La violación de 12 derechos humanos de las mujeres en todo el planeta es el tema de la película "Lifelines" (Cuerdas salvavidas), lanzada el jueves a tiempo para conmemorar el Día Mundial de la Población este sábado.
Las mujeres siguen sin gozar de derechos humanos básicos, aun después de que, en 1994, el mundo adoptara un plan de acción para ellas en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo, denuncian organizaciones activistas.
El objetivo del filme es llamar la atención sobre las violaciones a los derechos humanos de las mujeres en todo el mundo, informaron sus productores, Televisión para el Ambiente y la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF).
IPPF es la organización voluntaria para la salud sexual y reproductiva más grande del planeta.
"Todos nacemos como seres sexuales y tenemos un período reproductivo en nuestras vidas. Debemos comenzar a percibir los derechos humanos según este punto de vista y enmendar los errores que aún se están cometiendo", señaló Ingar Brueggemann, secretario general de IPPF.
Lifelines utiliza situaciones de la vida real en todo el mundo para ilustrar 12 derechos humanos que aún son ignorados con respecto a las mujeres.
Las mujeres aún sufren violaciones a los derechos a la vida, libertad y seguridad, a la igualdad y a no ser discriminadas, a la privacidad, la atención y protección sanitarias, la libertad de pensamiento, información y educación.
Así mismo, las mujeres no gozan del derecho de optar libremente por el matrimonio y la familia, ni de elegir si tener hijos y cuándo, no reciben los beneficios del progreso científico, no tienen libertad de reunión ni participación política, y siguen siendo torturadas y reciben malos tratos.
"En casi todos los países del mundo se encuentran 12 violaciones a los derechos humanos de las mujeres. Con el filme esperamos demostrar la característica universal de estas violaciones", explicó Karen Newman, de IPPF.
Lifelines incluye algunos datos escalofriantes. Cada minuto muere una mujer debido a complicaciones en el embarazo o el parto, y cada año dos millones de niñas corren el riesgo de ser sometidas a mutilación genital.
En Africa y Asia una cada cuatro niñas menores de 16 años están casadas, a menudo contra su voluntad. Más de un millón de jóvenes de todo el mundo son obligadas a ejercer la prostitución cada año.
El film se realizó cuatro años después de que 179 países firmaran el Programa de Acción de la conferencia de El Cairo.
"La Conferencia de El Cairo representó un cambio. Por primera vez, se consideraron como derechos humanos los derechos sexuales y reproductivos de la mujer", dijo el profesor Fred Sai, presidente del principal comité del encuentro.
"Y por primera vez, las activistas tuvieron éxito al decir que las mujeres no deben ser consideradas objetos del control demográfico, sino que sus necesidades deben ser tomadas en cuenta", agregó.
El Programa de Acción compromete a los gobiernos a ayudar a las mujeres a comprender sus derechos, incluso los relacionados con la salud reproductiva y sexual, y a eliminar las prácticas de discriminación.
Los gobiernos, señala, deben promover la "igualdad de participación de mujeres y hombres en todos los ámbitos de responsabilidad de la familia y el hogar, entre ellos la conducta sexual y reproductiva".
El Programa de Acción se propone, para el año 2015, brindar acceso universal a la atención médica reproductiva, la planificación familiar, la enseñanza primaria, y reducir la mortalidad infantil y materna.
Los hombres son esenciales para lograr esos objetivos, señala el Programa de Acción.
"El papel de los hombres para lograr la igualdad de géneros es fundamental porque, en la mayoría de las sociedades, ejercen un poder preponderante en casi todas las esferas de la vida", añade el documento.
Pero el Programa de Acción no basta porque no es de cumplimiento obligatorio, sostienen las organizaciones activistas.
"La conferencia de El Cairo produjo un plan político, con estándares que los distintos gobiernos pueden interpretar en forma distinta. IPPF produjo una carta de principios porque pensamos que es muy importante promover instrumentos jurídicos que se puedan aplicar en el ámbito internacional mediante sanciones", dijo Nell Rasmussen, coautor de la carta.
La carta de IPPF es un documento jurídico que interpreta las leyes internacionales de derechos humanos en el contexto de los derechos reproductivos de las mujeres.
"Los gobiernos firmaron una serie de convenciones de derechos humanos y prometieron conformar sus leyes nacionales a estas, pero sus pueblos no están informados al respecto y por tanto no pueden reclamar sus derechos", afirmó Karen Newman, una de las redactoras de la carta de IPPF.
"Las organizaciones no gubernamentales deben salvar esa brecha de información", opinó.
La película y la carta serán divulgadas entre organizaciones de derechos humanos, de mujeres, y asociaciones de abogados y planificación familiar de todo el mundo para que identifiquen colectivamente los cambios necesarios en sus países y decidan cómo llevarlos a cabo.
IPPF propone un plan de acción de cuatro puntos para estos grupos.
Primero, las organizaciones deben examinar su legislación nacional en el contexto de la salud sexual y reproductiva, y determinar si las leyes de sus países limitan o fomentan los derechos de la carta.
En segundo lugar, deben documentar las violaciones de derechos sexuales o reproductivos.
Tercero, deben hallar la manera de responsabilizar a sus gobiernos a través de la prensa, el parlamento y los organismos profesionales médicos y jurídicos, y mediante comités internacionales creados para controlar las violaciones de derechos humanos.
Entre estos se incluyen el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y el Relator Especial sobre Violencia contra la Mujer.
Finalmente, propone IPPF, las organizaciones deben realizar un seguimiento de las conclusiones de los comités internacionales y asegurar su cumplimiento. (FIN/IPS/tra-en/aw/dds/aq/hd/98