El papa Juan Pablo II subrayó en una carta apostólica dirigida hoy a los 1.000 millones de católicos del planeta la "obligación" de ir a misa los domingos y de santificar ese día.
La carta, titulada "Dies Domini" ("Día del Señor"), que consta de 100 páginas y está dirigida "al episcopado, al clero y a los fieles", critica la cultura contemporánea que invita a vivir el domingo de "manera superficial y con fines de diversión que son moralmente discutibles".
Quienes "deliberadamente no cumplen con esta obligación cometen un pecado grave", de acuerdo con el catecismo de la Iglesia Católica, recuerda el documento.
En "la santificación del domingo está en juego el futuro de la Iglesia", mucho mas que en la celebración del Gran Jubileo del 2000, según el Papa.
La celebración de los 2000 años del nacimiento de Jesucristo pasará y se producirán luego otros jubileos y fechas solemnes, mientras "el domingo, con su ordinaria solemnidad, seguirá marcando el tiempo del peregrinaje de la Iglesia".
Juan Pablo II destacó la necesidad de "recuperar los motivos doctrinales que están en la base del precepto eclesiástico de santificar el día del Señor", que para la religión judía es el sábado y para la católica, el domingo.
Un precepto no una simple disposición de disciplina religiosa comunitaria, sino una expresión irrenunciable "en la relación con Dios", sostuvo.
La escasa asistencia a la misa (entre seis y diez por ciento de los fieles en América Latina y 28 por ciento en Roma) fue uno de los motivos que indujeron al Pontífice a redactar la carta apostólica, que fue entregado en una conferencia de prensa.
"En ciertas regiones, a causa de dificultades sociológicas, como la dedicación del fin de semana solo a pasatiempos y a lo mejor por la falta de fe, se registra una porcentual baja de la asistencia a la misa", según el documento papal.
Los deportes no se contradicen con la santificación del domingo y, por el contrario, constituyen una actividad positiva, dijo el cardenal Jorge Medina, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, quien presentó la carta apostólica a la prensa.
Los obispos italianos han planteado la necesidad de que los partidos del campeonato italiano de fútbol se realicen los días sábado en lugar del domingo, a lo cual no se refiere, sin embargo, el documento del Papa.
"Si los partidos de fútbol son de la tarde, perfectamente se puede ir a la misa en la mañana", dijo Medina, de nacionalidad chilena. En caso de imposibilidad de ir a misa el domingo, se puede ir también el sábado en la tarde, agregó.
La carta apostólica trata el problema del domingo desde los puntos de vista histórico, bíblico y jurídico, pero el elemento que caracteriza el análisis es la referencia constante a la celebración concreta.
"Muchas de mis reflexiones y de los sentimientos que animan esta carta apostólica han madurado durante mi servicio pastoral en Cracovia y después como obispo de Roma y sucesor de Pedro, en las visitas a las parroquias romanas", observó el Papa.
Al insistir en la necesidad de respetar el domingo, el pontífice afirmó el primado de "la Pascua de la semana", y de la Pascua anual sobre otras celebraciones y sobre las tradiciones populares y culturales.
Al ser el domingo la Pascua semanal, en la que se recuerda y se hace presente el día en que Cristo resucitó, es también el día que revela el sentido del tiempo, agregó Juan Pablo II.
"Los cristianos de hoy, de no pocos países, tienen la necesidad de redescubrir el 'precepto' de 'santificar el domingo', acogiéndolo en su sentido profundo", dijo.
Al insistir en su obligatoriedad, el Papa recordó que la santificación del domingo, que al principio fue una praxis espontánea, es ahora una "norma jurídica" y una "ley canónica".
"Si el día del Señor tiene la historia bimilenaria de la Iglesia, ¿cómo podría pensarse que no continúe marcando su futuro?", se preguntó.
"La observación del día del Señor es particularmente sentido por la Iglesia y se mantiene una verdadera y propia obligación al interior de la disciplina eclesiástica", respondió.
Sin embargo, tal observancia, antes que un precepto, "debe ser sentida como una exigencia escrita en la profundidad de la existencia cristiana", concluyó.
Donde no es posible asistir a misa, los fieles pueden participar en las asambleas dominicales en ausencia del sacerdote, recomendó el Papa. (FIN/IPS/jp/mj/cr/98