CHINA: El dinero atrae amantes y arruina el matrimonio

El gobierno de China intenta poner obstáculos al divorcio, que aumentó notablemente desde que muchos hombres pueden ser empresarios en lugar de empleados y así tener amantes más fácilmente.

Las autoridades impulsan reformas legales para atender casos como el de Zhang Liuri, cuyo marido se hizo de una amante tan pronto como empezó a ganar dinero con operaciones en el mercado de futuros.

Zhang recuerda que su esposo, Xiao Mi, comenzó a llegar a su casa de madrugada, pero ella no se quejaba, porque creía que él atendía su negocio, y los dos necesitaban dinero.

Pero luego supo que Xiao no dedicaba su tiempo solamente al mercado de futuro de frijoles, en Beijing, sino que tenía otra mujer, más joven y bonita que ella.

Según Xiao le explicó, entre los negociantes exitosos confiere prestigio tener una aventura fuera del matrimonio.

"Todo por el maldito dinero", expresó Zhang con amargura, lamentando haber perdido a su marido precisamente cuando ambos lograron una buena situación económica. Aunque él sigue yendo a su casa.

"En estos días, todos los hombres llevan teléfono celular en su automóvil y tienen amantes. Cuando no teníamos dinero y vivíamos de salarios del Estado, él me era fiel", agregó.

La historia de Zhang y Xiao es semejante a la de una cantidad creciente de matrimonios en China. La apertura de la economía dispuesta en las últimas dos décadas dio a muchos la oportunidad de enriquecerse.

Pero junto con las mayores oportunidades de ganar dinero surgieron nuevos estilos de vida que a pueden afectar a matrimonios aparentemente sólidos, mientras el Estado pierde el control sobre la vida de los ciudadanos.

Las unidades de trabajo del Estado, que desde la revolución socialista determinaron hasta los más íntimos detalles de la vida de los empleados, ya no tienen ese poder, pues más y más gente se desempeña en el sector privado.

Expertos en materia civil revisaron la legislación relativa al matrimonio, aprobada hace 18 años, y propusieron nuevas medidas, para aumentar obstáculos al divorcio.

El proyecto de ley, que aún debe ser aprobado por el Congreso Nacional del Pueblo (parlamento), exige la separación de hecho de tres años como condición para la solicitud de divorcio.

También estipula que debe haber "fidelidad mutua" entre los cónyuges, y que si uno de ellos tiene una aventura extramarital, el otro debe ser compensado en caso de divorcio.

"Incluir la fidelidad mutua como uno de los deberes de las parejas casadas apunta a hacer ilegales las relaciones sexuales fuera del matrimonio", explicó Wu Changzhen, profesor de derecho de la Universidad de Ciencia Política y coautor del proyecto de ley.

"Esto es coherente con el principio de la monogamia", explicó Wu.

Pero varios expertos han advertido que la iniciativa impone límites a la libertad de divorciarse, "que se logró con dificultades".

"El amor mutuo debería ser la base ideal para el matrimonio, y es natural que éste termine cuando el amor se termina", observó el sociólogo Li Yinhe, de la Academia China de Ciencias Sociales.

"Debemos ser cuidadosos de no retroceder al reformar la legislación" que regula el matrimonio, señaló Li.

Para muchas mujeres de las áreas urbanas, un hombre con dinero es sin lugar a dudas un hombre con amante.

"Es muy común que un hombre casado tenga otra mujer a quien mantiene y ve regularmente. Cuando empecé a trabajar en la compañía, me enteré que casi todos los hombres casados tenían una amante. Fue realmente vergonzoso", comentó Dong Yi, ejecutiva de una empresa en Beijing.

Además de aumentar los divorcios, los cambios en la sociedad reducen la cantidad de casamientos.

El oficial Diario del Pueblo informó que el número de divorcios por año aumentó de 389.000 a 1,1 millones entre 1980 y 1996, coincidiendo con las reformas económicas impulsadas por el líder supremo Deng Xiaoping, fallecido en 1997.

En el mismo período, la cantidad de casamientos disminuyó de 10,4 a 9,3 millones por año.

Liu Yongmei, una graduada universitaria, señaló que queda fuera de los registros oficiales la triste realidad de muchas parejas "insatisfechas con su vida matrimonial, pero que no se atreven a divorciarse".

"Tomemos de ejemplo a mis padres, que se pelean continuamente y no se soportan el uno al otro. Pero si yo les sugiero que se divorcien, me meto en problemas", indicó Liu.

Más de 41 por ciento de las 6.000 personas casadas consultadas por el Diario del Pueblo admitieron que a veces consideran la posibilidad divorciarse, pero no lo hacen por razones económicas.

Al respecto, explicaron que, en caso de disolción del matrimonio, deberían enfrentarse a una separación de bienes no siempre garantizada y tendrían costos mayores en materia de vivienda y cuidado de los hijos.

Zhang, por su parte, afirma que no se divorciará aunque Xiao abandone el hogar. "¿Qué puedo hacer? El tiene su propio negocio, no hará caso de lo que diga la justicia y yo nunca recibiré bienes gananciales ni pago por alimentos".

"No lograría que me pagara, pues Xiao no es empleado del Estado" y sería difícil controlar sus ingresos, agregó. (FIN/IPS/tra-en/ab/di-ff/pr/98

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