Los conflictos étnicos detonados por demandas separatistas o de mayor autonomía obligaron a 390.000 personas a abandonar sus hogares en India, de acuerdo con un estudio internacional dado a conocer en esta capital.
Un estudio mundial sobre desplazados internos publicado por la organización Earthscan de Londres, advierte que entre 20 y 22 millones de personas han sido obligadas a éxodos dentro de sus propios países, como consecuencia de conflictos internos.
El Consejo para los Refugiados de Noruega auspició esta investigación, que abarcó 56 países.
En el caso de India, los 250.000 hindúes de Cachemira obligados a huir de sus casas por la sublevación musulmana y los desplazados por conflictos étnicos en el noreste encabezan la lista de desplazados internos.
Las cifras son reveladoras, aunque las personas desplazadas por conflictos en India siguen siendo pocas si se las compara con 21,3 millones que debieron abandonar sus hogares por proyectos de desarrollo como represas, minas e industrias, a los que se suman decenas de miles de damnificados por desastres naturales.
El problema de los desplazados internos seguramente será gravitante en los próximos años.
El fenómeno crece ante las crecientes restricciones para los refugiados (los que se ven obligados a abandonar sus países), pero, a diferencia de éstos, los desplazados internamente carecen de un sistema internacional de protección y ayuda.
"Los desplazados internos son sometidos a jurisdicciones nacionales, sin que la comunidad internacional les pueda proveer de protección", comentó el representante de la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la materia, Francis Deng.
La ONU debate la conveniencia de crear una agencia para velar por los desplazados internos o de ampliar el cometido de alguna de las ya existentes (como el Alto Comisionado para los Refugiados, por ejemplo), o de que varias agencias cooperen para abordar el problema.
Con frecuencia los gobiernos se molestan por este tipo de intervenciones e invocan argumentos de seguridad y soberanía. "Los gobiernos sospechan de las iniciativas regionales", advirtió el editor del capítulo del informe correspondiente al sur de Asia, Sumit Sen.
"La resistencia de los gobiernos y de otros actores no estatales seguirá siendo un obstáculo muy importante para las iniciativas internacionales a favor de los desplazados internos", destacó el estudio.
Gran parte de los hindúes que habitaban en el valle de Cachemira emigraron hacia la región de Jammu y otras zonas del país, después de que en 1990 comenzó una rebelión musulmana y numerosos hindúes fueron asesinados.
Otra zona conflictiva, en los estados de Assam, Tripura, Manipur y Mizoram en el noreste de India, involucra a numerosos grupos y tribus. La región lleva décadas de inestabilidad causada por movimientos étnicos que demandan derechos, autonomía e incluso la independencia.
En Assam, la violencia de la etnia bodo se desató contra trabajadores migratorios, en su mayoría de la tribu santhal. Unas 70.000 personas pertenecientes a este grupo se albergaron en campamentos para desplazados cuando el estudio sobre los desplazados internos estaba entrando a imprenta.
En Tripura, grupos locales ya forzaron la migración de unas 30.000 personas de origen bengalí, que controlaban comercio y fuentes de empleo y encontraron refugio en campamentos del gobierno.
En Manipur, el antagonismo entre tangkhul nagas y kukis provocó 1.000 muertes desde 1992, y numerosas personas se han visto obligadas a migrar.
Unos 15.000 reang escaparon del estado de Mizoram para evitar la persecución de los mizos, y ahora están desplazados en campamentos ubicados en otros estados. "Se alimentan con plantas salvajes y casi no tienen agua", dijo el informe.
Más al sur, en el estado feudal de Bihar, las batallas entre guerrillas izquierdistas y ejércitos privados de latifundistas y miembros de las castas superiores también provocan desplazamientos.
En diciembre de 1997 un ejercito privado latifundista asesinó a 59 hombres, mujeres u niños de castas inferiores. Unas 200 personas de las castas superiores abandonaron en ese momento sus hogares, temerosos de las represalias. (FIN/IPS/tra-en/pu/an/lc- mj/pr hd/98