CAMBOYA: Elecciones generales cuestionadas por Estados Unidos

La legitimidad de las elecciones generales a celebrarse el domingo en Camboya, en las que participarán 39 partidos políticos, es cuestionada por Estados Unidos y la organización de derechos humanos Human Rights Watch.

Sin embargo, la Unión Europea (UE), Japón y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático manifestaron su satisfacción con el proceso electoral.

Aunque dirigentes de la oposición camboyana sostienen que los comicios ya se orquestaron a favor del gobernante Partido del Pueblo Camboyano (PPC), la mayoría de los partidos políticos optaron por participar en las elecciones.

Los 39 partidos políticos se disputarán las 122 bancas del parlamento nacional en la segunda elección general del país desde que terminara la guerra civil por el acuerdo de paz de París, celebrado en 1991.

En 1993, comicios organizados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condujeron a la formación de un gobierno de coalición entre el PPC y el monarquista FUNCINPEC, disuelto violentamente en julio de 1997 a raíz de la supuesta cooperación de los monárquicos con los guerrilleros del Jemer Rojo.

"Según el bando al que se pertenezca, Camboya tiene uno de los procesos electorales más democráticos del sudeste asiático o una de las peores dictaduras del mundo", comentó un analista político en Phnom Penh.

Observadores creen que el PPC podría ser el partido más votado en los comicios, pero sólo con una mayoría relativa que lo obligaría a trabajar con las agrupaciones más pequeñas.

Pero si la comunidad internacional no se pone de acuerdo sobre la credibilidad de las elecciones, el país, dependiente de la ayuda externa, seguirá inmerso en la incertidumbre política y económica por cierto tiempo.

El escrutinio final estará listo sólo para la primera o segunda semana de agosto, según el ritmo del conteo.

Quienes consideran que las elecciones son poco democráticas señalan que el PPC, liderado por Hun Sen, tiene una ventaja indebida frente a los otros partidos por el exclusivo control que ejerce sobre la administración estatal, la policía y los militares.

La violenta expulsión del poder el año pasado del primer primer ministro y líder del FUNCINPEC, el príncipe Norodom Ranariddh, hace que el gobierno del PPC sea "ilegítimo", aseguran.

Al PPC también se lo acusa de sobornar o intimidar a sectores de la población con el fin de obtener su respaldo en las elecciones del día 26.

"El actual ambiente político de Camboya, en el cual los partidos de oposición no pueden operar con libertad ni seguridad, no es en absoluto propicio para celebrar elecciones libres, justas o creíbles", declaró la organización Human Rights Watch, que recomienda aplazar los comicios.

"El principal obstáculo no es logístico ni técnico, sino que radica en la voluntad del gobernante PPC de controlar el proceso electoral y limitar las libertades", agregó el grupo estadounidense.

Washington anunció que sus observadores redactarán una declaración propia sobre la credibilidad del proceso electoral y no participarán en un informe que está preparando un equipo internacional coordinado por la ONU.

Está previsto que más de 400 observadores internacionales estén presentes en 10 por ciento de los 11.699 circuitos electorales en el día de las elecciones.

Pero la UE y varios países asiáticos declararon que, a pesar de algunas irregularidades, el proceso electoral es satisfactorio y debe continuar según lo previsto, en aras de la democracia y la estabilidad nacional.

La UE, que proporcionó 11,5 millones de dólares para financiar las elecciones, respaldó el proceso de inscripción de electores concluido en junio y elogió la supervisión de la Comisión Nacional Electoral.

"Esta es la segunda elección general de Camboya en casi tres décadas y es un error someterla al tipo de criterios perfeccionistas aplicables a las democracias maduras", señaló un observador de la UE.

De hecho, aseguró, la supervisión internacional convirtió al proceso electoral camboyano es uno de los más democráticos de Asia, una región que incluye a dictadura y estados semiautoritarios como Birmania, Brunei, Indonesia, Malasia, Singapur y Vietnam.

Analistas que consideran exageradas las críticas contra los comicios recuerdan las elecciones de 1993 cuando, a pesar del control del PPC sobre el aparato estatal, resultó electo el FUNCINPEC, con 58 bancas frente a las 51 obtenidas por aquél.

La insistencia de Washington y algunos partidos políticos camboyanos de que los comicios están "arreglados" sólo demuestra su odio patológico hacia el PPC, de origen comunista, y recuerda la época de la guerra fría, sostienen.

"No hay duda de que esta vez hay mayor libertad de expresión y reunión, más educación política de los electores y menor intimidación que durante los comicios de 1993", señaló un observador internacional de derechos humanos.

Mientras continúa el debate internacional sobre la legitimidad de las elecciones, la mayoría de los partidos políticos abordaron la campaña electoral con seriedad y crearon un ambiente festivo con pancartas, carteles y mitines públicos en pueblos y ciudades.

De los 39 partidos políticos participantes, sólo se espera que obtengan una cantidad importante de bancas el PPC, el FUNCINPEC y el grupo Sam Rainsy, dirigido por el ex ministro de Finanzas y dirigente opositor Sam Rainsy.

El PPC se presenta una vez más como el partido que expulsó del poder al genocida Jemer Rojo en 1979 y el responsable de contener al grupo extremista, reducido ahora a algunos cientos de guerrilleros desde la muerte año de su líder, Pol Pot.

El FUNCINPEC basó su campaña en el tradicional sentimiento antivietnamita del pueblo camboyano.

Pero de los tres mayores partidos, es probable que sea el de Sam Rainsy el que tenga el mayor crecimiento debido al gran respaldo que tiene entre la población rural y los jóvenes urbanos.

Rainsy, ex integrante del FUNCINPEC expulsado por Ranariddh por criticar la corrupción del gobierno de coalición de 1993, acusó públicamente a Hun Sen de arreglar las elecciones y aseguró que será "imposible" que pierda el PPC.

"Creo que la única manera de que Hun Sen y el PPC sean retirados del poder es a través de un movimiento nacional popular como el de Indonesia", dijo Rainsy.

Para Hun Sen, el hombre fuerte de Camboya desde hace casi 20 años, la mayor amenaza puede proceder de sectores de su propio partido, disconformes con su poder. (FIN/IPS/tra-en/ss/js/aq/ip/98

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