La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la union Europea (UE), resolvió aplazar la adopción de un proyecto de mandato para negociar la liberalización comercial con el Mercado Común del Sur (Mercosur) y con Chile.
Un portavoz del vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín, dijo este jueves que "los servicios agrícolas (de la Comisión) revisarán el día 22 "los datos que poseen" sobre el impacto que el acuerdo con el Mercosur tendría sobre la agricultura en la UE.
Existen serias reticencias por una parte de la UE a la hora de abolir barreras arancelarias frente a otras regiones del mundo.
El "lobby" agrícola proteccionista de la Comisión Europea generalmente se opone a los acuerdos de liberalización comercial, y resiste las negociaciones con el Mercosur, pero en este caso, su influencia es mínima.
"La mayoria de los comisarios europeos apoyan las negociaciones", aseguró el portavoz, Josep Coll y Carbó.
La Comisión ya discutió todos los aspectos del mandato a otorgarse a los negociadores, e incluso las consecuencias para la agricultura en la UE, dijo Coll y Carbó, pero "alguien reaccionó a ultimo momento".
"La fecha fue pospuesta, porque se van a verificar los datos otra vez," dijo el portavoz.
Antes de empezar las negociaciones con el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y con Chile, la Comisión tiene que presentar el mandato de negociación a la aprobación de los ministros de Relaciones Exteriores de los 15 países de la UE.
El proyecto de mandato debía ser presentado el miércoles, pero pasado por la Comisión, que va a discutirlo otra vez el día 22. El Consejo de Ministros debe aprobarlo antes de fin de año.
Fuentes diplomáticas en Bruselas creen que la negociación comercial entre la UE y el Mercosur se prolongará por lo menos durante cinco años. Luego habrá un plazo adicional de 10 años para la progresiva liberalización del intercambio bilateral.
Los países miembros de Mercosur firmaron 1995 (y Chile en 1996) un acuerdo de cooperación económica y comercial con la UE, que servirá de marco de las posteriores negociaciones de libre comercio. El tratado final también deberá ceñirse a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Para el Mercosur, la UE es un socio económico de primer orden. Es su fuente principal de importaciones y el más importante destino de sus exportaciones.
La UE también ocuopa el primer lugar en cuanto a cooperación con el Mercosur, que entre 1990 y 1995 recibió 2.228 millones de dólares por ese concepto del bloque europeo y de sus 15 estados miembros. Esa cantidad representa 60 por ciento de la ayuda exterior obtenida en total por el Mercosur en el periodo señalado.
El Mercosur fue en 1996 el origen de 52,4 por ciento de las compras de la UE en América Latina y el destino de más de 54 por ciento de las exportaciones del bloque europeo a la region. Y entre 1990 y 1995, la UE triplicó sus exportaciones e inversiones directas en el Mercosur.
La estructura del comercio entre las dos uniones presenta todavia marcadas asimetrías.
Las ventas de la UE al Mercosur en 1995 se compusieron en 55 por ciento de maquinaria y equipos, y el resto, principalmente de productos quimicos y manufacturas, mientras que el Mercosur exporta a la UE especialmente alimentos (37 por ciento) y materias primas (26,1 por ciento).
Los cuatro miembros de Mercosur exportan sobre todo productos agricolas a la UE -en el caso de Argentina, éstos representan más de 60 por ciento de sus ventas- que compiten con bienes producidos en la propia UE.
Según el Instituto de Relaciones Europeo-Latinoamericanas (Irela), "la evolucion de los flujos comerciales (bilaterales) fue más beneficiosa para la UE."
Mientras que la UE aumentó 200 por ciento sus exportaciones al Mercosur entre 1990 y 1996, sus compras en la misma área sólo crecieron 16 por ciento.
"El balance comercial interregional es cada vez más desfavorable para el Mercosur", advirtió el Irela, que atribuye ese desequilibrio a la reducción unilateral de barreras comerciales dispuesta por el Mercosur.
"Es muy probable que esta tendencia se agudice en los proximos anos", señaló el Irela.
El embajador de Uruguay en Bruselas, Guillermo Valles, dijo a IPS que la UE "se ha beneficiado hasta ahora de un proceso unilateral de apertura de las economías del Mercosur".
"Creo que la Unión Europea debe adoptar una posición respecto al Mercosur acorde con el papel y el peso que la UE tiene en la esfera global," añadió Valles.
Su presencia en el Cono Sur de América permitiría a la UE competir con la influencia de Estados Unidos en América Latina.
El Mercosur absorbió en 1995 algo más de 51 por ciento de las inversiones directas de Europa en América Latina y en los años posteriores mantuvo su condición de primer destino de esos capitales.
No obstante, las inversiones de la UE en América Latina han crecido en menor medida que los flujos procedentes de Estados Unidos, que triplicaron el valor de los capitales europeos en el periodo 1990-1995. (FIN/IPS/ns/ff/if/98