Uruguay ocupa el primer lugar en suicidios en América Latina, con una tasa de 13 personas cada 100.000 habitantes, y representa la décima causa de muerte del país, según datos oficiales.
Los medios de comunicación han descartado históricamente informar sobre suicidios, atendiendo a recomendaciones de expertos que sostienen que la divulgación de esos hechos puede tener un efecto de contagio.
Pero el suicidio de un influyente dirigente político el día 12 provocó un enfrentamiento político dentro del Partido Nacional, integrante de la coalición del gobierno de Julio María Sanguinetti y forzó la divulgación de datos oficiales.
Las cifras indican un progresivo aumento del número de suicidios, que en 1981 fueron 9,2 cada 100.000 habitantes, en 1986 descendieron a 8,9, en 199O fueron 10,3 y en 1993 trepó a 11,2.
La mayor tasa de suicidios de los últimos 15 años se registró en 1982, con 16,74 cada 100.000 habitantes.
En noviembre de ese año, el gobierno militar surgido del golpe de Estado de 1973 cambió sorpresivamente la política económica y produjo una brusca devaluación de la moneda, lo que generó la bancarrota de centenares de personas endeudadas en dólares.
El suicidio es la décima causa de muerte en Uruguay y la segunda entre los jóvenes de 15 a 24 años. El 79 por ciento se produce en el interior del país, donde vive 55 por ciento de los 3,1 millones de habitantes.
Estos datos, que en los últimos años no registron mayores cambios, fueron presentados en 1993 en Rio de Janeiro en el Congreso Mundial de Psiquiatría, dijo a IPS Guido Berro, catedrático de medicina forense.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), América Latina presenta en general un bajo índice de suicidios. Chile con 0,3 y Paraguay con 1,5 se ubican en la parta más baja de la estadística regional realizada en 1990.
Datos de julio pasado indican que en Argentina aumentó en los últimos años el número de suicidios, que según el oficial Programa Nacional de Estadísticas de Salud se ubica en 6,8 personas cada 100.000 habitantes.
Los últimos datos conocidos elaborados por la OMS indican que en 1990 en Venezuela la tasa era de 4,8 cada 100.000 habitantes, en Ecuador de 3,6 y en Brasil de 3,5.
Esos mismos datos indican que Hungría estaba al tope de la tabla, con 40 suicidios cada 100.000 habitantes, en tanto la tasa era de 20 en los países escandinavos y de 12,1 en Estados Unidos.
"Hay personas que no buscan la muerte como fin, sino que la utilizan como medio para producir algún cambio interpersonal o en su ambiente", afirmó la psicóloga Ivonne Spinelli, especialista en terapia y educación racional y emotiva.
El suicidio "es la complicación letal de la depresión. Es la segunda causa de muerte entre jóvenes, tanto hombres como mujeres" y la desesperanza es el principal motivo para quitarse la vida, añadió la experta.
Una encuesta realizada entre estudiantes de secundaria de Uruguay, publicada en diciembre pasado por la Revista Médica, reveló que 28 por ciento "pensó alguna vez que era mejor morir que seguir viviendo" y 14 por ciento "pensó en quitarse la vida".
El estudio indica que cada 50 adolescentes que estudian en los liceos de Montevideo, de dos a tres "han intentado quitarse la vida al menos en una oportunidad".
La psicóloga Beatriz Duro tiene una particular visión sobre el tema en Uruguay: "Somos una nación sin población autóctona, un país hecho de inmigrantes que mira hacia Europa como lugar de origen, por eso se supone que el uruguayo es tan depresivo".
Si bien la OMS estima que por cada suicido existen ocho intentos, en Uruguay se maneja que este nivel asciede a 40 tentativas, afirmó.
Según estudios de la OMS, está comprobado que que antes del acto de eliminarse, más de 70 por ciento de los que intentaron matarse consultaron a un médico en los tres meses anteriores.
Del total de suicidos consumados en Uruguay, menos de 30 por ciento son llevados a cabo por mujeres, aunque los especialistas estiman que éstas lo intentan con más frecuencia que los hombres. La concreción mayoritaria por parte de los hombres se debe a que suelen utilizar medios más violentos que las mujeres.
En Uruguay, el 40 por ciento de los suicidas utilizaron armas de fuego como medio, aunque ese porcentaje llegó a ubicarse en el 50 por ciento, dijo a IPS el comisario inspector Washington Curbelo, un experto del departamento de Policía Técnica.
Al uso de armas de fuego como causa de suicidio le siguen la intoxicación, con 14 por ciento, el ahorcamiento (23 por ciento), el salto al vacío (13 por ciento) y cortes con armas blancas, (dos por ciento).
Las estadísticas indican que casi 60 por ciento de los suicidas tienen más de 45 años y 30 por ciento más de 65.
El psiquiatra Eugenio Bayardo considera que el fenómeno va em aumento en Uruguay, en la medida que la población envejece y se llega a una etapa de la vida en que se acentúan factores como el aislamiento familiar y social, la falta de medios económicos y las enfermedades crónicas.
Federico Dajas, de la cátedra de psiquiatría de la universidad estatal, teme que la divulgación del suicidio del dirigente político y los comentarios que ésta originó tengan un efecto imitativo.
"El manejo con trivialidad de la información sobre el suicidio de una persona puede facilitar la decisión de otra que está propensa a quitarse la vida", aseguró. (FIN/IPS/rr/ag/pr-he/98