La prohibición en Bolivia de la importación de automóviles antiguos de segunda mano provocó las protestas de mecánicos que perderán parte de su mercado y amenazó con mandar a la quiebra a varios importadores de la ciudad de Iquique, Chile.
El decreto supremo del gobierno de Hugo Banzer cerró las fronteras bolivianas a los automóviles livianos de medio uso con antigüedad mayor a seis años y a los asiáticos que llevan el volante a la derecha, conocidos en Bolivia como "transformers".
Con esa prohibición, los mecánicos bolivianos que reubicaban volante, acelerador, embrague, freno y controles de los automóviles asiáticos hacia el lado izquierdo redujeron significafivamente sus ingresos y podrían quedar sin trabajo.
"Este es un empleo honrado que sirvió para dar ocupación a cientos de personas", protesta Emilio Saravia, un mecánico de un taller de La Paz donde unas 200 personas trabajan en la adaptación de "transformers".
El gobierno explicó que su decisión obedece a la necesidad de evitar la contaminación que provocan esos automóviles, muchos de los cuales funcionan a diesel, garantizar la seguridad de los ciudadanos e impedir que Bolivia se convierta en basurero de automóviles "chatarra", que, además, ingresan de contrabando.
Además, las empresas aseguradoras se negaron a dar cobertura a los "transformers" pocas semanas antes de la implementación de la póliza de accidentes de tránsito que el gobierno ordenará para todo automóvil.
En un inútil intento por conservar su principal fuente de ingresos, varios mecánicos dijeron estar dispuestos a demostrar la seguridad de los automóviles que adaptan, por lo que pidieron al gobierno un peritaje técnico.
"Tenemos mucho cuidado en la modificación de la dirección. Nuestro trabajo es seguro. Si nos quitan este trabajo, el gobierno tendrá que darnos empleos alternativos", dice Antonio Chambi, otro mecánico de automóviles asiáticos que trabaja en la ciudad de El Alto, a diez kilómetros de La Paz.
Pero el gobierno aseguró, al emitir el decreto la semana pasada, que no está dispuesto a ceder, porque sería una mala señal hacia los organismos internacionales ante los que se ha comprometido a luchar contra el contrabando.
El negocio de los "transformers" movió hasta ahora en Bolivia unos 325 millones de dólares por año, por el ingreso al país de unos 40.000 vehículos livianos de esta clase cada año, según datos del gubernamental Instituto Nacional de Estadística.
De los casi 400.000 vehículos que conforman el total del parque automotor en Bolivia, se estima que 40 por ciento son "transformers".
Esos coches han saturado las calles de las principales ciudades de este país, principalmente por su bajo costo. Un auto de este tipo, adaptado, repintado y legalizado cuesta unos 6.000 dólares en Bolivia.
En Iquique, el puerto chileno por donde ingresan los "transformers", ese mismo automóvil, por lo general del modelo Toyota Corolla, cuesta unos 2.300 dólares.
En esa ciudad chilena, el impacto de la drástica decisión del gobierno de La Paz será aun mayor que en Bolivia. Se calcula que entre 60 y 85 por ciento del negocio de los automóviles asiáticos de medio uso tenía como destino el mercado boliviano.
Según informes periodísticos difundidos por la prensa de La Paz, el colapso del sector automotor de Iquique afectará no sólo a las empresas importadoras de vehículos, sino también a las líneas aéreas, el transporte terrestre y la hotelería.
Muchos asalariados de Iquique también quedarán sin trabajo, ya que infinidad de talleres de mecánicos locales se ocupaban de cambiar el volante de gran parte de los cargamentos de automóviles antes de su traslado a Bolivia.
El bajo costo de esos vehículos se debe a que los usuarios asiáticos prefieren deshacerse de ellos y comprar uno nuevo en lugar de pagar mayores impuestos cuando tienen tres y cinco años de uso.
Esos vehículos, que en los puertos japoneses cuestan unos 1.000 dólares cada uno, son exportados a Africa, la disuelta Unión Soviética y a algunos países de América Latina.
En América del Sur, los principales países de destino de esos vehículos eran Chile, Perú, Bolivia y Paraguay, pero los tres primeros ya han prohibido su importación.
El puerto de Iquique era utilizado solo como punto de tránsito de esos vehículos hacia otros países, porque la legislación chilena también los prohibe, igual que Perú, y ahora también Bolivia. (FIN/IPS/jcr/mj/if tr/98