilidad de ejercer el sufragio, subrayó Woldenberg.
Un estudio sobre la migración indica que en la actualidad viven en Estados Unidos entre siete y 7,3 millones de mexicanos, de los cuales alrededor de 4,8 millones tienen residencia legal. El resto están allí en situación irregular.
Durante el seminario, algunos especialistas, como el propio Woldenberg, se pronunciaron a favor de que un ejercicio de la naturaleza y magnitud del voto de los mexicanos en el exterior cuente con mecanismos que permitan proteger la limpieza de los procesos electorales.
Sin embargo, para casi todos los asistentes al seminario es importante que se hagan todos los esfuerzos para que países con alta migración, entre ellos México, permitan el voto de sus ciudadanos en el extranjero.
El seminario fue un punto de partida para la reflexión de los mexicanos, dijo Zavatto al referirse al intercambio de experiencias suscitado en países que, como Argentina, Brasil y Colombia, tienen normas que permiten el voto en el extranjero.
Felipe González, secretario jurídico de la Cámara Nacional Electoral de Argentina, dijo que en las últimas elecciones las expectativas sobre voto en el exterior se vieron defraudadas debido a la baja inscripción de votantes respecto al número estimado de ciudadanos habilitados fuera del país.
La ley que establece el voto de los argentinos en el exterior se promulgó en 1986, pero su impacto no ha sido exitoso entre los 700.000 electores fuera de fronteras, una cifra que no incide en los resultados.
Entre los factores que conspiran contra el voto en el exterior figuran la pérdida de contacto con el país y el desinterés de los partidos políticos por este ejercicio, dijo González.
El experto propuso como soluciones la implementación del sistema de sufragio por correo y restringir el ejercicio solo a las elecciones presidenciales.
En Suecia, por ejemplo, desde 1982 se instrumento el voto por correo debido a que Alemania no permite la instalación de circuitos electorales en las sedes diplomáticas, otra variante que los suecos han utilizado con buenos resultados.
Britt-Marie Grundstrom, consejera legal de la Unidad de Elecciones Generales en Suecia, destacó el alto costo económico de este ejercicio en el extranjero, pero advirtió que la red Internet abre en la actualidad mejores posibilidades para futuros comicios.
El experto en asuntos electorales de Nicaragua Mariano Fiallos dijo a IPS que el asunto es de gran importancia para el presente y el futuro de la democracia en América Latina, debido a que el ejercicio del voto fuera del país está considerado entre los derechos humanos.
Michael Ayala, portavoz del PNUD en México, estimó que el asuntos seguirá en estudio, y que en septiembre se celebrará un seminario para analizar sólo los casos de Estados Unidos y Canadá. (FIN/IPS/ry/mj/ip hd/98