Representantes de México y de la Unión Europea (UE) abrieron esta semana en Bruselas, ya despejados los obstáculos políticos, las negociaciones para un acuerdo de libre comercio que esperan firmar en el 2000.
Luego de tres años de acercamientos, conversaciones informales y la firma del acuerdo global sobre aspectos de cooperación, democracia y derechos humanos sancionado por los gobiernos y luego aprobado por los parlamentos de México y la UE, las partes crearon un Consejo Conjunto.
Con la instalación del nuevo organismo "empiezan a darse los contactos entre los diversos grupos para trazar lo que será la ruta crítica de la negociación y cómo se efecturán las reuniones", que comenzarán en octubre, explicó el secretario (ministro) de Comercio de México, Herminio Blanco.
El objetivo de las autoridades de México y la UE, que en 1997 registraron un intercambio comercial de 13.904 millones de dólares con un saldo deficitario para el primero de 5.929 millones, es que el acuerdo de libre comercio opere como máximo a partir del 2001.
El camino no se prevé fácil, pues los aranceles deberán negociarse directamente con la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, mientras otros puntos, como el régimen de propiedad intelectual, tendrán que abordarse quizá a través de un intermediario con cada uno de los 15 miembros de la UE.
Sin embargo, el tramo ya superado y la ausencia de rubros comerciales especialmente problemáticos actúan como garantía para una negociación expedita, aseguraron autoridades mexicanas.
Las negociaciones se detuvieron varias veces en los últimos años por desacuerdos sobre compromisos con la democracia y los derechos humanos y por presiones de grupos humanitarios que denuncian una guerra de baja intensidad que el gobierno de México desarrollaría contra la guerrilla zapatista.
"Nuestra prioridad de negociación en este momento es el comercio con la Unión Europea. Trabajaremos arduamente los próximos meses y en 1999 para llegar a una conclusión a principios del 2000", declaró Blanco en entrevista que publicó el domingo pasado la revista Epoca.
"Hay fechas que deben tomarse en cuenta, por ejemplo que la Comisión (de la UE) cambiará sus integrantes a fines de 1999", recordó.
Las autoridades mexicanas no ocultaron la posibilidad de que al priorizar a la UE se retrasen negociaciones de libre comercio con los países de América Latina, como las que se llevan adelante con Guatemala, El Salvador y Honduras.
De 1992 a la fecha, México puso en vigencia acuerdos de libre comercio con Chile, Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. A pesar de esos múltiples frentes, el comercio del país se concentra casi en su totalidad con Estados Unidos.
Europa es la mejor oportunidad para diversificar el comercio, para ampliar las fronteras económicas internas y externas, señalaron las autoridades comerciales de México, país donde menos de cinco por ciento de las empresas son exportadoras.
Los socios de la UE representan actualmente para el país latinoamericano alrededor de seis por ciento de su comercio global y 18 por ciento de las inversiones foráneas.
Con el acuerdo comercial se espera que el intercambio y las inversiones aumenten más de 100 por ciento.
La UE es uno de los mercados más grandes del mundo y maneja alrededor de 20 por ciento del comercio planetario. A este bloque corresponde 20 por ciento de las exportaciones mundiales y alrededor de 18,5 por ciento de las importaciones.
En Europa, las exportaciones de México, que incluyen en especial petróleo y motores, se concentran actualmente en España y Alemania, países a los que destina 44 por ciento de las ventas a esa región.
En materia de importaciones, Alemania, Francia e Italia son los principales abastecedores de México en la UE, con 67,1 por ciento del total.
Las cámaras empresariales locales ofrecieron al gobierno de Ernesto Zedillo su apoyo total en las negociación con Europa, pero demandaron anteponer la búsqueda de un acuerdo que considere las asimetrías en materia de desarrollo tecnológico e infraestructura. (FIN/IPS/dc/mj/if/98