BOLIVIA: La privatización llevó inseguridad a vuelos de LAB

La privatización afectó la seguridad de los vuelos del Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), la aerolínea de bandera de Bolivia, que se ha convertido en pesadilla para su pasajeros y para el gobierno.

La Dirección General de Aeronáutica registró 29 incidentes en aviones de LAB en los primeros seis meses de este año. Esto es, más de uno por semana, en una compañía pequeña, que sólo tiene 15 aeronaves: dos Airbus, 11 Boeing y dos Fokker.

Aviones que deben detener su impulso antes del despegue, o que vuelven a la pista cuando ya han levantado vuelo, que presentan desperfectos mecánicos permanentes o fallan, porque sus trenes de aterrizaje no bajan, son apenas algunas muestras de los problemas de la aerolínea.

La preocupación es tan grande que el presidente Hugo Banzer se refirió con temor a la posibilidad de un grave accidente en los vuelos de LAB, que en 1995 fue adjudicada a la brasileña VASP (Viaçao Aérea Sao Paulo S.A.).

De poco o nada han servido hasta ahora las advertencias de las autoridades, que anunciaron medidas drásticas contra la compañía si no mejora su servicio. Ni siquiera las inspecciones técnicas ordenadas por el gobierno sirvieron para mejorar la seguridad en los aviones de LAB.

Técnicos estadounidenses contratados por el gobierno, representantes de la fábrica Boeing y funcionarios bolivianos avalaron el viernes una aeronave después de revisarla minuciosamente. Pero al día, el aparato tuvo problemas en uno de sus motores y no pudo despegar.

El inconveniente fue superado y el avión volvió al servicio. Pero el domingo sufrió un desperfecto en pleno vuelo, 20 minutos antes de aterrizar en la ciudad de Salta, norte de Argentina, y tuvo que volver a la boliviana Santa Cruz de la Sierra.

Los pasajeros escucharon una explosión y el olor a quemado invadió la cabina, aunque no hubo más consecuencias.

"El caso es preocupante, porque lo lógico sería que un avión chequeado completamente no tuviera problemas, pero no es así", comentó el lunes el viceministro de Transportes, Ramón Prada.

Representantes del gobierno se reunirán este miércoles con el presidente de VASP, Ulises Canhedo, con el propósito de incorporar una cláusula de rescisión en el contrato que las partes firmaron hace tres años, cuando la empresa brasileña ganó la licitación para administrar LAB.

El ministro de Comercio Exterior e Inversión, Jorge Crespo, cuestionó el contrato de privatización, firmado por el anterior gobierno, porque no contempla la posibilidad de romper el acuerdo en caso de servicio inseguro o de otros problemas de atención a los usuarios.

El gobierno de Banzer también considera la suspensión de la licencia de funcionamiento de LAB.

Mientras, los trabajadores de la compañía tienen una posición aún más crítica que las autoridades. Aseguran que la privatización de LAB fue un fracaso y que los constantes problemas de la aerolínea se deben a que VASP no realizó inversiones, para optimizar sus utilidades.

Michael Coffin, técnico de la empresa Boeing, diagnosticó en junio que muchos aviones de LAB vuelan con "ítems defectuosos que no son arreglados a tiempo por falta de partes y repuestos".

Así mismo, Coffin señaló que los pilotos de LAB no comunican problemas mecánicos que podrían afectar la seguridad de los vuelos por temor a perder su fuente de trabajo.

Trabajadores y ex pilotos de LAB propusieron buscar un nuevo socio privado para la aerolínea, y preparan, como paso previo, un recurso legal para anular la adjudicación a VASP.

LAB aún conserva el monopolio de atractivas rutas internacionales: llega a unos 20 países, y a seis de los nueve departamentos de Bolivia.

En 1997, LAB transportó a 1,7 millones de pasajeros y su flota sumó cerca de 40.000 horas de vuelo. (FIN/IPS/jcr/ff/tr/98

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