Expertos y funcionarios de Panamá recomendaron al gobierno que demande a la Unión Europea (UE) por no acatar la sentencia de un tribunal de la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra las restricciones a la importación de banano desde América Latina.
Los ministros de la UE decidieron a fines de junio eliminar las licencias de importación de banano procedente de América Latina que regían desde julio de 1993, como ordenó la OMC, pero mantuvieron el mismo sistema de cuotas vigente desde aquella época.
Asimismo, la UE mantuvo una cuota de 856.000 toneladas de banano libre de aranceles para las antiguas colonias europeas en Africa, el Caribe y el Pacífico, y otra de 800.000 toneladas libre de impuestos para las islas de Madeira (Portugal), Canarias (España), Guadalupe y Martinica (Francia) y para Grecia.
El sistema de cuotas aplicado en 1993 autorizaba la importación de 2,2 millones de toneladas anuales de banano desde América Latina a un arancel de 75 ecus (82,5 dólares), pero el tributo se incrementaba 170 por ciento cuando las compras sobrepasaban la cuota asignada.
Cuando la UE aplicó el sistema de cuotas y licencias, los países productores de América Latina colocaban unos 2,7 millones de toneladas en el bloque europeo. La rebaja a 2,2 millones de toneladas representó pérdidas de más de 500 millones de dólares anuales.
Las restricciones a las importaciones de banano de América Latina procuran proteger a las antiguas colonias o territorios insulares europeos productores de banano, que producen una fruta de menor calidad y a mayor costo que la latinoamericana.
A pesar de que el tribunal de apelaciones de la OMC ordenó a la UE a finales de 1997 que cese esa política discriminatoria, el bloque trata de sustituir su actual política de cuotas y licencias por una que mantenga en lo sustancial el mismo sistema, según el experto panameño Carlos Ernesto González.
González, ex embajador de Panamá ante las autoridades comunitarias europeas en Bruselas y ex negociador en la OMC, afirmó que "la única posición que debe adoptar Panamá ante la política de importación bananera de la UE es ser lo más firme y más duro posible".
El ex diplomático acotó que el nuevo sistema que planea aplicar la UE a partir de enero de 1999 "busca dividir" al grupo de países (Panamá, Ecuador, Guatemala, México, Honduras y Estados Unidos) que plantearon las anteriores demandas ante la OMC.
En efecto, Panamá junto a Ecuador, Costa Rica y Colombia forman parte del grupo de países productores de banano a los cuales la UE considera como "proveedores sustanciales" al superar cada uno de ellos 10 por ciento del total importado por Europa.
González recordó que en 1993 la UE también intentó dividir a los productores cuando firmó un acuerdo de trato preferencial con Costa Rica, Colombia, Nicaragua y Venezuela con el fin de romper el frente exportador que se agrupaba en aquella época en la Unión de Países Exportadores de Banano (Upeb), radicada en Panamá.
La Upeb, fundada en 1974 en el marco de la llamada "guerra del banano" entre los países productores y las transnacionales, está integrada por Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana y Panamá.
Si los seis países que demandaron a la UE mantienen su unidad, "es muy posible" que los europeos "tengan que examinar la posición que tomaron" a finales de junio de este año, tras el fallo dictado por el tribunal de apelaciones de la OMC, subrayó.
Por su parte, el ministro de Hacienda y Tesoro de Panamá, Miguel Heras, indicó que la nueva política bananera que planea aplicar la UE es más perjudicial que el anterior sistema de cuotas y licencias.
"La propuesta de la UE aumenta las restricciones y es un arma para reducir las exportaciones de los otros países productores violando los acuerdos de la OMC y de la Ronda Uruguay", explicó.
El gobierno panameño deberá "utilizar todos los recursos" a su disposición "para que esta propuesta no se mantenga", incluso recurrir nuevamente a la OMC, advirtió Heras.
González insistió en que se debe adoptar una posición firme que se acople con otras que planea aplicar Estados Unidos contra la UE, que pueden llegar incluso a la restricción del ingreso de productos europeos a sus mercados.
"Los gobiernos de esos países tendrán que medir si es más importante el banano de las islas del Caribe o el vino y el queso" que producen y exportan en grandes cantidades hacia Estados Unidos naciones como Francia y España, subrayó Gonzalez.
Alrededor de 75 por ciento de la comercialización de banano de América Latina está en manos de las transnacionales estadounidenses Chiquita Brands, Castle And Cook (Del Monte) y Standard Fruit Compañy.
En el caso de Panamá la totalidad de la fase de comercialización pertenece a Chiquita Brands, que, a su vez, cultiva cerca de 70 por ciento del banano de las alrededor de 15.000 hectáreas de bananales existentes en el país.
El director del Consejo de Comercio Exterior de Panamá, Norman Harris, indicó, por su parte, que los países que demandaron a la UE tienen que esperar hasta enero de 1999, cuando vence el plazo que dio la OMC para modificar el régimen de importaciones de banano en Europa, para presentar otra demanda.
Sin embargo, aclaró que Panamá "está coordinando" con los otros países afectados los pasos a seguir para defender un producto básico que, en el caso panameño, constituye el principal rubro de exportación con ingresos cercanos a los 180 millones de dólares al año. (FIN/IPS/sh/mj/if/98