El presidente de Liberia, Charles Taylor, se quejó de haber sido defraudado por la comunidad internacional, que no desembolsó fondos prometidos a este país de Africa occidental.
"Efrento un momento difícil debido a inexplicables atrasos de los donantes y promesas mundiales vacías", dijo al inaugurar la Conferencia Nacional de Reconciliación, organizada entre el día 19 y el 7 de agosto para superar la destrucción provocada por la guerra civil peleada entre 1989 y 1997.
Taylor dijo que su gobierno se proponía utilizar la asistencia financiera internacional para revitalizar la agricultura y la infraestructura en el país, pero la falta de fondos se lo impidió.
La comunidad de donantes no ha demostrado un compromiso financiero debido a denuncias de violaciones de los derechos humanos y falta de tolerancia con los disidentes políticos.
En abril, una conferencia de donantes bajo el auspicio del Club de París prometió más de 200 millones de dólares para la reconstrucción de Liberia. Desde entonces, no se han entregado fondos.
A pesar de la mala situación económica del país, Liberia gastó 8,5 millones de dólares en la conferencia. Unas 3.000 personas de Estados Unidos, Europa y Africa participan en la reunión, la primera desde que Taylor se convirtió en presidente en julio del año pasado.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en un mensaje especial a la conferencia, dijo esperar que los liberianos no vuelvan a experimentar la guerra, y urgió a los liberianos a desarrollar una agenda que les permita unirse a las otras democracias emergentes en Africa.
Durante un servicio religioso el domingo, el enviado especial de Clinton para la democracia y los derechos humanos en Africa, el reverendo Jesse Jackson, hizo un llamado a los liberianos a dejar la guerra atrás y moverse hacia adelante con renovada determinación para construir una nueva Liberia.
Jackson urgió al gobierno a convertir a los ex combatientes en constructores de caminos y puertos.
Se espera que la conferencia discuta una amplia gama de temas, incluyendo la entrega de la ciudadanía a extranjeros, un tema polémico en este país africano.
El legislador Benedict Sannoh, dijo que sería "desastroso entregar la ciudadanía a no negros que puedan utilizar su poder económico para comprar la mitad de Liberia y arrojar a nuestro pueblo a la servidumbre económica"
Taylor anunció que el tema se decidirá en un referendo, y aclaró que no impondrá su voluntad sobre los 2,8 millones de habitantes de Liberia, cuya población está compuest por cinco por ciento de libertos estadounidenses y 16 grupos étnicos.
En una medida que según analistas buscó apaciguar a los residentes de esta capital, el gobierno levantó el miércoles un toque de queda que desde hace seis años restringía el movimiento nocturno de la ciudad.
El ministro de Justicia, Eddington Varmah, dijo a los periodistas que las condiciones de seguridad en el país mejoraron lo suficiente para garantizar el fin de la medida.
"Ya no hay necesidad de mantener un toque de queda en Monrovia. Los habitantes de la ciudad pueden moverse libremente", dijo Taylor. (FIN/IPS/tra-en/jc/mn/lp/ip/98