La mitad de la ayuda exterior concedida por Estados Unidos en 1997 se destinó a ampliar los sectores militar y de seguridad nacional, aseguró una organización de este país que aboga por el control de las armas.
En consecuencia, gran parte de la política de ayuda externa de Washington podría obrar en contra de los objetivos declarados del gobierno de Bill Clinton, entre ellos la promoción del desarrollo sustentable, la protección de la salud y el apoyo a los gobiernos democráticos.
El informe, publicado el martes por la organización Fondo de Educación Consejo para un Mundo Habitable, de Washington, se pregunta si Estados Unidos invierte más en la militarización que en el desarrollo mundiales.
El informe "Ayuda Externa y Comercio de Armas: Una Mirada a las Cifras" concluye que la respuesta es un rotundo "sí".
Mientras, Washington gastó sólo 1,25 dólares por habitante estadounidense en ayuda humanitaria, para el desarrollo y las misiones de paz en el exterior, pero exportó armas valoradas en dos dólares por habitante, con frecuencia a los mismos países que reciben la mayor parte de la asistencia.
Estados Unidos exportó casi la mitad de las armas producidas en el mundo entre 1993 y 1995, y la mayoría de sus exportaciones se destinaron a aliados de Washington en el este del Mediterráneo, Medio Oriente y Asia oriental.
"Vendemos armas, donamos armas, brindamos financiación para comprar armas, y una vez que se utilizan, gastamos miles de millones de dólares para intentar remediar las consecuencias", afirmó Joan Whelan, redactora del informe.
En 1997, la ayuda externa estadounidense ascendió a 13.600 millones de dólares, la cifra más baja en términos reales desde el comienzo de la guerra fría a fines de los años 40, y menos de la mitad de la asistencia de hace 15 años.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reveló que la ayuda externa de Estados Unidos representa 0,08 por ciento de su producto interno bruto, la cifra más baja entre los países industrializados.
Casi 27 por ciento de la ayuda entregada en 1997, o 3.700 millones de dólares, se dedicó a la asistencia y el entrenamiento militares, y 22 por ciento, o poco más de 3.000 millones, se volcó a una categoría más ambigua denominada "ayuda a la seguridad".
La mayor parte de la ayuda a la seguridad consistió en Fondos de Respaldo Económico, o dinero transferido a países considerados de "importancia estratégica" para Estados Unidos, a menudo para pagar las armas estadounidenses, y asistencia (incluso armas) utilizada en la guerra mundial contra las drogas y el terrorismo.
Cerca de 17 por ciento de la ayuda bilateral de Estados Unidos, o 2.250 millones de dólares, se destinó a resolver conflictos bélicos, ayuda humanitaria, asistencia a los refugiados y situaciones de desastre, y misiones de paz.
Este tipo de ayuda es la de mayor crecimiento en todas las categorías, sobre todo a la luz del número cada vez mayor de países que sufrieron conflictos internos tras el fin de la guerra fría, señala el informe.
Finalmente, casi un tercio de la ayuda estadounidense, o 4.600 millones de dólares, se destinaron al desarrollo, como los aportes a la Asociación Internacional de Desarrollo, del Banco Mundial, al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Casi la mitad de la ayuda bilateral de Washington, o 44 por ciento, se destinó a los países de Medio Oriente, sobre todo a Israel y Egipto, que en conjunto recibieron más de 5.000 millones de dólares en asistencia militar y a la seguridad.
Los dos países recibieron más de 15 por ciento de las ventas de armas estadounidenses el año pasado.
Los países del sur y el este de Europa, y de la ex Unión Soviética, como Bosnia, Ucrania, Turquía y Rusia, recibieron casi 15 por ciento de la ayuda bilateral. Africa subsahariana recibió 14 por ciento, Asia ocho por ciento y América Latina siete por ciento.
Medio Oriente también recibió casi 90 por ciento de la asistencia militar estadounidense y 75 por ciento de la ayuda a la seguridad, concentrada en Israel, Egipto, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina.
Africa subsahariana recibió casi un tercio de la asistencia estadounidense destinada a los conflictos bélicos y el desarrollo, Europa y la ex Unión Soviética 25 por ciento, Asia 15 por ciento, y América Latina 10 por ciento, según el informe.
Del total de la ayuda, casi 25 por ciento se destinó a países de altos ingresos, como Israel, cuyos ingresos por habitante ascienden a 18.100 dólares por año y lo ubican en el lugar número 19 en el mundo. En promedio, los habitantes israelíes recibieron más de 500 dólares de ayuda de Washington en 1997.
Los habitantes de Africa subsahariana, la región más pobre del mundo, recibieron en promedio el equivalente de tres dólares de ayuda estadounidense en 1997. El informe señaló que incluso este monto podría disminuir.
El congreso, dominado por el opositor Partido Republicano, impuso un límite de 13.500 millones de dólares a la ayuda extranjera de 1999, unos 200 millones de dólares por debajo de la cantidad de este año cuando, por primera vez en una década, la ayuda externa se incrementó.
Mientras se prevén aumentos en la ayuda otorgada para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, que según Whelan son cada vez más militarizadas, la ayuda para el desarrollo, un tercio de la cual se destina a Africa subsahariana, podría descender hasta 20 por ciento.
Whelan destacó que su investigación no abarcó la ayuda otorgada en forma independiente por el Pentágono (Departamento de Defensa), que incluye entrenamiento militar, misiones de paz y la transferencia de equipos militares a los aliados de Estados Unidos.
El informe señala que estas actividades representan "miles de millones de dólares" de ayuda no controlada por el Departamento de Estado. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/ip/98