El presidente de Cuba, Fidel Castro, comenzará este viernes su segunda visita en cuatro años a Barbados, en el marco de una gira por tres países del Caribe que comenzó en Jamaica y terminará en Granada.
Detractores y admiradores de Castro subrayan la apertura que sus vecinos de habla inglesa demuestran hacia él, después de años de preocuparse por la forma en que reaccionaría Washington si recibían al líder comunista.
No es probable que Castro firme convenios importantes en esta visita, pero participará en algunos acontecimientos políticos que reflejan los cambios producidos por el paso del tiempo.
Castro, de 71 años, estará presente en la inauguración de un monumento conmemorativo de la tragedia ocurrida cuando un avión de Cubana de Aviación fue derribado por una bomba el 6 de octubre de 1976, en Paynes Bay, zona septentrional de Barbados, luego de despegar de este país.
Un total de 73 pasajeros cubanos, guyanenses y norcoreanos murieron en el atentado. La nacionalidad de los viajeros es un símbolo de la política de la época, ya que todos procedían de países socialistas o que experimentaban con la ideología de izquierda, como era el caso de Guyana.
Exiliados cubanos en Florida, Estados Unidos, supuestamente vinculados a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), fueron acusados de participar en la tragedia que afectó las relaciones entre Cuba y Barbados, y entre Barbados y Guyana.
El hecho de que Castro efectúe una segunda visita a Barbados en sólo cuatro años es una señal de cuánto cambiaron los tiempos en las últimas décadas, sostienen observadores.
Castro llegará a Barbados este viernes luego de visitar Jamaica por segunda vez desde 1977, y antes de partir para Granada.
Los analistas consideran que la visita a Granada es una gran victoria política para La Habana luego de que las relaciones con la otrora izquierdista administración granadina finalmente terminaran en la invasión estadounidense a aquel país, en 1983.
El partido granadino Movimiento Patriótico Maurice Bishop pretende que el nombre del aeropuerto internacional Point Salines, adonde llegará Castro, se sustituya por el del ex primer ministro Maurice Bishop, para recordar que fue él quien lo construyó, con ayuda cubana.
Un gobierno revolucionario provisional liderado por Bishop asumió el poder en Granada en 1979, mediante un golpe de Estado que derrocó al primer ministro Eric Gairy. Estados Unidos consideraba que la nueva administración era una amenaza para la democracia en la región.
La posterior ejecución de Bishop y varios integrantes de su gabinete por una facción del gobierno desencadenó la invasión estadounidense el 25 de octubre de 1983, con la ayuda de fuerzas de Antigua, Barbados, Dominica, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente.
La construcción del aeropuerto se suspendió y los obreros cubanos que trabajaban en las obras fueron expulsados.
El entonces presidente estadounidense Ronald Reagan dijo al pueblo de su país que los cubanos estaban construyendo el aeropuerto para recibir aviones soviéticos Mig con el fin de preparar la invasión y detener la expansión de la influencia cubana en esa parte del Caribe, aseguran analistas.
El gobierno de Bishop, que mantenía estrechas relaciones con la ex Alemania Oriental y otros estados socialistas, sostuvo que el aeropuerto era un medio para impulsar la economía a través del turismo.
Castro llegará a ese mismo aeropuerto durante el fin de semana y tendrá una bienvenida propia de un jefe de Estado.
No obstante, el primer ministro granadino Keith Mitchell, quien realizó una visita a Cuba en los últimos meses, sigue bajo presión para reconocer la participación de Bishop en la construcción del aeropuerto.
Castro será el huésped de honor durante los festejos de la emancipación de los esclavos de Barbados de sus amos británicos, hace más de 150 años. También visitará la asociación Barbados- Cuba, integrada por personas vinculadas a la isla, entre ellos ex estudiantes.
El sábado, Castro participará en la Caminata de la Emancipación, antes de almorzar con el primer ministro Owen Arthur, quien también visitó Cuba en los últimos meses y se negó a justificar su actitud ante Estados Unidos.
De hecho, Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago estuvieron entre los primeros países del hemisferio que rompieron el aislamiento cubano al establecer relaciones diplomáticas con La Habana en 1972.
"Guyana y el Caribe siempre serán especiales para nosotros. Nunca lo olvidaremos", declaró el diplomático cubano Ulises Castillo. Todos los años, estudiantes de 14 países de la región reciben becas para estudiar en Cuba, a través de la secretaría de la Comunidad del Caribe (Caricom).
El comercio con Cuba y la inversión de los países de Caricom en la isla superaron los 300 millones de dólares por año, y los inversores no quieren quedar al margen de las posibilidades cuando La Habana liberalice su mercado.
Una Comisión Conjunta de Cuba y Caricom supervisa las relaciones comerciales mutuas. Cuba también es miembro fundador de la Asociación de Estados Caribeños, que celebró su cuarto aniversario este mes.
La región también apoya el interés cubano de convertirse en miembro de la Convención de Lomé.
Cuba desea incorporarse al proceso de integración económica del Caribe, pero no dará el primer paso para evitar que las frágiles economías caribeñas sean objeto de la ira de Washington, declaró Castillo. (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/aq-ml/ip/98