La prostitución infantil en Asia continúa en aumento, a pesar de obstáculos legales y esfuerzos de organizaciones internacionales por evitarla, alertó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El comercio ilegal de niñas y niños para la explotación sexual continúa siendo de "gran escala", dijo la directora de la sección de desarrollo de recursos humanos en Asia de la ONU, Nanda Krairiksh.
En algunas áreas de la región, "las cosas no están mejorando", por ejemplo Tailandia, donde el trabajo sexual infantil disminuyó "un poco", pero más niños son traídos desde Birmania y Camboya.
En los burdeles de la región hay alrededor de un millón de niñas y niños, según la organización ECPAT (Fin a la Prostitución Infantil en el Turismo Asiático), con sede en esta capital.
Esto sucede pese a que nuevas leyes se crearon en varios países para proteger a los niños de este tipo de abusos y evitar el tráfico entre fronteras.
Según un estudio de la ONU, presentado en vísperas de la reunión preparatoria de la Conferencia Mundial de Ministros para la Juventud en agosto, el problema en Asia "no es la falta de leyes, sino la implementación de las existentes".
Un trabajador de una organización no gubernamental (ONG) dijo que "es una industria oculta, con intereses creados en el gobierno y la policía". Además, las redadas en que se detienen a quienes dirigen el tráfico de niños "son escenificadas".
La situación es típica en Ciudad Angeles, en el norte de Filipinas, donde las autoridades realizan redadas regulares en un área particular notoria por el comercio de niños.
Los proxenetas y trabajadores sexuales son detenidos y los burdeles cierran cada vez. Pero sólo es cuestión de horas para que el negocio se reanude.
Muchos trabajadores sexuales fueron atraídos por personas en las que confiaron y los engañaron. Pero muchos terminaron en burdeles tras ser vendidos por sus propios familiares, aunque estos en algunos casos lo hicieron pensando que las jóvenes trabajarían en el servicio doméstico.
El documento de la ONU afirma que también hay casos en que los niños son "secuestrados, sacados fuera de fronteras o de áreas rurales a urbanas, y trasladados de lugar en lugar para que efectivamente desaparezcan".
Trabajadores de ONG afirman que estas niñas aparecen en sitios como Angeles City o Pattaya, el balneario tailandés famoso por el turismo sexual.
Pocas semanas atrás, un australiano de 78 años fue detenido acusado de abuso sexual, tras haber sido encontrado en la habitación de su hotel con dos tailandeses menores de 15 años. Si es declarado culpable, Lyle Dunlap enfrentaría una sentencia de no menos de 10 años de prisión.
ECPAT destaca que no es sorprendente que los sitios de atractivo turístico también tengan una alta incidencia de prostitución infantil.
Pero mientras el documento de la ONU afirma que la continua promoción de Asia como destino primario para turistas que buscan aventuras sexuales es el factor más importante, no hay que "subestimar" el impacto del turismo local.
En Filipinas, por ejemplo, un estudio de la Organización de Investigación, Educación, Desarrollo y Productividad de la Mujer, reveló que "los filipinos son los principales usuarios de las filipinas prostituidas".
Algunas ONG afirman que la demanda de trabajadores sexuales menores de 18 años es alta en Asia debido a la creencia errónea de que tener relaciones sexuales con una persona virgen es una buena precaución contra el sida. Además, se cree que el sexo con vírgenes es la clave para mantener la juventud y el vigor.
Pero son los niños quienes pagan un alto precio por estar involucrados en el comercio sexual. Según el director de ECPTAR Ron O'Grady, las posibilidades de rehabilitación total son pocas para los niños que fueron objeto de repetidos abusos.
Los niños y niñas recluidos en burdeles mueren muy jóvenes, dijo O'Grady, a causa del sida, las drogas, o el suicidio. (FIN/IPS/tra-en/rc/cb/lp/hd/98