Los países ricos del Golfo pretenden reducir el número de trabajadores extranjeros para dar empleo a sus propios ciudadanos, según un informe de la ONU sobre el desarrollo social y económico de la región.
Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait y Omán, miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, limitaron o planean limitar la cantidad de trabajadores extranjeros, en su mayoría de países asiáticos, que residen en sus territorios.
Algunos de los países productores de petróleo del Golfo también sancionan a las compañías infractoras de las leyes laborales que limitan la cantidad de trabajadores inmigrantes en su personal, señala el informe divulgado el miércoles en la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Los trabajadores extranjeros representan 61 por ciento de la mano de obra en Omán, 83 por ciento en Kuwait y 91 por ciento en Emiratos Arabes Unidos. Mientras, el número de trabajadores de origen nacional crece a un ritmo anual de cinco por ciento en la mayoría de los países del Golfo.
"Los países del Golfo institucionalizaron políticas para reemplazar a los trabajadores extranjeros con sus propios ciudadanos", sostiene el informe.
Pero el estudio también advierte que la práctica de brindar empleo a millones de trabajadores extranjeros no es coherente con la magnitud del desempleo en la región, que se agravó en los últimos años por el fuerte crecimiento demográfico y el reducido crecimiento de la economía.
La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) calificó la semana pasada a los trabajadores inmigrantes de "esclavos modernos", debido a los bajos salarios que reciben y las duras condiciones de trabajo imperantes en alguno de los países.
Sri Lanka "exportó" a unas 500.000 mujeres que trabajan de empleadas domésticas en Medio Oriente, mientras Filipinas "exporta 12 mujeres por cada hombre" que emigra, según la CIOSL, prgamozacoçpm radocada en Bruselas.
La restricción del número de trabajadores extranjeros en el Golfo podría generar problemas económicos en los países "exportadores" de mano de obra.
Entre 1990 y 1995, los trabajadores extranjeros de Arabia Saudita enviaron 100.300 millones de dólares a sus países de origen, o sea unos 16.700 millones por año.
Los principales beneficiados por las remesas fueron Filipinas, Egipto, Bangladesh, India, Pakistán, Sri Lanka y Jordania, países que proporcionan millones de trabajadores a Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar.
En países como India, Marruecos, Pakistán, Túnez, Turquía y Yemen, las remesas anuales superan en un tercio o más la ayuda exterior para el desarrollo, según el último Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En promedio, Turquía recibe remesas por valor de 3.000 millones de dólares por año, frente a los 1.500 millones que recibe de ayuda extranjera para el desarrollo. En India, las cifras son de 2.500 millones y 1.800 millones respectivamente.
Uno de los principales objetivos del actual plan quinquenal económico de Arabia Saudita es la "saudización" de la mano de obra del país, según el informe de la ONU.
El gobierno ofrecerá préstamos a bajos intereses y contratos estatales sólo a las compañías privadas que cumplan con el incremento anual de cinco por ciento de la mano de obra saudita. Las firmas que no cumplan el objetivo serán sancionadas.
En octubre de 1996, Arabia Saudita anunció que los extranjeros no podrían trabajar en 13 categorías profesionales. Siete categorías más se agregaron a la lista en 1997.
Emiratos Arabes Unidos expulsó en 1996 a más de 180.000 trabajadores extranjeros porque sus documentos no estaban "en regla", y desde entonces endureció su legislación de inmigración.
La investigación señala que otros países del Golfo, entre ellos Arabia Saudita y Bahrein, adoptaron políticas similares en 1997.
Además, Bahrein y Omán "nacionalizaron" su mano de obra, pero la medida se limitó principalmente al sector público. En el sector privado el proceso sólo afectó a puestos administrativos y de oficina, según el estudio.
El gobierno de Kuwait también pretende dificultar el empleo de los extranjeros al obligar a las firmas a ofrecer atención médica, y al elevar las tasas de ingreso y residencia, señaló el informe.
Emiratos Arabes Unidos promulgó en enero una ley que obliga a las compañías privadas a suplir los puestos vacantes con ciudadanos del país. El gobierno también pretende impedir que las firmas contraten a extranjeros para puestos que puedan ocupar sus propios nacionales. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq-mj/lb pr/98