La popularidad del gobierno de Malasia es cuestionada después de la sorprendente derrota que sufrió en elecciones parciales la Organización Nacional de Malayos Unidos (ONMU), principal partido de la coalición gobernante.
El día 4, la coalición de 10 partidos del Frente Nacional, que gobierna a este país del sudeste de Asia desde su independencia en 1957, perdió en las elecciones legislativas de Arau, en el estado septentrional de Perlis.
La derrota asombró a funcionarios de la ONMU, porque Arau era considerada un bastión de la coalición. Muchos temen que las repercusiones de los comicios trasciendan la zona de Perlis. El resultado "tiene gran importancia", dijo Chong Eng, subsecretaria general del opositor Partido de Acción Democrático.
La ONMU se mantuvo en el poder en Arau durante los últimos 43 años. Si los resultados electorales se repiten en el resto del país, el poder del partido podría disminuir, según observadores. Algunos creen que el resultado incluso podría aplazar las próximas elecciones generales.
Aunque la ley estipula que los comicios pueden esperar hasta fines del año 2000, los analistas estimaban que el primer ministro Mahathir Mohamad convocaría a las elecciones tras los Juegos de la Commonwealth (Comunidad Británica de Naciones) en septiembre.
De esa manera, los electores habrían decidido su voto antes de que la crisis económica en curso se agrave e influya sobre el resultado electoral. Pero esa era la situación antes de que Arau revelara cuánto descendió el respaldo de la ONMU.
Los analistas consideraban las elecciones parciales del día 4 como un ejercicio puramente rutinario para sustituir a un legislador fallecido de la coalición gobernante.
El grupo étnico malayo, que constituye la base electoral de la ONMU, representa 87 por ciento de los 34.665 electores de Arau. Por esa razón, la victoria del partido se creía segura.
En las elecciones generales de 1995, el Frente Nacional ganó la banca de Arau por una ventaja de 6.889 votos. Pero el partido islámico PAS ganó el puesto legislativo esta vez con una mayoría de 1.323 votos.
Algunos analistas consideran que la derrota de ONMU en Arau responde más a una cuestión de política local que a otra cosa.
El candidato del Frente Nacional era hermano del ministro en jefe de Perlis, lo que fue considerado una muestra de nepotismo y feudalismo por los electores. Estas cuestiones resultaron polémicas en una reciente asamblea general de la ONMU.
La derrota de Arau "tiene que ver con problemas locales", dijo a IPS Tan Cheng Liang, representante del Frente Nacional en la asamblea estadual de Penang.
El presidente del PAS, Fadzil, Noor señaló que la victoria de su partido se debió a la debilidad del gobierno estadual y a conflictos internos de ONMU.
Pero Noor también señaló que el pueblo está comenzando a sentir las consecuencias de la crisis económica. El resultado de Arau "demuestra que es un mito que los malasios sólo optan por la ONMU, sin importar su rendimiento".
"Los malasios comenzamos a pensar", opinó Basharuddin, trabajador de una imprenta. Lo que ocupa los pensamientos de la población son los problemas económicos. Por primera vez en una década, la economía de Malasia se encuentra en crisis, y hay muchas compañías en problemas.
La política del gobierno suele favorecer a los malayos, que representan más de la mitad de la población de 20 millones, frente a otros grupos étnicos, como chinos e indios.
Pero la crisis económica no discrimina e incluso los malayos de la zona rural, partidarios tradicionales de la ONMU, padecen sus consecuencias. "La crisis afectó a todos", manifestó el activista Roslan Tajudin.
El precio del arroz, por ejemplo, elemento básico de la comida en este país, es 30 por ciento mayor ahora que el mes pasado. "Mientras el salario de muchos se redujo, el precio del arroz sube. Todos sufren", se lamentó.
Durante crisis económicas anteriores, el Frente Nacional podía darse el lujo de que el opositor Partido de Acción Democrática, organización mayoritariamente china, recibiera la mayoría del voto urbano no malayo, sabiendo que podía contar con los malayos de las zonas rurales.
Pero luego de Arau, la coalición ya no puede asegurar que contará con el voto malayo, porque el PAS representa un fuerte desafío. Muchos consideran que Mahathir deben pensarlo antes de convocar a elecciones anticipadas.
Otra cuestión controvertida son los 17 años de gobierno de Mahathir. El primer ministro es el líder que ha estado más tiempo en su cargo en Asia, tras la renuncia en mayo del presidente de Indonesia, Alí Suharto, quien estuvo 32 años al frente de su país.
"No importa lo bueno que seas, si te quedas demasiado en el poder, seguramente tu popularidad va a flaquear", aseguró Roslan. (FIN/IPS/tra-en/an/cb/aq/ip/98