El sacerdote Mario Orantes permanecerá en prisión los próximos tres meses, pues se lo halló sospechoso de haber participado el 26 de abril en el asesinato de obispo auxiliar de Guatemala Juan Gerardi.
El juez de primera instancia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Isaías Figueroa, dictaminó "prisión formal" contra Orantes, acusado de asesinato por el Ministerio Público, que deberá presentar pruebas contundentes en un plazo máximo de tres meses.
Orantes, quien encontró el cadáver del obispo la la noche del asesinato y lo denunció a las autoridades, estará recluido en una prisión al norte de la ciudad, mientras el Ministerio Público recopila más pruebas.
La empleada doméstica Margarita López también permanecerá encarcelada, acusada de encubrimiento. Los investigadores del Ministerio Público sospechan que la mujer ayudó a limpiar la escena del crimen al día siguiente, cuando aún se recopilaban evidencias.
El juez Figueroa consideró suficientes las pruebas preliminares que presentó el fiscal del Ministerio Público a cargo de la investigación del caso, Otto Ardón, quien ordenó la detención de Orantes y López el día 22 en la casa parroquial de San Sebastián, donde ocurrió el asesinato.
Gerardi fue asesinado el 26 de abril en la casa parroquial de varios golpes en la cabeza con un trozo de concreto, apenas 48 horas después de haber presentado un extenso informe sobre violaciones a los derechos humanos.
El informe Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), titulado "Guatemala: nunca más", responsabiliza al ejército de Guatemala de la mayoría de atrocidades cometidas en la guerra civil que duró 36 años y que dejó más de 100.000 muertos.
El abogado defensor de Orantes, Vinicio García Pimentel, anunció que apelará la resolución del juez pues considera que las pruebas que presentó el Ministerio Público son inconsistentes para que se vincule a su defendido con el caso.
"No compartimos la resolución del juez, pero la respetamos y la vamos a analizar (…) para apelar el dictamen y para que el sacerdote Orantes recobre su libertad", expresó García Pimentel.
Con la detención de Orantes, vicepárroco de San Sebastián, y la de López suman tres las personas arrestadas por el asesinato de Gerardi.
La primera persona acusada por el crimen es Carlos Enrique Vielman, un alcohólico arrestado cuatro días después del crimen y aún en prisión.
Las organizaciones populares y de derechos humanos locales e internacionales siguen con interés la investigación por lo que consideran uno de los asesinatos con matices tintes más trascendentes después de la firma de la paz el 29 de diciembre de 1996. (IPS/FIN/lp/mj/ip hd/98