La falta de voluntad política y apoyo financiero impide equiparar los avances contra el VIH/sida en países ricos y pobres, según conclusiones presentadas en la 12 Conferencia Mundial sobre el Sida, en curso en esta ciudad.
"Mientras en el Norte industrial se reduce el contagio del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, que causa el sida), en el Sur en desarrollo millones mueren de enfermedades prevenibles debido a una política pública errónea y apática", denunció Peter Lamptey, director de proyecto de la organización Impact.
El último informe del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) sugiere que el virus se propaga rápidamente en la mayoría de los países en desarrollo, donde vive más de 90 por ciento de los 30 millones de infectados con el VIH.
Sólo en 1997 se produjeron 5,8 millones de nuevos contagios, o 16.000 infecciones por día, según el informe.
ONUSIDA atribuyó el aumento de la tasa de infección a la falta de acceso de los pobres a drogas antirretrovirales, que fueron usadas ampliamente en los últimos dos años para prolongar la vida de los infectados en países industrializados.
En el mercado hay unos 20 fármacos contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), muchos de ellos administrados rutinariamente a los pacientes en el Norte industrial.
Los medicamentos cuestan al menos 10.000 dólares al año por paciente, deben administrarse de por vida, diariamente y requieren una estricta supervisión para ser eficaces.
En una sesión que evaluó el papel de la política en la aplicación de medidas contra el sida, participantes de países en desarrollo criticaron a sus gobiernos por adoptar políticas injustas que debilitan la implementación de programas de prevención del sida.
"El sida no es sólo un problema médico, sino también político y cultural", señaló Hoosein Coovadia, de Sudáfrica, y agregó que la lucha contra la enfermedad muchas veces tiene la menor prioridad en las agendas de los gobiernos.
Por ejemplo, en Sudáfrica, donde la tasa de infección aumenta en forma constante, la financiación de la lucha contra el sida está muy politizada, ya que el gobierno y organizaciones contra el sida se disputan los fondos de los donantes, con resultados contraproducentes.
Aunque hay una política nacional establecida contra el sida, las prioridades de desarrollo y el ambiente político de la era pos- apartheid juegan contra la aplicación de los programas de prevención, señaló la representante sudafricana Hellen Schneider.
"No es fácil para un país en transición abordar adecuadamente el problema del sida, cuando tiene otras prioridades", señaló.
A pesar de contar con un ingreso de 2.500 dólares anuales por habitante, frente a 650 de Zimbabwe, Sudáfrica tiene una tasa de mortalidad infantil superior a la de ese país, lo cual refleja la gran desigualdad económica entre la minoría blanca y la mayoría negra.
En India, donde tres millones de los 920 millones de habitantes estarían infectados con el virus del sida, los documentos oficiales todavía sostienen que la epidemia está en una etapa incipiente.
"Se trata de una descripción eufemística de una epidemia cuyas verdaderas dimensiones aún no se comprenden totalmente, 12 años después de la aparición del primer caso de sida en India", señaló Rathika Ramasubban, del Centro de Cambio Social y Tecnológico de India.
Sólo en 1992 India inició esfuerzos serios para establecer una Organización Nacional de Control del Sida, dijo Ramasubban, y agregó que en los años 80 el gobierno se refería al sida como "una enfermedad extranjera".
Como resultado de esa idea, la respuesta oficial a la epidemia fue la desconfianza de los extranjeros y la persecución o deportación de trabajadores sexuales extranjeros en lugar de la educación sexual, que todavía se considera un tema tabú en India, lamentó.
Incluso Kenia, que tiene más de un millón de infectados con el VIH, todavía no elaboró una política contra el sida, 10 años después de la aparición del primer caso en el país de Africa oriental. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/pm/ml/he-dv/98