Trece meses después de iniciada la crisis asiática, América Latina parece más preparada para convivir con las turbulencias financieras mundiales, ya rutinarias y reconocidas como un problema que se prolongará.
En Brasil, el principal eslabón de transmisión de los efectos de la crisis en la región, esta fue una semana de nuevos sobresaltos, pero limitados al mercado de acciones.
La Bolsa de Sao Paulo, la más importante de América Latina, registró este viernes un alza de 0,37 por ciento, pero con bajo volumen de negocios. En efecto, las operaciones sumaron 412 millones de dólares, cerca de la mitad de lo normal en los mejores períodos.
Sao Paulo acumuló una pérdida de 6,1 por ciento en la semana y 18,3 por ciento en lo que va del mes. Pero los dos últimos dias fueron de recuperación, ya que el jueves subió 3,48 por ciento, contrariando la tendencia mundial de bajas.
En Río de Janeiro, que siempre acompaña a Sao Paulo, el viernes se verificó una ligera caída, de 0,2 por ciento, tras una recuperación de 2,54 por ciento el jueves.
El presidente del Banco Central, Gustavo Franco, aseguró que no será modificada la política cambiaria del país a causa de la crisis en Japón y en Rusia, los dos puntos de origen de la tormenta de este mes.
El Consejo de Política Monetaria del Banco Central se reunirá el 2 de septiembre para una nueva reducción de la tasa básica de interés, actualmente en 19,75 por ciento, anunció Franco.
Esa tasa fue abruptada elevada en octubre, de 21 a 43,5 por ciento, ante la fuga de capitales que siguió al derrumbe de la bolsa de Hong Kong. Brasil perdió en ese momento unos 10.000 millones de dólares de sus reservas internacionales.
La situación actual "es mucho más tranquila" y el país mejoró sus condiciones para enfrentar posibles ataques especulativos, aseguró el presidente del Banco Central, refiriéndose a reservas de más de 70.000 millones de dólares, cuatro veces la suma de que dispone Rusia.
Este mes deben ingresar por lo menos otros 5.000 millones, producto de la privatización del sistema de telecomunicaciones, realizada el 29 de julio, ya que la mayoría de las 12 empresas subastadas fueron adquiridas por grupos extranjeros.
Países exportadores de petróleo, como México y Venezuela, o de fuertes vínculos comerciales con Asia, como Chile, sufren el impacto directo del agravamiento de la crisis en grandes mercados importadores, como Japón y Hong Kong, que derrumbó los precios de materias primas.
Pero la Bolsa de Caracas registró un ligero repunte en los tres últimos días: 0,66 por ciento el miércoles, 0,56 el jueves y 0,84 por ciento este viernes, después de una caída de 4,61 por ciento el martes, que redujo el índice bursátil al menor nivel en 27 meses.
Los volúmenes negociados en Caracas se mantuvieron bajos. "Los inversionistas siguen cautelosos y enfocados hacia lo que suceda en Rusia", evaluaron los operadores.
Mientras, la Bolsa de Comercio de Santiago cerró este viernes con una caída de 0,27 por ciento del índice selectivo (IPSA) y de 0,31 por ciento del índice general (IGPA), con lo que completó una semana negra, con índices negativos cada día.
La jornada más crítica fue la del martes, cuando el IPSA retrocedió 3,10 por ciento y el IGPA, dos por ciento. El IPSA acumuló en las dos primeras semanas de agosto una pérdida de 8,60 por ciento.
En Buenos Aires, el índice Merval de acciones líderes subió este viernes 1,23 por ciento, después de seis jornadas consecutivas de bajas que completaron un retroceso de 13 por ciento.
Las tormentas que se universalizaron provocaron una retirada en todo el mundo de los pequeos inversionistas, especialmente de las bolsas, ante el crecimiento geométrico del riesgo y por la necesidad de evaluar hechos y tendencias manifestadas incluso al otro lado del planeta.
Los que quedaron en el mercado, arriesgan sus ahorros entregándolos a la administración de bancos, operadores y fondos de inversión, advirtieron los analistas brasileos.
El resultado es una mayor concentración de los negocios se manos de los profesionales de la actividad, más preparados para navegar en medio de turbulencias que, al parecer, tomaron dimensión global de modo permanente. (FIN/IPS/mo/ff/if/98