El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, sigue adelante con su campaña de autoritarismo cercenando derechos y libertades, mientras la comunidad internacional está preocupada por la guerra en la provincia separatista de Kosovo, al sur de Serbia.
Nuevos proyectos de ley pasaron raudos por el parlamento, transformando la leyes de los medios y la educación terciaria, en un golpe que acalló a algunos de los más ardientes críticos y pensadores innovadores de los Balcanes.
A la vez, los cambios en las leyes sobre procesos penales del país arrancaron de raíz el derecho de los abogados defensores a proteger el secreto profesional ante sus clientes.
"Esto se asemeja a una introducción a la dictadura, donde un día hasta el secreto profesional de los médicos será también suprimido", dijo Slobodan Soskic, reconocido abogado de Belgrado. "El Gran Hermano estará en todas partes", agregó.
Una nueva ley que extiende los poderes de la policía entró en vigor el martes pasado, reemplazando la legislación de 1957 y 1970, y poniendo fin al derecho de los abogados a reclamar el secreto profesional sobre de sus clientes.
La ley otorga nuevas potestades a "órganos de estado" para entrar y registrar oficinas de abogados. Los abogados que no cooperen pueden ser detenidos.
"¿Cuál es el propósito de la defensa si el abogado puede ser detenido cuando alquien lo necesite?", preguntó Slobodan Beljanski, presidente de la Asociación de Abogados de Yugoslavia.
Este régimen "revela que quiere dominar nuestros pensamientos, nuestro trabajo, la confianza que existe y se construye entre el abogado y su cliente", dijo Soskic.
La aprobación de los proyectos de ley se logró con el apoyo del Partido Socialista de Milosevic, la Izquierda Yugoslava Unida (JUL) de su esposa, Mira Markovic, y el ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS) de Vojislav Seselj.
Aprobadas el mes pasado y ahora en implementación, las nuevas leyes pusieron fin a la autonomía universitaria creada 180 años atrás. Para los medios, el proyecto simplemente codifica controles existentes sobre su actividad diaria.
Las licencias de 178 de 425 estaciones de radio y televisión en toda serbia fueron revocadas pocas semanas atrás. Las restantes 247, todas estaciones menores de música, enfrentan una tarifa inabordable de 15.000 dólares para obtener la licencia.
Todas salvo dos emiten sin servicios de noticias y las excepciones son Radio TV Kosava, propiedad de la hija de Milosevic Marija, y TV Inter Speed, propiedad de su hijo Marko.
Mira Markovic tomó el segundo canal de la estatal TV Belgrado, y lo convirtió en el Canal de Radio Televisión (RTJ). Los informes periodísticas siguen la línea de Markovic y dependen de la producción censurada de la agencia de noticias estatal Tanjug.
La Asociación de Medios Electrónicos Independientes (ANEM) fue particularmente golpeada por la medida del gobierno contra nuevas organizaciones radiodifusoras, incluyendo la independiente Radio B92 de Belgrado, crítica constante del régimen de Milosevic.
La mayoría de las estaciones de ANEM rechazan la disposición del gobierno y continúan transmitiendo a través de su sistema satelital, que permite que las noticias de B92 lleguen a las principales ciudades de Yugoslavia.
Markovic acusa a los medios independientes de haber desatado el quiebre de la ex Yugolsavia, y de trabajar hacia la "desintegración" de la federación remanente, que sólo agrupa a Serbia y Montenegro.
Como "traidores de la nación, pagados por los enemigos de este país, es cuestionable que existan (los medios independientes)", escribió Markovic en uno de sus comentarios en un diario, que son considerados el barómetro de la opinión del gobierno.
La nueva ley universitaria, aprobada ante una fuerte oposición pública y parlamentaria, permite al gobierno nombrar a los decanos y autoridades de todo rango. Hace casi dos años, los estudiantes y académicos universitarios desafiaron al gobierno con manifestaciones y protestas callejeras.
Este mes, días después de la entrada en vigor de la ley, profesores y autoridades "inapropiadas" fueron desplazadas de cinco de las principales universidades serbias, en Belgrado, Novi Sad, Nis, Kragujevac y Pristina.
En los cargos fueron instalados socialistas leales al gobierno y cuadros de la JUL y el SRS, muchos promovidos de puestos menores a la calidad de profesores y académicos.
Los cambios más duros se realizaron en la Universidad de Belgrado, donde profesores y estudiantes realizaron una protesta de cinco meses a partir de noviembre de 1996, demandando el reconocimiento del triunfo de la oposición en las elecciones municipales anuladas por el gobierno.
Profesores y estudiantes fueron obligados a producir listas de asistencia de los estudiantes a partir de 1995, de modo de identificar a los estudiantes que se sumaron a las protestas de 1996-97. Muchos se negaron y renunciaron. Otros simplemente fueron destituidos.
Estudiantes de lenguas y literatura, junto al departamento de electrónica de la Universidad, todavía ubicado entre los 15 principales del mundo por algunas autoridades, jugaron el papel de liderazgo en las manifestaciones. El departamento de electrónica también fue afectado por una ola de renuncias. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/lp/ip hd/98